Fernando Rodríguez, pastor: “El lobo es necesario en el monte pero no puedes visitar tu ganado sólo cada tres días”

Fernando Rodríguez Tabara, ganadero y defensor del lobo | felia de Pablo y Javier Zurita, WWF
Fernando Rodríguez Tabara, ganadero y defensor del lobo | felia de Pablo y Javier Zurita, WWF
Tiempo de lectura: 6 min

Fernando Rodríguez Tábara se crió en tierra de lobos. A sus 25 años, este pastor está al frente de una ganadería vacuna en los montes del noroeste de Zamora. Heredó el negocio familiar, tras haber vivido su infancia no sólo entre animales, sino bajo la sombra de una frase que un día, en su casa, se tornó literal: ‘Que viene el lobo‘.

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Y el lobo vino cuando Fernando contaba con 11 años de edad. “Aquella Navidad no hubo los Reyes Magos”, cuenta el pastor en conversación telefónica desde la montaña zamorana. “Mi madre decía que era porque nos habíamos portado mal, pero fue por el lobo”. En ese año, causó estragos y cayeron una quincena de cabezas de ganado por el ataque del depredador. Aquello, quizás, lo marcó. “Pero no para odiar al lobo”. Rodríguez Tábara ha conseguido la cuadratura del círculo: “llevo desde 2018 de pastor y no he tenido un solo ataque del lobo”. ¿La receta? “Mastines”. Y algo más.

Fernando es un pastor defensor del lobo. Como cuenta en este capítulo de Tampoco es el fin del mundo, “es necesario en los montes para regular tanto especies ungulados, como jabalíes, como ciervos…”. Es consciente de que muchos de sus colegas no piensan igual. Aunque algo está cambiando, especialmente en su región. Hace ahora 20 años, un programa de la Unión Europea donó perros mastines a pastores y ganaderos a zonas recolonizadas por el lobo. El mastín llegó algo más tarde a los Rodríguez Tábara.

“Un viejo amigo de mi madre, un biólogo, nos regaló un mastín y un poco mediante ensayo y error, se vio que donde estaba el perro no estaba el lobo y empezamos a criarlos”. Hoy cuenta con más de una veintena de perros, salen con collares de pinchos para evitar las mandíbulas del lobo. Pero lo cierto es que “ya, ni se acerca. En realidad, te ahorras muchos animales cerca de la explotación, se van a zonas donde está el lobo, y el lobo ya aprovecha y mata a lo suyo”.

Una nueva generación de pastores ante los lobos en la España vaciada

En el pueblo de Fernando casi hay más lobos que personas. Cerdillo de Sanabria tiene –desde luego– más vacas que habitantes, que esencialmente son su familia directa. Aunque vivió un tiempo en Zamora capital para estudiar ganadería ecológica, regresó añorando el monte y el pastoreo, cargado de ideas. Su provincia suma seguramente más de las 42 manadas de lobos que registra el último censo del Ministerio de Medio Ambiente, de hace una década. Es una de las zonas de Europa con más densidad de lobos. Y este pastor demuestra que la convivencia es posible, al menos con esta estrategia perruna.

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“El perro y el ganadero se reparten la fuerza de un lobo. Los perros no son dioses. Tienes que ayudar a los perros”, apunta. No hay milagros. “El consejo que daría a otros pastores es que fueran previsores, que el lobo si eres un poco más astuto que él, evitas el destrozo. No puedes pretender ser ganadero y visitar una explotación cada tres o cuatro días, porque entonces ahí el lobo se hace el dueño”.

En España, este enfoque no es tan novedoso. Las primeras ideas de convivencia del lobo con pastores y ganaderos datan de la época de Félix Rodríguez de la Fuente, en los años sesenta. 50 años después del estreno de sus documentales en televisión, WWF (de la que Félix fue fundador en España, como ADENA), recogió el trabajo de Fernando y otros pastores en un documental dentro del poroyecto Life Euro Large Carnivores, por la ganadería extensiva y la conservación del lobo.

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Pastor en tierra de lobos e inspirado por Félix Rodríguez de la Fuente

Preguntamos a Fernando qué le dice el nombre de Félix Rodríguez de la Fuente, muerto 19 años antes del nacimiento de este joven pastor. “Fue el único que tuvo cojones en aquella época para tratar al lobo como tenía que tratarlo. Gracias a él, existe hoy como tal. Si no, se hubiera terminado”.

Se da la circunstancia de que los padres de Fernando conocieron al divulgador de El Hombre y la Tierra.  “La familia de mi madre desciende de cazadores. Mi abuelo se encontró una madriguera y se llevó los lobeznos. Mal hecho. Y vino Félix a cogerlos a casa. Lo llamaron porque esos lobos ya estaban condenados, los iban a matar en el pueblo”.

En los años sesenta y setenta, cuando brilló la figura de Rodríguez de la Fuente, los lobos eran considerados legalmente alimañas, recuerda la hija del divulgador y bióloga Odile Rodríguez de la Fuente, también en este capítulo de Tampoco es el fin del mundo. “Fueron llevados al borde de la extinción”.

En zonas como la comarca de Sanabria no llegó a desaparecer del todo. Pero su población quedó mermada hasta que se empezó a regular su caza. Fernando, como otros pastores defensores del lobo, no quieren ahondar en la polarización en torno a este depredador. Celebra que desde septiembre de 2021 esté prohibida su caza en España, conforme a su inclusión en Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial. Un hecho que levantó ampollas en buena parte del sector.

Fernando Rodríguez no descarta que haya habido una simplificación interesada del debate, una llamada al enfrentamiento campo-ciudad. “Es verdad que a veces el urbanita siempre piensa que el ganadero va a ser el malo, el asesino, el que le quita terreno al lobo. Pero se trata de convivir y movernos juntos”.

6 Comentarios

  • Si , en una cosa tienes razón, es muy extenso

  • Acabo de elaborar un extenso comentario sin saber si pude enviarlo ni a que dirección se envió. Decía, que el verdadero ganadero es el que trabaja y cuida de su ganado, como el tesoro que es del ganadero, al igual que para el agricultor, lo es su cosecha. Que ser ganadero no es tener un perro en casa y que esa responsabilidad, se encuentra en la figura principal del pastor, en compañía de sus mastines, como lo hacen en Extremadura, sabedor es ancestrales del arduo trabajo junto a sus animales, a veces, acompañados de los caballos como centauros de la serranía. Callado armado de ferreo regaton y honda a mano. Gran conocedor del medio natural en que se desenvuelve su cometido, su trabajo, que es cuidar de sus animales, estar junto a ellos y convivir con los mismos y no como hacen los mal llamados "ganaderos" asturianos, que tienen el ganado, suelto en el monte, a la buena de Dios, mientras se están a gran distancia, tomándose algo en un bar o dedicandose a otras ocupaciones, Asturias, quiere solucionar el problema, exterminando al lobo, porque estos supuestos "ganaderos", no quieren ni saben, y puede que, las botellas de sidra que engullen a destajo, su especial idiosincrasia de la especie aislada durante milenios entre esa orografía del confinamiento y la climatología pluviosa, nubosa y tan especial en donde la luz del sol, penetrarte con gran dificultad, donde no hay luz ni luces. Señores, tenemos que aprender a convivir, a respetar a nuestra madre naturaleza y a aprender a trabajar y respetar. Para este cometido, la figura primordial del pastor, acompañado de sus fieles mastines, protegidos con sus afiladas carlancas de frías y recias púas. Los caballos, y como decía, de su cayado y su Honda, usando de su inteligencia natural y conocimientos ancestrales heredados por sus mayores, disponen de los medios adecuados para desenvolverse entre las dificultades y caprichos de la naturaleza. Sus construcciones Vernácula a piedra seca, refugios temporales que, jalonaban los caminos durante los pasados siglos de las trashumancia y su arte pastoril, que tallando la madera o el cuerno, elabora ban instrumentos o enseres, los amuletos que portaban, sus conocimientos sobre la elaboración de medicinas a base de remedios naturales como buenos conocedores de las plantas, el uso de hasta la camisa o muda de las culebras para utilizar en algunos remedios en sus ganados. Tengo que poner en valor al pastor en convivencia con su medio natural donde se desarrolla su trabajo, respetuoso con el mismo y sin pretender la mezquindad de los salvajes e incivilizados que, malamente y sin propiedad, autoploclamandose así mismos, "ganaderos", quieren el exterminio del lobo. Gloria y gratitud, para aquel gran hombre que fue el doctor Félix Rodríguez de la Fuente. Su estimada labor en conciencia y concienzando, civilizado a éste país, enseñándonos la verdad, la necesidad del saber hacer, de convivir y de entender. No al exterminio del lobo. Si a defender a la verdadera figura del pastor y sus fieles compañeros, sus perros, caballos, su palo y su destreza con la honda, su audacia e intrepidez, su dureza y resistencia, su sana honradez de hombría de bien. Me falta papel y tinta suficiente, para poner en valor, estas grandes personas fieles en su labor y compromiso, en el que, para nada está presente la idea y ejecución del exterminio y que suplente como lo hicieron sus inteligentes y laborioso ancestros, con los recursos de la inteligencia y conocimientos, con sus compañeros de trabajo y el respeto.

    • Qué poético !!!

      Hablas con nostalgia de la destreza y técnica de un ganadero ancestral y por contra te saltas las loberas como si no hubiesen existido.
      Le asignas al ganadero una dependencia del alcohol común entre los demagogos para desacreditarle e infravalorearle .
      Me encantaría que durante diez años al Signatus no se le pudiera controlar y leer de nuevo las declaraciones de este chico .

      Francia , Austria o Alemania lo permitirían ???

  • Habla el que cobra una buena subvención por tener los perros guardianes, así cualquiera defiende al lobo, pero eso es mejor no explicarlo es mejor decir que el lobo no te ataca, pero el año pasado en la sierra algún ternero suyo también lo atrapó el lobo.

    • Las subvenciones en ese aspecto se las dan por hacer las cosas bien. Tú serás de los que pasa de perros y aboga por matarlos a todos y por eso no te la dan.

  • Maravilloso y esperanzador documental gracias.