“Lo más rápido posible, lo más flexible posible”, respondía Angela Merkel este viernes cuando le preguntaron cómo sería la reapertura en Alemania después de varios meses de medidas estrictas. La canciller no quería mojarse y apuntó a que la tendencia a la baja está cambiando y habría que volver a introducir algunas de las restricciones levantadas en las últimas semanas. El resto de países de Europa hacen lo propio mientras contienen el aliento ante los repuntes que muestran la llegada de una nueva ola de coronavirus.
La incidencia acumulada (IA) a 14 días en Alemania roza los 100 puntos este sábado. En España, con datos del jueves -los últimos oficiales-, la IA se encuentra en 128,17. Merkel apuntó a un “freno de emergencia” pactado con los länder para volver a cerrar comercios no esenciales, aunque hasta el lunes no se tomará la decisión final: “Me hubiera gustado poder evitarlo pero no será posible”, dijo.
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En Francia un tercio de los franceses, entre ellos los parisinos, comenzó este sábado su tercer confinamiento desde el inicio de la pandemia. Aunque es menos restrictivo que los anteriores, supone el cierre de comercios no esenciales, no permite la movilidad más allá de un radio de 10 kilómetros de sus domicilios y el toque de queda está limitado a las 19 horas. El número de casos en Francia lleva ya más de diez días en ascenso, como puede verse en la gráfica, que muestra los contagios confirmados por cada millón de habitantes en varios países europeos.
Los datos, que recopila Our World in Data, muestran cómo tras el descenso de la tercera ola, cuyo pico se registró el 28 de enero en España y Portugal y un poco antes -alrededor del 13 de enero- en centroeuropa, la curva remonta en los últimos días en la mayoría de países de nuestro entorno.
Ante este repunte Italia ya decretó la semana pasada un endurecimiento de las restricciones para contener los contagios. Unas restricciones que se mantendrán en el país mediterráneo al menos hasta el 6 de abril en todas las regiones que superen la incidencia semanal de 250 contagios por cada 100.000 habitantes y que pasarán a «zona roja», con todas las tiendas no esenciales cerradas.
Con la referencia de la incidencia acumulada a 14 días, España se encuentra en una situación mejor en cuanto a contagios -su curva es casi plana- respecto a otros países europeos, como muestra el semáforo de incidencia del mapa subregional de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Aún así, los repuntes ya han empezado a notarse en varias zonas, como explicaba Fernando Simón: “La evolución está prácticamente estancada, apenas descendemos, pero sí que es verdad que se observan algunos signos de un pequeño incremento en algunas comunidades”. Así siete comunidades seguirían mostrando descenso de casos y otras cinco estarían empezando a subir “muy despacito, con incrementos marginales”. El resto de regiones muestran datos planos, por lo que, según Simón, “es difícil valorarlo”.
La comparativa con Europa asusta en un punto tan crítico en el que los contagios podrían empezar a subir en cualquier momento. “Estamos en una situación de inflexión y si vemos la evolución en otros países de la UE, por supuesto que tenemos que mantener la tensión”.
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