El Gobierno de España ha rechazado la propuesta de Bruselas para reducir el consumo de gas. Poco después de que la Comisión Europea hiciese público su plan de ahorro energético ‘Ahorra gas para un invierno seguro’, en vistas de una posible mayor escasez del suministro, la vicepresidenta tercera del Ejecutivo, también ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, criticaba la propuesta europea en una rueda de prensa al considerar que no es “ni la más eficaz, ni la más eficiente, ni la más justa”.
A falta de que el plan de Bruselas pase el último filtro en el Consejo Europeo de la Energía, que tendrá lugar el próximo martes 26 de julio, estas son las razones que esgrime España para rechazar la propuesta europea.
El Gobierno considera un “sacrificio desproporcionado” el recorte del 15%
Bruselas propone el mismo recorte del 15% en el consumo de gas a España y a todos los países entre el 1 de agosto y el 31 de marzo del año que viene, sin atender a los condicionantes específicos de cada uno. Un porcentaje que llegaría a ser obligatorio para todos los miembros de la Unión si se activa la “alerta comunitaria” sobre la seguridad del suministro.
“No se nos puede pedir un sacrificio desproporcionado, la situación de cada país es distinta”, indicó Ribera. El argumento de la responsable de Energía del Gobierno se basa en que la dependencia del gas de Rusia es muy variable entre unos países y otros.
Sin embargo, Bruselas considera que “aunque algunos Estados son más vulnerables a la interrupción del suministro ruso, dejar que se enfrenten solos tendría graves efectos en cadena para otras economías”.
Según la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, este esquema porpuesto por Europa para el gas para España supone un “esfuerzo sobredimensionado”. Así lo ha detallado este jueves en una entrevista en la Cadena Ser donde ha explicado que, a diferencia de lo que ocurre en otros Estados miembros —como Alemania, que ha recurrido al carbón para ahorrar gas—, en España “una parte muy importante de la electricidad” se genera a partir del ciclo combinado que se alimenta con esta materia prima.
Bruselas no tiene en cuenta la red de regasificación de España
La capacidad de almacenamiento de gas en España roza, en este momento, el 75%, mientras que la media europea se acerca al 65%, según los datos de los operadores europeos que publica GIE-AGSI. “Gracias a las inversiones que hemos acometido durante los últimos 25 años disponemos de más capacidad de regasificación y almacenamiento de gas natural licuado» que en otros países europeos, ha insistido Ribera.
La ministra indicó que España es la puerta de entrada de más del 30% del gas natural licuado a Europa. Además, recordó que el país tiene una gran capacidad de almacenamiento y reexportación a través de buques metaneros.
De hecho, la península dispone de gasoductos por donde conduce el gas argelino a Portugal, Francia y al resto de países de la UE. Por un lado, existen dos conexiones con Portugal. Por el otro, hay dos tuberías por las que se transportan unos 8.000 millones de metros cúbicos anuales de gas natural al resto del continente, los gasoductos de Larrau e Irún, tal y como especifica el informe anual de Enagás. El resto de exportaciones españolas son mediante metaneros, buques dedicados al transporte de gas natural licuado.
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La ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico lo ha explicado así en la Cadena Ser: “España es, en estos momentos, la referencia más importante de entrada de gas en Europa a través de una infraestructura enormemente desarrollada que permite transferir gas a través de los dos gasoductos de pequeño tamaño que existen en los Pirineos, o a través de los centros logísticos con mecanismos de menor tamaño”.
No se ha hecho una ronda de consultas antes de aprobar el documento
“España no apoya esta propuesta de Bruselas para reducir el consumo de gas porque consideramos que se plantea sin debate de orientación general en el Consejo Europeo”, explicó Ribera. “Queremos un debate sólido y honesto, oyendo las propuestas de cada uno de los Estados miembros y no imponer soluciones que no nos parecen ni ajustadas ni eficaces para lo que se pretende”, añadió la ministra que afeó las maneras de Bruselas: “No nos pueden exigir un sacrificio sobre el que ni siquiera nos han pedido opinión previa”.
También ha insistido en este punto la ministra en la Cadena Ser. “Lo que nos molesta es que no se haya planteado un debate abierto”, ha dicho Ribera, que considera que Europa tendría que haber hablado con el Gobierno español y “no imponer” una “visión simplista”.
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