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Cómo hacer factchecking en Latinoamérica después de Bolsonaro

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Encuentro LatamChequea | M. Gonzalo
Tiempo de lectura: 7 min

Los resultados de las elecciones brasileñas este año en primera vuelta dieron algunas sorpresas. Además de la ventaja de Lula, llevaron al Congreso y a numerosos puestos de la administración a muchos desinformadores y negacionistas declarados, además de un mejor resultado de lo que preveían las encuestas para Jair Bolsonaro, actual presidente y candidato ultraderechista. Verificadores de Brasil y organizaciones de factchecking de otros países de Latinoamérica que han pasado por procesos electorales este año compartieron sus experiencias y reflexiones en Bogotá, dentro de las jornadas de LatamChequea 2022.

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Reflexión y autocrítica tras las elecciones

La fundadora de la Agência Lupa, Cristina Tardáguila, en conversación con Newtral, califica este tema como “urgente”, ya que el congreso brasileño pronto tendrá entre sus miembros “a negacionistas del covid, antivacunas y personas que no utilizan los datos o los hechos para tomar decisiones que propondrán leyes que afectarán a 200 millones de personas”, lo que le ha llevado a preguntarse por los cambios que debe hacer el factchecking en Latinoamérica.

El tamaño ​​de la lista de desinformadores y negacionistas elegidos en la primera vuelta de las elecciones de este año en Brasil le parece “aterrador” y cree que este país está inmerso en la desinformación y “es necesario revisar las armas que se utilizan para combatirla”. 

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Sergio Lüdtke, editor de Comprova (Brasil), en LatamChequea 2022 | M. Gonzalo

Sergio Lüdtke, editor jefe de Comprova, un proyecto colaborativo que reúne a periodistas de 43 medios brasileños, reconoce que las circunstancias han cambiado en los últimos años. “Una persona que haya hecho un curso completo de alfabetización mediática en 2018 para evitar la desinformación no está preparada en 2022 para enfrentarse a ella”, afirma. 

Sin embargo, Lüdtke opina que “es muy difícil decir que el factchecking no esté funcionando. Muchos otros candidatos no fueron electos en Brasil, y eran personas conocidas por crear y distribuir desinformación”. 

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“Nadie le pide al periodismo de investigación que acabe con la corrupción”, dice Pablo M. Fernández, director ejecutivo y periodístico de Chequeado. Y recordó que gracias al trabajo de los verificadores se han salvado vidas en la pandemia, muchas también en Latinoamérica. “Creo que nadie duda que es importante que estemos haciendo esta tarea”, dice. 

El factchecking: experiencias en elecciones en Latinoamérica 

En el primer semestre del año, los colombianos fueron a votar para el Congreso y la presidencia del país. Sofía Matiz, de La Silla Vacía, explica que en estas elecciones encontraron que las mentiras sobre los candidatos venían del pasado. “Empezamos a encontrar patrones: los mensajes se repetían en diferentes redes sociales, con los mismos focos”. 

No se quedaron en el factchecking puro, analizaron las campañas publicitarias en Facebook, y encontraron que la información engañosa publicada en esa plataforma sobre dos candidatos, Gustavo Petro y Sergio Fajardo, había sido impulsada con 309 millones de pesos colombianos (unos 68.000 euros). Ya habían desmontado  las mentiras, pero había que ir más allá investigando de dónde venía la desinformación. 

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Irene Ignacio, del Verificador de La República (Perú) en LatamChequea 2022 | M. Gonzalo

Perú tuvo este año elecciones regionales y municipales. Irene Ignacio, del Verificador de la República, recuerda que además de hacer factchecking sobre declaraciones de políticos tuvieron el problema de las encuestas inválidas. Algunos candidatos hacían pasar sondeos por encuestas, aunque entre ambos hay una diferencia de metodología, según la ley peruana. Fue necesario entonces explicar esas diferencias y por qué unas eran más confiables que otros. 

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En estos tiempos convulsos donde el factchecking solo no es suficiente en Latinoamérica, la tarea de los verificadores se amplía. Los periodistas de los países presentes en el encuentro de LatamChequea coincidieron en que uno de los formatos con más audiencia en sus medios son los explicativos, o explainers: piezas que desgranan un tema explicándolo de forma detallada y que incorporan contexto. El mismo contexto que muchas veces se pierde en la prisa de una noticia de última hora. 

El desafío de los formatos

Lüdtke recuerda algo que ya sabemos, que el periodismo de verificación tiene una reducida posibilidad de convencimiento de las personas que ya están convencidas de algo. “El factchecking es importante como una alerta para la sociedad”. Cree que están consiguiendo hacer un buen trabajo convirtiéndose en escudo de las mentiras para las personas que aún no fueron convencidas. 

¿Cómo llegar a las otras personas? El formato, la innovación en la distribución de esas verificaciones ha sido uno de los puntos clave en los que trabajan los medios que hacen factchecking en Latinoamérica para evolucionar. 

«Si el factchecking tiene que hacer que todos los electores sean seres racionales que funcionan basados en datos, vamos a fracasar» (O. Sohr)

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“Creo que el factchecking sí funciona en cuanto lo planteamos de manera explicativa”, coincide Irene Ignacio. Pero el desafío ahora está en los formatos: cree que el mayor reto será ver “cómo llevamos el factchecking a los distintos formatos y a los distintos usuarios”. El trabajo de comprobar e investigar es correcto y está funcionando, así que lo siguiente es volcar eficientemente ese trabajo en formatos que lleguen a todos los públicos.

La directora de Impacto de Chequeado, Olivia Sohr, tiene muy claro que los verificadores no compiten con la desinformación en cuanto a su atractivo y viralidad. “Es obvio que algo que está diseñado para producir emociones fuertes y está implementado desde cero siempre va a ser más atractivo que alguien que te dice ‘no, eso no es cierto’, explica.

“Por eso creo que en esta discusión es clave saber qué métricas elegimos para medirnos. Si el factchecking tiene que hacer que todos los electores sean seres racionales que funcionan basados en datos, vamos a fracasar. Si para decir que el factchecking funciona lo que decimos es: logramos que personas que tenían una idea equivocada sobre algo tengan datos y mejor información y corrijan su visión equivocada, eso sí lo hemos logrado. Y lo hemos visto con varios estudios e investigaciones”. 

Más allá del factchecking en Latinoamérica

Cuando se enfrentan a una campaña de desinformación electoral en La Silla Vacía, Matiz dice que “las mentiras las tenemos claras, lo que hay que hacer es tirar del hilo”. Se refiere a ver de quién vienen esas campañas, y sobre todo quiénes las financian en Latinoamérica. 

Natália Leal, directora de Agência Lupa, considera que “decir que algo es verdadero o falso ya no es suficiente”. Parte de la explicación a esto es que la desinformación ha cambiado en 2022, señala Lüdtke. “Durante este período, los grupos, perfiles y canales que utilizan la desinformación como instrumento en el espacio de la política pudieron ensayar nuevos formatos, nuevos enfoques y sobre todo nuevas plataformas, que los tratan como creadores de contenidos y sobre todo tienen muchos recursos para producir desinformación y eso ha aumentado el costo y el tiempo de la verificación”, explica. 

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Panel de automatización en LatamChequea 2022 | Chequeado

¿Qué más se puede hacer para mejorar el factchecking en Latinoamérica? Lüdtke dice que “necesitamos una prensa más preparada para lidiar con las artimañas de los que utilizan el espacio mediático para dominar las conversaciones. Necesitamos repensar la verificación y encontrar nuevos enfoques para hacer frente a un entorno en el que hay más interpretaciones al servicio de la desinformación”. 

Hoy la actividad de los factcheckers se amplía hacia desarrollos de inteligencia artificial, análisis de las campañas de desinformación, la alfabetización mediática digital y el llamado prebunking (inoculación de información comprobada antes de que llegue la desinformación). 

Fuentes
  • Cristina Tardáguila, fundadora de Agência Lupa
  • Natália Leal, directora ejecutiva de Agência Lupa
  • Sergio Lüdtke, editor de Comprova
  • Sofía Matiz, periodista de La Silla Vacía
  • Irene Ignacio, periodista del Verificador de La República
  • Olivia Sohr, directora de Impacto de Chequeado
  • Pablo M. Fernández, director ejecutivo y periodístico de Chequeado

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