La noche del 8 de septiembre, el suelo de Marruecos tembló, dejando tras de sí una cifra de víctimas mortales que no deja de subir, siendo, a 11 de septiembre, de 2.854 personas, según la última actualización de las autoridades y los medios de comunicación marroquíes. El seísmo se trata del más fuerte que se ha producido en la historia reciente del país y ha llegado a registrar una magnitud de 6,8. Sin embargo, otros terremotos de la misma intensidad no han dejado ni un número tan elevado de fallecidos ni destrucciones tan devastadoras en las infraestructuras.
Por ejemplo, México ha sufrido varios sismos cuya magnitud supera la barrera del 7, pero ninguno registró el mismo número de fallecidos que el terremoto de Marruecos. El del 19 de septiembre de 2017 acumuló 369 víctimas mortales, mientras que el de la misma fecha pero de 2022, se limitó a dos.
¿A qué se debe? Los expertos señalan varias causas, entre las que destacan la vulnerabilidad de la edificación y las características del foco del terremoto, conocido como hipocentro –que es el punto del interior de la Tierra donde inicia la ruptura, como explica a Newtral.es Belén Benito, catedrática de Geofísica de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM)–.
La profundidad del foco y su distancia de la población, factores clave
A la hora de hablar de terremotos y los posibles daños que estos provoquen, como el número de fallecidos, heridos o derrumbamientos, hay que tener en cuenta varios conceptos, que define en conversación con Newtral.es, la catedrática de la UPM:
- Por un lado, está el foco o hipocentro, que es “el punto interior de la tierra donde inicia la ruptura”, como explica Benito.
- Luego, está el epicentro, “la proyección del foco en superficies”.
- Y, además, la experta señala que hay que considerar la distancia epicentral: la distancia entre el epicentro y la población.
Benito explica que la ruptura comienza en el foco, donde se empieza a liberar energía que luego se propaga en forma de ondas sísmicas: “La distancia hace que la energía se atenúe: cuanto más superficial sea el foco, menos distancia tiene que recorrer hasta la superficie, por lo que no hay casi atenuación y por tanto el movimiento es mayor”, continúa la experta. Por el contrario, “si el foco es muy profundo o la población está muy lejos, la energía de las ondas llega ya muy atenuada”.
Un estudio elaborado por varios ingenieros y publicado en la revista científica Salud Pública de México, el terremoto de México del 19 de septiembre de 2017 tuvo una profundidad de 57 kilómetros al suroeste de Axochiapan y a 120 de la Ciudad de México. “Debido a su magnitud y cercanía, entre otros factores, generó un movimiento muy intenso del terreno, que provocó daños importantes en las construcciones de la Ciudad de México y en las poblaciones cercanas al epicentro”, cuenta el artículo. Este terremoto tuvo una magnitud de 7,1 y se saldó con 369 fallecidos. También el 19 de septiembre, pero de 2022, el país mexicano sufrió un sismo, esta vez de magnitud 7,7 pero que contabilizó dos víctimas mortales.
El sismo de Marruecos tuvo una magnitud menor, de 6,8, pero ha registrado, de momento, seis veces más fallecidos que el de México. Según las primeras estimaciones, se calcula que este sismo fue bastante superficial, entre 10 y 20 kilómetros.
Miguel Ángel Rodríguez Pascua, doctor en Ciencias Geológicas y científico titular del Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC) también explicó a Newtral.es la importancia de no confundir magnitud con intensidad: “La primera se expresa en números arábigos y es la energía liberada; la segunda, con números romanos y es la medida semicuantitativa de cómo nos ha afectado en la superficie del terreno. Cuanto más lejos del epicentro habrá menos efectos y menos intensidad, siendo la misma magnitud”.
La preparación de las infraestructuras, clave para reducir el número de fallecidos en los terremotos
Además de las características geofísicas, hay otros factores que explican por qué terremotos de la misma magnitud dejan distintas cifras de fallecidos y daños en las infraestructuras. Se trata de la vulnerabilidad de la edificación, como señalan los expertos.
En algunos países se producen terremotos prácticamente a diario. Por ejemplo, en un año (entre el 11 de septiembre de 2022 y la misma fecha de 2023) México ha registrado un total de 27.935 eventos sísmicos: el 9% por encima de los 4 Mw. Por su parte, Chile en un solo día (el 9 de septiembre) detectó 19 movimientos, cuatro de ellos por encima de 4. Muchos de ellos tienen una baja profundidad, es decir, son muy superficiales. Entonces ¿cuál es la diferencia con Marruecos?
Como aclaró a Newtral.es Nahúm Méndez, geólogo y divulgador científico, la normativa sismorresistente de dichos países son las que evitan que el número de fallecidos sea tan elevado tras los terremotos. En Chile, por ejemplo, cuentan con varias normas que se deben seguir a la hora de construir infraestructuras. “Para fines de determinar los efectos del sismo vertical en los casos indicados, no se debe considerar reducción de las cargas verticales”, se lee en una de ellas.
Por su parte, Benito recuerda que “México ha tenido terremotos muy fuertes, concretamente ha habido tres de magnitud superior a 7 un 19 de septiembre: el del 1985, el del 2017 y el que se produjo el año pasado”. El movimiento sísmico de este país hace que, como señala la experta, tenga “una ingeniería sísmica muy potente, muy desarrollada. Las construcciones tienen un alto nivel de diseño sismorresistente, las de Marruecos, no”.
- Belén Benito, catedrática de Geofísica de la Universidad Politécnica de Madrid
- Cifras de la autoridades de Marruecos
- Artículo de ‘Salud Pública de México’
- Servicio Sismológico Nacional de México
- Centro Sismológico Nacional de Chile
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