Países Bajos atribuye a los estudiantes internacionales el colapso del mercado de la vivienda

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El aumento de la llegada del número de estudiantes internacionales a Países Bajos ha encendido las alarmas, ya que el precio de la vivienda, así como la posibilidad de encontrar una, es cada vez más difícil. El ministro de Educación holandés, Robbert Dijkgraaf, en una respuesta escrita, ha compartido con los miembros de la Cámara “la urgencia y las preocupaciones en torno a la internacionalización”, y aseguró que en febrero compartirá una carta “con propuestas para controlar la admisión de estudiantes internacionales”. 

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De hecho, el programa NOS op 3, de la Nederlandse Omroep Stichting (NOS, parte integral de la radiodifusión pública), se hizo eco de esta problemática en un vídeo que compartieron bajo el nombre  “‘Estudiantes internacionales, ¡quedaos en casa!’, ¿por qué?”. En este, asocian el elevado precio de la vivienda en los Países Bajos con la llegada “masiva” de estudiantes internacionales a la región. 

Una de las principales críticas que hacen desde el programa es el colapso del sistema inmobiliario. “No podemos gestionar este alto número de estudiantes internacionales por la escasez de viviendas. Incluso los estudiantes holandeses tienen dificultades para encontrar un lugar donde vivir”, aseguran (min. 4:56).

Sin embargo, las universidades holandesas siguen ofertando plazas para alumnos de otros países, un asunto que ha llegado incluso a la Cámara de Representantes de Países Bajos. 

El precio de la vivienda, el principal problema de los estudiantes internacionales en Países Bajos

Según datos de Kences, la asociación profesional de alojamientos para estudiantes en Países Bajos, en el curso 2021/2022, el 15% de los estudiantes universitarios venían de otros países, una cifra que se ha multiplicado hasta 3,5 veces desde 2005. ¿Las razones? NOS op3 señala el buen nivel educativo holandés así como la oferta de grados impartidos en inglés. 

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Sin embargo, la cadena pública no ve estos datos con optimismo, sino al contrario. El aumento en el número de estudiantes, según esta, ha hecho que la calidad de la educación disminuya, así como el número de viviendas para estudiantes.

Natalia, estudiante española en la Universidad Erasmo de Róterdam, cuenta a Newtral.es que envió la solicitud de alquiler a muchas casas, “pero los dueños o las agencias te dicen que no por ser estudiante”. De hecho, “muchos anuncios ponen directamente que no se acepta a estudiantes”.

Según relata, muchos de sus compañeros se vieron obligados a dar las primeras clases de septiembre de manera online desde España o a quedarse en hoteles. “Una amiga y yo encontramos una casa a finales de agosto después de estar buscando desde mayo, pero es bastante cara para lo que es”, narra Natalia. 

El problema: la falta de habitaciones y residencias públicas para estudiantes internacionales 

Como señala a Newtral.es Jolan de Bie, directora de Kences, el origen de los altos precios “es la escasez de viviendas, un problema generalizado en todo el país”. No obstante, reconoce que “el aumento del número de estudiantes internacionales es la principal causa del aumento de la futura escasez de casas de estudiantes”, puesto que el número de estudiantes holandeses es “estable”.

Según datos del Monitor Nacional de Vivienda Estudiantil de Kences (utilizado como referencia por los medios de comunicación como NOS), en septiembre de 2022, la escasez de habitaciones para estudiantes era de casi de 27.000, es decir, se necesitaría ese número de espacios para cubrir la demanda actual. Esta cifra podría alcanzar los 44.800 espacios habitables en 2029, según cálculos de la organización.

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A todo esto se añade la falta de una red pública de residencias universitarias. Como explica Maaike, estudiante holandesa que estudia en Ámsterdam, “apenas tenemos residencias públicas, las universidades deberían tener un campus o algo similar”. Esto también lo critican desde Kences, donde reconocen que “los estudiantes internacionales forman un grupo especial, ya que casi todos tienen necesidades de vivienda y, generalmente, no tienen una red de familiares o conocidos en Países Bajos, por lo que dependen más de las corporaciones y los propietarios privados que los estudiantes holandeses”.  

Aun así, para la asociación Kences el problema es la normativa sobre vivienda. “La construcción de estudios (para una persona) es lucrativa, mientras que la construcción de habitaciones genera pérdidas”, denuncian, ya que “las reglas por las cuales se determina el alquiler son mucho más favorables para los estudios”.

"A través de la ayuda al alquiler, el Gobierno paga una media de 333 euros al mes a todos los que invierten en estudios. Los que invierten en habitaciones nuevas no reciben nada", señala De Bie, que exige al Gobierno holandés “un alquiler justo y dando a los residentes de las habitaciones un subsidio de alquiler”. 

¿Por qué las universidades holandesas siguen aceptando estudiantes extranjeros? 

En su vídeo, la NOS op 3 señala a las universidades como grandes responsables de la llegada de estudiantes de otros países. Como recoge la normativa holandesa, una parte de la financiación de las universidades públicas, dependientes del Ministerio de Educación, varía en función del número de estudiantes matriculados. 

“Una vez que los estudiantes holandeses han decidido a qué centro asistir, los estudiantes internacionales son la única fuente a la que acudir” con el fin de conseguir más alumnos y, por tanto, mayor financiación, señala la cadena pública. 

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Por su parte, el ministro de Educación aseguró que, tras reunirse con representantes de las universidades, les transmitió la petición de la Cámara de “detener el reclutamiento activo” de estudiantes internacionales. La respuesta de estas fue su compromiso de “ser muy cautelosas” y, según el ministro, se mostraron abiertas a una posible restricción en la admisión de estudiantes internacionales en Países Bajos. 

En septiembre de 2022, el Gobierno junto con asociaciones e instituciones educativas aprobó el Plan de acción nacional de alojamiento para estudiantes 2022-2030, cuyo objetivo es construir hasta 60.000 viviendas en ocho años, así como “ controlar mejor la afluencia de estudiantes internacionales”.

¿Pasa lo mismo en otros países?

Aunque Países Bajos se ha pronunciado sobre el aumento de la afluencia de estudiantes internacionales y su impacto en el precio de la vivienda, no es la única región en la que estos han encontrado dificultades.

En septiembre, el eurodiputado del grupo popular Dan-Ştefan Motreanu envió una pregunta escrita al Parlamento Europeo en la que denunció que “un número significativo” de estudiantes del programa Erasmus tuvieron que cancelar su semestre en Bélgica “debido a la falta de opciones de vivienda asequible”. “Cada vez es más difícil para los estudiantes extranjeros, o incluso para el personal docente, encontrar un alojamiento asequible”, criticó Motreanu. 

Algunos estudiantes españoles vivieron algo parecido en septiembre, esta vez en Italia. Como informó la agencia de noticias Europa Press, muchos de ellos no pudieron encontrar alojamiento en el país “ante la falta de alquileres”. En declaraciones recogidas por la misma agencia, el padre de un alumno aseguró que "no hay ninguna respuesta por parte de la Universidad ni de la Administración” y que muchos optaron por volver a España “por no tener dónde quedarse".

Desde la Red de Estudiantes Erasmus (ESN) y la Unión Europea de Estudiantes (ESU) han lanzado una encuesta con el objetivo de “recopilar evidencias y comprender completamente la situación”. Por el momento, el programa Erasmus no ha planteado soluciones a corto plazo. 

Fuentes
  • Kences
  • Vídeo del programa NOS op 3
  • Gobierno de Países Bajos
  • Encuesta de la Red de Estudiantes Erasmus y la Unión Europea de Estudiantes
  • Pregunta escrita del Parlamento Europeo
  • Europa Press