Seis millones de familias en España con falta de ingresos no pueden vivir en condiciones dignas

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En España, el 30% de los hogares no tienen ingresos suficientes para vivir en condiciones dignas. Es la principal conclusión del informe que ha presentado este jueves Cáritas sobre el coste de la vida y las estrategias familiares para abordarlo ante la escalada de precios, con datos recogidos entre 2020 y 2021. La organización calcula que unas seis millones de familias continúan en esta situación.

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Las familias con falta de ingresos dedican hasta el 80% de su presupuesto a sus necesidades básicas 

El aumento de los precios de los alimentos, la energía o el transporte está afectando especialmente a las familias con menos recursos. Para muchos hogares cada vez es más difícil llenar la nevera o pagar la factura del gas. Tanto es así, que el 31,5% de los hogares en España “no cuentan con un presupuesto que garantice unas condiciones de vida dignas”, como explica el informe de Cáritas y la Fundación FOESSA de estudios sociales.

Como novedad, han creado para este estudio el Presupuesto de Referencia para unas Condiciones de Vida Dignas (PRCVD), que funciona como “un sistema de medición” que aborda la pobreza asociando los ingresos disponibles de las familias a su necesidades básicas. Es decir, no solo evalúa cuánto gana una familia, sino que identifica qué necesita “para vivir con dignidad en un contexto concreto” y así aterrizar mejor el concepto de pobreza, como especifica  Thomas Ubrich, miembro del equipo técnico de FOESSA, en la presentación del informe.

En total, Cáritas estima que unas seis millones de familias viven “con ingresos inferiores al 85% de ese presupuesto de referencia”. Son hogares “con graves dificultades cuyo presupuesto varía muy sensiblemente” en función de aspectos como “la presencia de menores y adolescentes en el hogar” o la ciudad en la que viven.

¿Cuánto dinero tienen a final de mes las familias que no llegan al presupuesto de referencia para unas condiciones dignas?

Por territorios, también hay diferencias en el Presupuesto de Referencia para unas Condiciones de Vida Dignas de las familias. Vivir con el 85% de este presupuesto implica para estos hogares gestionarse con 1.400 euros al mes en Barcelona, frente a los 1.000 euros en Cáceres en el caso de las familias unipersonales, según el informe. Una pareja con dos hijos mayores de 13 años en Madrid tiene que vivir con 2.900 euros al mes; en Ourense, con 2.400.

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El informe también detecta diferencias notables en la presión de la inflación por comunidades. Las familias dedican, por ejemplo, entre el 30 y el 35% de sus gastos a la vivienda. También hay una diferencia de hasta diez puntos porcentuales entre territorios en cuanto a la proporción de gastos esenciales, que en Castilla-La Mancha es del 65,3%, frente al 56,9% de Melilla (página 29 del informe). 

En ese sentido, los hogares más sensibles son aquellos en los que sus miembros “viven en alquiler” o en los que hay “presencia de niños y niñas en edad de estudiar, personas con discapacidad o situación de dependencia”. También influyen “la existencia de deudas, la ausencia de ingresos estables y el desempleo de alguno o todos los miembros activos del hogar”, puntualiza Ubrich.

Tres millones de familias con falta de ingresos han recortado su gasto en comida

El documento también analiza cuánto dedican los hogares a los gastos más esenciales, en este caso, vivienda, alimentación y transporte. Cáritas calcula que al finalizar este año, las familias con falta de ingresos que perciben menos de 1.500 euros al mes destinarán el 80% de lo que cobren a estas partidas, casi un 20% más que “antes de la crisis de la inflación”, explican.

“La incertidumbre generada por la guerra en Ucrania, la evolución de los costes energéticos y las cifras de inflación observadas en los últimos meses han incrementado aún más el riesgo de enquistamiento o cronificación de estas situaciones de exclusión social”, advierte la secretaria general de Cáritas España, Natalia Peiro.

De ahí, que muchas familias tengan que recortar gastos hasta el punto de suponer un riesgo para su salud “con consecuencias negativas directas”, como alerta Ubrich. En total, “siete de cada diez hogares vulnerables han renunciado o han reducido sus gastos en ropa y calzado y casi la mitad han recortado el presupuesto familiar en alimentación”. Unos tres millones de hogares, según el informe. 

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Además, “seis de cada diez hogares han reducido el consumo de electricidad, agua o calefacción y un 22% han pedido ayudas para pagar sus suministro”. “Pese a los riesgos evidentes para la salud, una tercera parte de los hogares con graves dificultades” también “renunció a tener un accesorio sociosanitario que necesitaba (prótesis, gafas, audífonos)”.

Fuentes

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