La Estación Espacial Internacional, una improbable arma de guerra que Rusia amenaza con dejar caer

Tensión entre EE.UU. y Rusia por la ISS
Tensión entre EE.UU. y Rusia por la ISS
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“Todo va a salir de otra manera [distinta a la prevista]. Recuerda el astronauta y exministro de Ciencia Pedro Duque que se encontró esta inscripción en una nota dejada por el cosmonauta Serguéi Revin en la Estación Espacial Internacional (ISS). Para los actuales inquilinos de este laboratorio galáctico, la inscripción se ha convertido en profecía. En puertas de regresar a la Tierra en una nave rusa Soyuz (…o no), se han encontrado con las incendiarias declaraciones del jefe espacial de Rusia, dispuesta a usar la estación como arma:

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Si traduces el hilo, podrás ver que el responsable de la agencia Roscomos Dimitri Rogozin amenaza con dejar de dar soporte a la Estación Espacial Internacional. Y con ello, hacerla caer, quizás sobre territorio habitado de Europa o América. ¿De verdad se puede terminar desplomando sobre el planeta algo que va a 30.000 km/h dando vueltas a la Tierra cada 90 minutos?

Es verdad que si no hacemos nada, la ISS iría perdiendo altura. “A 400 km, con bastante densidad de la atmósfera, se va frenando de manera natural” explica a Newtral.es la ingeniera aeroespacial de Barrabés y profesora de la Universidad Carlos III Noelia Sánchez-Ortiz. “Pero eso llevaría meses y meses para que eventualmente se cayese”. Eso sí, “no se puede predecir dónde”.

La Estación Espacial difícilmente caería en Rusia o Europa: probablemente en el océano

“Si bloqueáis la cooperación con nosotros, ¿quién salvará a la Estación Espacial Internacional de una salida de órbita descontrolada y una caída en Estados Unidos o Europa?”, tuiteó Rogozin. “También está la opción de dejar caer una estructura de 500 toneladas en India o China. (…) La EEI no vuela sobre Rusia, así que todos los riesgos son para vosotros. ¿Estáis preparados para ellos?”.

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Pero lo cierto es que ese amasijo de metal no caería a plomo y, mucho menos, como un único bloque. Una parte de ellas se calcinaría en la reentrada a gran velocidad. “Igual que la atmósfera va frenando a la Estación, nos protege de todas las cosas que pueden caer del espacio”, señala la ingeniera aeroespacial. “En ese frenado, al calentarse, se van quemando. Se caen todos los días muchos fragmentos [de basura espacial] pero no nos damos cuenta porque se calcinan”.

Otras piezas, seguramente sí tocaran suelo. Pero “hay que minimizar la sensación de riesgo”. Porque más que en el suelo, caen normalmente en “el océano”, precisa Sánchez-Ortiz. Ahí es donde suelen terminar los restos de chatarras que no se achicharran a entrar en la atmósfera terrestre. “Es lo que hacemos con los objetos más grandes, que los forzamos para que caigan en el océano”.

Ese es justamente el final previsto para la Estación Espacial Internacional, la idea de cara a 2030, última fecha estimada para su jubilación, aunque los rusos quieren dejarla antes. La NASA planea una caída controlada hacia el gran cementerio espacial del Pacífico.

Eso sí, hablamos siempre de probabilidad. Frente a las fanfarronas declaraciones de Rogozin, en una caída descontrolada de la Estación Espacial Internacional Rusia no estaría fuera de peligro, pero la mayor parte de su territorio sí se mantendría a salvo. “Podría caer en cualquier lugar entre, aproximadamente los paralelos 51º norte y 51º sur“.

ISS: cada módulo es territorio de cada país, pero no hay fronteras

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La Estación Espacial Internacional está compuesta por 16 segmentos diferentes construidos por diferentes países: EE.UU. (NASA), Rusia (Roscomos), Canadá (CSA), Japón (JAXA) y la Agencia Espacial Europea (ESA). Según explica en The Conversation la profesora de Estrategia y Seguridad de la Air University Wendy Whitman Cobb, cada país mantiene el control sobre cómo se utilizan sus módulos. Esto incluye el ruso Zarya (que da electricidad y propulsión a la estación) y Zvezda (que proporciona todos los sistemas de soporte vital de la estación, como la producción de oxígeno y el reciclaje de agua). Estos dos tienen capacidad para corregir la órbita y evitar su descenso.

El resultado es que los módulos de la ISS se tratan legalmente como si fueran extensiones territoriales de sus países de origen. Si bien, en teoría, toda la tripulación a bordo puede estar en cualquiera de los módulos y utilizarlos, cada país debe aprobar cómo se utilizan.

Incluso entre los socios internacionales que quieren trabajar juntos, no siempre es posible llegar a un consenso. Si esto sucede, el presidente de la Junta puede tomar decisiones (conforme a un código de conducta). Si no, el problema puede elevarse al administrador de la NASA y al jefe de la agencia espacial rusa, Roscosmos.

La NASA dice tener un plan B para mantener la Estación Espacial sin Rusia

El espacio es una de las últimas áreas restantes donde Estados Unidos y Rusia continúan cooperando, a pesar de la guerra. El 1 de marzo, la NASA dijo que estaba tratando de encontrar una solución para mantener la ISS en órbita sin la ayuda de Rusia. Es cierto que las tripulaciones y los suministros son transportados al segmento ruso por la nave espacial Soyuz. Y “los cargueros [rusos] Progress se utilizan para corregir la órbita de la Estación, por así decirlo, es como si le dieran un empujoncito” para evitar su caída.

Es decir, la ISS depende claramente de la tecnología y misiones de Roscomos. Pero “no tengo duda de que si hubiera algo dramático encontraríamos una solución entre todas las empresas que están desarrollando capacidad de lanzadores, los americanos no van a dejar que ocurra [esa caída]”, tranquiliza Noelia Sánchez-Ortiz.

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La Estación Espacial Internacional depende hoy de la tecnología de cargueros rusos Progress y de las naves Soyuz. Algunos expertos miran a SpaceX de Elon Musk como alternativa.

Puntualmente, se ha realizado la misma operación con cargueros europeos Verne, Kepler, Amaldi, Einstein y Lemaître, que tienen sus propulsores. También están los cargueros americanos Cygnus, con los que se prevé hacer pruebas.

El profesor de Estudios de Defensa del King’s College de Londres Mark Hilborne apunta a Elon Musk. ”La cápsula Dragon de SpaceX es actualmente la única otra nave espacial capaz de acoplarse y abastecer a la ISS, por lo que también podría proporcionar el empuje si es necesario”, si bien, las Dragon no están diseñadas para esta tarea.

Musk dijo que su compañía ayudaría si Rusia retiraba su apoyo a la ISS de una manera que pusiera en peligro la Estación Espacial. El multimillonario dueño de SpaceX ha acudido en ayuda de Ucrania dotándola de terminales que permiten acceder al sistema Starlink, su megaconstelación de satélites para ofrecer internet de alta velocidad.

En todo caso, si todas las alternativas fallasen, Sánchez-Ortiz lanza un mensaje tranquilizador. La experiencia nos dice que, según se fuera acercando en su caída, “iríamos monitorizando su trayectoria, con cierto margen para avisar a la población o ante una infraestructura muy crítica. Es lo que hizo China, cuando perdió el control de su cohete [Larga Marcha 5G] que cayó en el océano”. Si bien, la NASA acusó a la administración de Xi Jiping de ser “irresponsable con su basura espacial”.

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La Estación Espacial Internacional es un símbolo para la ciencia y la colaboración de la humanidad dede 2000. Ha involucrado a cinco agencias espaciales diferentes de cinco regiones del mundo: EE.UU., Rusia, la UE, Canadá y Japón. Los módulos y partes de la ISS han sido construidos progresivamente por muchos países diferentes. Ahora, esa colaboración sí puede saltar por los aires… literalmente.

“Sabemos que la basura espacial es un verdadero problema. Salvo que te estén vigilando, cada uno actúa un poco como quiere y se dejan satélites viejos abandonados… en este sentido sí que es un poco el salvaje oeste del espacio”, recuerda Sánchez-Ortiz. Rusia, en noviembre de 2021, puso en peligro a la Estación Espacial Internacional al lanzar un misil contra un satélite en desuso. El choque dejó una nube de escombros de más de un millar de pedazos, de los que uno, al menos, fue claramente peligroso.

“La propulsión es clave para evitar basura espacial”, precisa Miguel Bello Mora, del Atlantic International Research Centre. Hace necesarias “maniobras evasivas con cierta periodicidad para evitar colisiones fatales, dada la gran velocidad de estos objetos”. A su juicio, “la contribución de Rusia hoy es fundamental para mantener la altura, para evitar colisiones con basura espacial y para evitar un accidente al final de la vida útil de la ISS”.

La nave europea Lamaître ATV, que tenía también la capacidad de propulsión, no está operativa desde 2015. “Sin embargo una nueva nave americana, Cygnus (Northrop Grumman) tiene capacidad para atracar en la ISS y ya ha realizado con éxito un test de propulsión. De esta forma también USA puede realizar maniobras en la ISS y la dependencia de Rusia desaparecería por completo”, precisa el ingeniero en Sinc.

¿Un americano abandonado por Rusia en la Estación Espacial Internacional?

Mark Vande Hei se va a convertir en el astronauta de la NASA que más tiempo ha pasado en el espacio. 355 días, desbancando a Scott Kelly, que pasó 340 días en órbita hace nueve años. Pero Vande Hei ha visto estos días cómo podría llegar a batir la marca de un año entero dando vueltas a la Tierra. Rusia ha amenazado a los americanos con dejar tirado a este astronauta de Virginia.

Rogozin, amenazó con dejar “abandonado en la ISS” a Vande Hei, quien, según está previsto, regresará a Tierra el 30 de marzo en una nave Soyuz junto los cosmonautas Anton Shkaplerov y Pïotr Dubrov. Los tres dependen de la infraestructura rusa. Circula un vídeo de Roscomos por Telegram en que se ve la recreación de un módulo ruso que se desacopla voluntariamente de la ISS. Los comonautas de Rusia dicen adiós al americano, que se queda en órbita.

“Como experta en política espacial, la ISS representa para mí un punto culminante de la cooperación en la exploración espacial. Pero para la tripulación actual las cosas pueden volverse preocupantes a medida que aumentan las tensiones entre EE.UU. y Rusia”, apunta desde Alabama la profesora de Estrategia y Seguridad de la Air University Wendy Whitman Cobb.

Sin embargo, en una rueda de prensa celebrada el pasado lunes, el responsable de la NASA del programa de la Estación Espacial Internacional confirmó que “con seguridad, Mark regresará a casa en esa Soyuz”. Precisó que están “en comunicación con nuestros colegas rusos; no hay dudas sobre eso (…) No puede ir cada cual por libre. La ISS fue diseñada para la Vande Hei, Dubrov y Shkaplerov aterrizarán en las estepas de Kazajistán el 30 de marzo y, hasta el lugar de aterrizaje se desplazarán alrededor de 20 empleados de la NASA.

La NASA intentó enfriar el asunto con un comunicado en el que sugería que las sanciones no afectarían a la cooperación en los programas espaciales civiles: “La NASA seguirá trabajando con todos nuestros socios internacionales, incluidos Roscosmos, en las operaciones de seguridad en marcha en la ISS… No hay cambios previstos en el respaldo de la agencia a las operaciones en marcha tanto en órbita como en tierra”.

De cualquier manera, “todo apunta a un futuro menos cooperativo en el espacio, con la Estación Espacial Internacional camino de desmantelarse en pocos años. Y con Rusia y China negándose a unirse al programa Artemis para enviar personas a la Luna”, concluye Hilborne.