Falla del Atlas: Un terremoto impredecible como todos y virulento como ninguno

Efectos de terremoto de Marruecos de septiembre de 2023 | Morchidi, Efe, Epa
Efectos de terremoto de Marruecos de septiembre de 2023 | Morchidi, Efe, Epa
Tiempo de lectura: 6 min

El terremoto de Marruecos ha ocurrido en uno de los epicentros de pobreza del país. Y fundamentalmente eso explica el daño de una sacudida con una magnitud similar a la que anualmente tiene Chile con cero muertos. Que haya sido bastante superficial (entre 10 y 20 km) no ha ayudado tampoco.

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No hay terremoto que avise, pero el de Marruecos de este 8 de septiembre es especialmente retorcido. En una zona montañosa, de noche y sin indicios geológicos claros que indiquen dónde se podía producir. La llamada falla del Atlas norte parece estar tras el temblor que ha arrasado miles de viviendas precarias ante los seísmos, pero el personal técnico está a la espera de los interferogramas para saber exactamente qué fractura del terreno ha sido la responsable con precisión, confirma el geólogo Nahúm Méndez a Newtral.es.

A esta hora, la precisión del epicentro varía un poco, según la fuente. Pero no hay duda de la magnitud del terremoto de Marruecos: 6,9 mW (como la energía de una treintena de bombas de Hiroshima) se ha producido en una región con fallas asociadas bien conocidas. Sin embargo, no en el borde de las placas continentales, donde suelen registrarse los terremotos más violentos. En este caso, esos límites quedan más al norte, hacia el estrecho de Gibraltar y el mar de Alborán.

El sistema de fallas tras el terremoto de Marruecos, bien cartografiado, tiene una sismicidad histórica relativamente baja. Eso ha jugado en contra de su preparación. El sismo ocurrió a escasa profundidad, por cuanto tuvo un mayor potencial destructivo. Normalmente, se producen por el deslizamiento ‘hacia abajo’ (por la gravedad). Pero los datos preliminares apuntan a una ‘pequeña’ falla inversa este-oeste, falla Atlas Norte. Cuando hablamos de falla inversa ocurre al revés, levantando el terreno. El monte Atlas sigue elevándose. “El mecanismo podría ser de falla inversa oblicua o de salto en dirección oblicuo”, en términos técnicos, según Méndez.

Un deslizamiento de 1,5 a lo largo de 25 km

Los movimientos son relativamente lentos entre estas placas, de unos 4 mm al año, lejos de la velocidad que alcanzan en otros puntos del planeta. Las fallas activas en esta región del Atlás se vuelven más esquivas a la observación humana. Las técnicas de geodesia, capaces de medir su movimiento, son más difíciles de emplear.

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Dicho esto, tener terremotos en Marruecos entra dentro de lo esperable. Explica la geóloga Carmen Solana (Universidad de Portsmouth, Reino Unido que “los terremotos en Marruecos no son inusuales, pero este es mayor y está cerca de la gran ciudad de Marrakech. Como en muchas otras ciudades de la región, los edificios antiguos no tendrían ningún diseño antisísmico, por lo que son muy peligrosos”, aclara en el SMC de España. 

En el mismo sitio, Brian Baptie, jefe de Sismología del Servicio Geológico Británico, explica que “los terremotos son relativamente poco comunes en esta región de Marruecos, sin embargo, en el pasado se han producido terremotos en las cercanías y los siguen siendo un peligro en esta región”.

Se ha calculado que el tamaño de la ruptura de la falla fue de unos 25 km de largo y 20 km de ancho con un deslizamiento máximo de 1,5 metros y a lo largo de 100 km de longitud (en el terremoto de Turquía, fue de 300 km).

Según el patrón de réplicas (de IPMA), parece que el terremoto de Marruecos puede haberse detonado en dirección noreste. Esta directividad podría haber aumentado el movimiento del suelo (y los daños) en Marrakech.

Una falla con poca recurrencia para el terremoto de Marruecos

Técnicamente, la zona donde se ha detonado el terremoto del Marruecos, alrededor de la falla del Atlas norte, no se consideraba particularmente peligrosa. El mapa de riesgo sísmico apunta a una peligrosidad menor a la sur de la península ibérica, por ejemplo. Sin embargo, como interpreta aquí el geólogo Itahiza Domínguez, esto tiene más que ver con los datos históricos con que se elabora esa cartografía. La zona del terremoto de Marruecos de septiembre no venía teniendo sismos importantes históricamente.

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No se conocían terremotos de una magnitud mayor a 6 en un radio de 500 km. Los terremotos de este tipo sí que son comunes al norte del país, hacia el Mediterráneo. Por ejemplo, uno de 6,4 en 2004 y otro de 6,3 en 2016.

Este es el mayor terremoto en suelo marroquí en un siglo. Antes de la época en que había instrumentos de medición, con el arranque del siglo XX, se conoce uno particularmente destructivo: el de Meknes de 1755, que con unas 15.000 víctimas, destruyó Fez.

Las montañas del Atlas sólo ocupan unas pocas decenas de kilómetros de movimiento. Aún es suficiente para terremotos grandes, aunque poco frecuentes. En 1960 un terremoto de magnitud 5,8 en Agadir dejó unas 15.000 víctimas en la costa occidental.

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Loris De Nardi (Universidad Bernardo O´Higgins de Chile) cree que la escasa conciencia pública del riesgo en Marruecos ha llevado a un progresivo incumplimiento de las normativas antisísmicas por parte de la población. Además de fomentar una actitud poco rigurosa por parte de las autoridades para hacerlas cumplir.

“En febrero fue Turquía, ahora le ha tocado a Marruecos. ¿Qué país será el próximo? Antes o después lo descubriremos. Sin embargo, esto no significa que no podamos hacer nada para evitar que el siguiente seísmo provoque una catástrofe”, explica este historiador, que analiza las debilidades de algunos países del Mediterráneo (en contraste con Chile o Japón) en un artículo en The Conversation.

Fuentes

1 Comentarios

  • Conforme se derriten los casquetes polares y aumenta el volumen de los océanos, las fallas se irán moviendo cada vez más.