Aprobado el proyecto de ley de memoria democrática, se abre una nueva etapa para las familias que han pedido exhumar parte de los restos del Valle de los Caídos. El texto incluye un apartado sobre Cuelgamuros en el que se explica que “se atenderán” expresamente sus reclamaciones. De momento, las 104 peticiones registradas para poder acceder a las criptas siguen esperando una respuesta tras la parálisis judicial de las exhumaciones.
El pasado 22 de junio, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) levantó la suspensión de la licencia urbanística para la rehabilitación de los accesos a las criptas de la Basílica del Valle de los Caídos para llevar a cabo las exhumaciones de víctimas del franquismo, como explica Efe. Una vez allanado ese camino, solo queda por resolver la aclaración jurídica de la licencia, como explica el secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez, en una entrevista en El País.
La nueva norma contempla, además, la creación de un banco estatal de ADN y la resignificación del Valle de los Caídos. Te explicamos cómo es el proceso de exhumación y análisis forense de los restos, qué tareas quedan aún pendientes y qué futuro plantea el Gobierno para el Valle.
Qué dice la ley de memoria democrática sobre las exhumaciones en el Valle de los Caídos
El texto legal aprobado en el Congreso contempla la resignificación del Valle de los Caídos, que pasará a llamarse “Valle de Cuelgamuros”. Allí, “solo podrán yacer los restos mortales de personas fallecidas a consecuencia de la Guerra, como lugar de reconocimiento, conmemoración, recuerdo y homenaje a las víctimas allí inhumadas” (página 32).
La norma también reconoce “el derecho de los familiares a recuperar los restos de sus ascendientes”. Eso incluye atender a “las reclamaciones y peticiones de los familiares que tengan por objeto instar la exhumación y entrega de los restos de las víctimas inhumadas en el Valle de Cuelgamuros” (página 32).
Las tareas pendientes de Cuelgamuros: las microfisuras en la estructura, el estado de conservación de las cajas y la individualización de los restos
El Valle tiene un problema estructural importante, explica Óscar Blázquez, presidente del Foro por la Memoria Democrática y arqueólogo: “La construcción es muy compleja y está hecha con hormigón armado. Tiene ferralla por dentro para hacer la forma de la cruz y el problema es que ese hierro se corroe con el tiempo y se va expandiendo”, según Blázquez.
Eso hace que aparezcan “microfisuras” que suponen un riesgo para el mantenimiento de la infraestructura: “Yo a la cruz le doy, como mucho, 20 años”, concluye.
En el interior, “hay tres capillas con problemas de humedades y cajas deterioradas” que pueden complicar los trabajos de exhumación, como comenta Blázquez, ya que hay algunas criptas en malas condiciones. Pero los demás espacios no suponen tantos problemas para los arqueólogos: “El resto de capillas está bien. Sería muy fácil, habría que abrir todas las cajas, cogerlas y llevarlas a analizar. Se puede sacar todo perfectamente. En un contexto cerrado es mucho más sencillo”.
Para analizar los restos y atribuirles una identidad, también es importante poder individualizarlos. Ese trabajo es complicado en Cuelgamuros, aunque no imposible, porque, cuando se construyó, se mezclaron partes de cuerpos distintos: “Es difícil hacerlo si tienes la pierna de un señor y el torso de otro en el mismo sitio”, añade.
El análisis forense de los restos y la creación de un banco de ADN
Una vez exhumados, los restos se trasladan a los centros de análisis forense. Allí, “se les pide a los familiares una muestra genética, es decir, un genotipo, que después se guarda”, como explica Ángel Fuentes, director del Laboratorio de Arqueología Forense de la Universidad Autónoma de Madrid (LafUMA). Se extrae ADN con un frotis bucal, un procedimiento similar al de las PCR. “A su vez, se toma una muestra de los restos exhumados y, después, se comparan y se cruzan ambas”, añade.
La creación del Banco de ADN que incluye la ley, esa gran “base de datos genética”, puede “facilitar la ejecución de estos análisis”, como señala Fuentes: “En el futuro, será más fácil este estudio porque, en cuanto se tengan perfilados los restos exhumados, será más fácil la identificación de los que están sin filiar”.
El problema es que “los familiares, muchas veces, no saben dónde están sus muertos porque siempre hubo una nebulosa histórica que tiene que ver con cómo se llevaban a la gente de manera no oficial e irregular durante el Franquismo”. En esas lagunas se pierde el rastro porque, al no acudir a sacar la muestra, no se pueden genotipificar y, por tanto, no hay con qué comparar el ADN de los restos exhumados.
Medidas de reparación simbólica: la alternativa cuando no se pueden exhumar los restos
Si resulta imposible acceder a unos restos para exhumarlos, la ley de memoria democrática contempla “medidas de reparación de carácter simbólico y moral” (página 32).
Esto se puede traducir en homenajes o recuerdos a las víctimas, como ejemplifica Blázquez. “Un día me llamaron para ir a un pueblo de Granada, donde habían matado a un grupo de chavales que habían desembarcado allí para conquistar España en una barca que llamaban ‘La Pasionaria’. Los enterraron en el cementerio civil porque eran rojos”.
“Nosotros sabíamos el lugar exacto en el que estaban. Intervinimos, porque la familia nos lo pidió, pero resulta que los restos de los chavales se habían quedado en una esquina inaccesible del cementerio y no podíamos descalzar los nichos que había en medio. Imagínate que los movemos y se nos cae el familiar fallecido de algún vecino… Era inviable”.
En ese caso, continúa Blázquez, “se les hizo un homenaje, se publicó su historia y se les puso una placa para recuperar su memoria”.
El futuro de las exhumaciones en Cuelgamuros: los procesos legales, el plan del Gobierno para 2024 y la “compleja” resignificación del Valle
De momento, las exhumaciones en Cuelgamuros siguen paralizadas, aunque a finales de junio el Tribunal Superior de Justicia de Madrid levantó las medidas cautelares que impedían seguir con estos trabajos, como recoge Efe.
El Gobierno ya aprobó a principios de 2021, dentro de su Plan Cuatrienal para 2024, la distribución de tres millones de euros entre las comunidades autónomas para la búsqueda, identificación y dignificación de las personas desaparecidas durante la Guerra y la Dictadura. La medida incluye la intervención de 557 fosas en toda España.
En cuanto al Valle en sí, la intención del Gobierno es, a partir de ahora, darle un significado nuevo. No es tarea fácil: “La resignificación del Valle es compleja, entre otras cosas, porque la mayor parte de los restos que siguen allí son de víctimas cuyos familiares no quisieron voluntariamente que estuvieran allí”, como señala Fuentes. Lo importante ahora, insiste, es “trabajar en un protocolo para saber con tranquilidad qué hacer y ofrecer garantías”.
- Proyecto de ley de memoria democrática
- Portal de memoria democrática del Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática
- Plan Cuatrienal 2020/2024 de exhumación de fosas del ministerio
- Protocolo de actuación de exhumaciones de víctimas de la guerra civil y la dictadura de 2011 (BOE)
- Comunicado de prensa de la Federación Estatal de Foros por la Memoria sobre la aprobación de la ley de memoria democrática
- La Justicia da luz verde a las obras para las exhumaciones en el Valle de los Caídos, Agencia Efe
- Nota de prensa de la Asociación para la Recuperación de la Memoria HIstórica (ARMH) sobre la ley de memoria democrática
- Óscar Blázquez, presidente del Foro por la Memoria Democrática
- Ángel Fuentes, director del Laboratorio de Arqueología Forense de la Universidad Autónoma de Madrid (LafUAM)
- Entrevista al secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez en El País
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