Tom Holland, el joven intérprete de Spider-Man que debutó junto a Bayona en Lo Imposible cambia totalmente de registro en una película muy cruda, que descansa todo el peso sobre sus hombros.
Los directores Anthony y Joe Russo, que ya dirigieron a Holland en las dos últimas entregas de Vengadores y en Capitán América: Civil War firman un drama basado en hechos reales sobre un veterano de guerra que termina atracando bancos. La película puede verse en Apple TV+.
El film sigue los principales eventos de la vida de Nicholas Walker, autor de Cherry, la novela semiautobiográfica en que se basa el guion. En la cinta nunca se menciona el nombre del protagonista, que figura en los créditos como “Cherry”.
La historia narra su alistamiento en el ejército estadounidense, su adicción a las drogas o el momento en que se convierte en atracador de bancos, pero dándole una motivación diferente a los hechos que le llevan a alistarse o a asaltar sucursales. Cherry es una especie de “Chaqueta Metálica 2.0” en la que sus creadores indagan en el horror de la guerra y en la alienación que algunos jóvenes viven desde el propio entrenamiento militar.
Walker no se alistó por desamor, sino por patriotismo
A pesar de que la película apenas se profundiza en la vida familiar del protagonista, Nico no era, ni mucho menos, alguien marginal. Según relataba BuzzFeed en 2013, el joven se había criado en Atlanta en un entorno privilegiado. Acudió a escuelas católicas privadas, aprendió a tocar varios instrumentos y era feliz con su familia.
Con los años se mudarían a Cleveland, pero Walker no sería feliz allí. En su primer año de universidad, el chico comenzó a escuchar muchas historias de jóvenes de su edad que habían estado en Irak y decidió alistarse en el ejército en 2004, con 19 años. Es decir, no se alista porque su novia le rompa el corazón amagando con dejarle para estudiar en Canadá.

Al igual que en el film, Nico se casó con su novia de entonces, Kara (la pareja de Cherry en la película, interpretada por Ciara Bravo, se llama Emily), poco antes de partir a Irak. En los 11 meses que pasó en Irak, Nicholas Walker participó como médico en alrededor de 250 misiones de combate. Al poco de llegar a la zona conocida como Triángulo de la muerte, al sur de Bagdad, el creciente número de bajas le dejó como el único médico para casi 100 personas.
Walker escribió el libro para contar cómo se vivió la Guerra de Irak desde dentro
Tras la traumática experiencia, Walker cuenta que volvió a casa “destrozado”, tal y como su propia madre relataría a The New York Times. Nico intentó rehacer su vida: volvió a la universidad y formando parte de una banda, pero se sentía solo y paranoide. Además, él y su mujer se divorciaron a su llegada a EE.UU, lo que supone un cambio drástico que cambia por completo lo que vemos en el film, donde el personaje de Tom Holland es el culpable de enganchar a Kara a la heroína. Walker también se alejó de sus amigos de toda la vida.
Un año después de su vuelta, y para evitar las pesadillas que no le dejaban dormir y la rabia que sentía, que le hacía pegarse a sí mismo o apagarse cigarrillos en el brazo, comenzó a tomar oxicodona. En el verano de 2007 acudió a la Oficina de Asuntos de los Veteranos. Allí le prescribieron antidepresivos para la ansiedad. Sus padres le llevaron a un psiquiatra que le diagnosticó erróneamente desorden bipolar.
Pese a que otros detalles de su vida se modifican tanto en la novela como en la película con intenciones narrativas, el horror de la guerra permanece. Tal y como el verdadero Walker contó en The Guardian, escribió el libro para relatar “cómo fue realmente la Guerra de Irak y disipar cualquier mito. Nos habían dicho que existía una amenaza existencial [para los iraquíes] que se suponía que debíamos evitar y resultó no ser el caso. Al estar allí, descubres que tú eres el problema”.

Nico Walker acabaría convirtiéndose en adicto a la heroína, hecho que, junto a la crítica a la Guerra de Irak, los directores convierten en el punto central del film. “Hemos estado lidiando con amigos y seres queridos que han sido afectados por la crisis del opio, algunos han muerto y otros siguen teniendo problemas con su sobriedad, así que ha sido algo que ha estado presente en nuestras vidas y necesitábamos hacer esto como una forma de catarsis para nosotros mismos”, explicó Anthony Russo en GQ México.
Walker robaba bancos porque le calmaba la ansiedad
En diciembre de 2010, Walker robó su primer banco. Ocurrió de manera espontánea, por lo que ni siquiera tenía pensado un plan de huida, y mucho menos llevar un arma. Walker explica que, después de la inyección de adrenalina que le supuso hacerlo, se sintió tranquilo. La situación, comparada con un combate, era un “juego de niños”, en sus propias palabras. Durante los siguientes cuatro meses robó una docena de bancos, haciéndose con casi 40.000 dólares.
En abril de 2011, tras atracar un banco en la ciudad de Cleveland, la policía comenzó a perseguir su camioneta. Walker trató de escapar a toda velocidad, acabando por estrellarse en el parking de un Burger King y rompiéndose una vértebra. Fue tras su arresto cuando un psiquiatra forense le diagnosticó un trastorno de estrés postraumático agudo.
“Es una de las víctimas de trauma más graves que he visto”, reconoció el psiquiatra Pablo Stewart en BuzzFeed. “Si en algún momento del camino hubiera accedido a una intervención adecuada, esto no habría sucedido. Encontró su propia cura, y resultó ser robar bancos”, explicó al medio.

Este es un cambio que la película también hace respecto de la vida de Walker, centrándose más en su drogadicción y tratando el asalto a los bancos como una necesidad para saldar una deuda contraída precisamente por las drogas, más que como una adicción a la adrenalina que le generaban los propios atracos.
De drogadicto y atracador a novelista
Una vez en prisión, Walker comenzó a ocupar su mente leyendo, estudiando idiomas y tutorizando a otros reclusos que estaban tratando de obtener el graduado escolar. Dos años después de la sentencia, BuzzFeed publicó un artículo contando su historia. El propietario de una editorial se interesó por ella y contactó con Walker. Tras unos meses de correspondencia entre ambos, este le pidió al recluso que escribiera un libro.
Pasarían cuatro años hasta que la novela vio la luz. Según The New York Times, Walker utilizó los beneficios de su contrato editorial para pagar parte de la deuda que debe saldar con los bancos que atracó. Según relata The Observer, Nico Walker trabaja actualmente en una segunda novela.
A pesar de haber sido condenado a 11 años, Walker solo cumpliría 8. Aunque retomó la relación con su pareja de manera breve antes de comenzar con los atracos, en la vida real, y al contrario que el personaje de Emily, Kara no le estaba esperando a la salida de prisión, pues ya no formaba parte de su vida.
Los directores optaron por este final más optimista porque aunque ambos personajes han perdido años de sus vidas por no tener “la suficiente experiencia como para no haber tomado las decisiones correctas”, Cherry ha sanado, “está en un mejor lugar, y ella también», cuenta el director Joe Russo a Esquire. Los directores reconocen que, con esta película, querían hablar de la pérdida, pero también de la esperanza.
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