España es uno de los países europeos con las condenas más largas, pero no tiene las cárceles más llenas, como dice Ciuró

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“Es objetivamente cierto que el Código Penal español es uno de los códigos penales que tiene las penas más altas en general y tenemos las cárceles más llenas como consecuencias de estas penas elevadas”
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La nueva consejera de Justicia de la Generalitat de Catalunya, Lourdes Ciuró, aseguró el pasado sábado 19 de junio en una entrevista en el Via Lliure de RAC1 que “el Código Penal español es uno de los códigos penales que tiene las penas más altas” y que esto hace que tengamos “las cárceles más llenas” (en el minuto 22:53). “Es objetivamente cierto que el Código Penal español es uno de los códigos penales que tiene las penas más altas en general y tenemos las cárceles más llenas como consecuencias de estas penas elevadas”, señaló.

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Es engañoso. El Código Penal español sí se considera uno de los que prevé penas de prisión más largas y la duración media en prisión es de las más elevadas de Europa. Sin embargo, España está lejos de los países de Europa con más presos en las cárceles.

El quinto encarcelamiento más largo de Europa

El Consejo de Europa publica anualmente las estadísticas penales anuales sobre la población penitenciaria, que incluyen la duración media en prisión. En abril de 2021, hizo público el informe de 2020 y España se sitúa en quinta posición, con una media de 20,2 meses en la cárcel, por detrás de Portugal, Rumanía, Moldavia y República Checa (en la página 125 del informe).

El informe diferencia entre las prisiones de España (el total), las que gestiona la Administración General del Estado (de todas las comunidades autónomas menos Cataluña) y las que gestiona la Generalitat de Catalunya, ya que Cataluña tiene transferidas las competencias en materia de servicios penitenciarios desde 1984.

Josep Cid, catedrático de Derecho Penal de la Universitat Autònoma de Barcelona, apunta que el hecho de que España se sitúe en quinta posición en duración media del encarcelamiento “es un buen indicador de que las penas son largas y de que, siendo un país en que llegar a prisión es difícil, cuando se llega, se pueden acumular varias condenas”.

Cid se refiere a que “llegar a prisión es difícil” porque España es un país con un bajo nivel de entradas a prisión. Así figura en los datos de ingresos que constan en el informe del Consejo de Europa (en la página 98).

La consejera no hace referencia explícita a Europa, pero el equipo de prensa del Departament de Justícia de la Generalitat de Catalunya subraya a Verificat por correo electrónico el dato del tiempo de las condenas (en la página 54 del mismo informe). En este caso, el 48,4% de los condenados en España tienen condenas de cinco años o más, nueve puntos más que la media europea, que se sitúa en el 39,6%.

“El Código Penal español es considerado de manera general (teniendo en cuenta la totalidad de conductas tipificadas) uno de los que prevé las penas de prisión más altas en términos de extensión”, señala a Verificat Manuel Vivo, profesor del área de Derecho Penal de la Universitat de Girona. Con él coincide Antonio Doval, catedrático de Derecho Penal de la Universidad de Alicante, que añade que en España “se hace un uso desmesurado de la pena de prisión”.

Finalmente, si hacemos la comparativa a escala global, España se sitúa en una posición intermedia en relación con el resto de los países del mundo, según los datos del World Prison Brief.

La ocupación de las prisiones

En sus declaraciones en RAC1, la consejera Ciuró también afirmaba que, “como consecuencia de estas penas elevadas”, “tenemos las cárceles más llenas”.

Según las estadísticas penales del Consejo de Europa (en la página 35 del informe de 2020), en Cataluña había el año pasado 107,5 presos por cada 100.000 habitantes y en el resto de España, 117,1. En el total de España era de 117,8 presos por cada 100.000 habitantes, situándose en decimoséptima posición.

De hecho, desde 2010 España siempre ha estado lejos de los países con una tasa de encarcelamiento más elevada.

Descenso en el número de presos

Además, tanto en Cataluña como en el resto de España se ha producido un descenso casi constante del número de presos por cada 100.000 habitantes desde 2010 hasta 2020.

Si las penas son más largas y hay un porcentaje elevado de condenados con condenas de más de cinco años, ¿por qué las cárceles españolas están lejos de la ocupación de los países con más presos?

Para Josep Cid, se trata es la interacción de dos factores: entradas a prisión y duración del encarcelamiento. Las entradas han seguido bajando en 2020 y, con una cierta estabilización de la duración del encarcelamiento, la población reclusa disminuye. Por su parte, Antonio Doval argumenta que se delinque menos, pero hay una excesiva duración de las penas. “No es problema de cantidad de condenados, sino de la duración de las condenas”, concluye.

Manuel Vivo explica que si bien “el Código Penal español es uno de los más duros de su entorno, el sistema judicial español es uno de los más garantistas de su entorno”. Y lo resume de la siguiente manera: “La Fiscalía, basándose en un Código Penal que podemos calificar de duro, suele pedir penas elevadas para los acusados, pero durante el proceso y por el sistema garantista, las penas que se acaban imponiendo suelen ser más bajas”.

Miguel Ángel Muñoz, profesor de la Universitat de Barcelona y experto en derecho penal, apunta que, al margen de las penas previstas, “lo esencial es el régimen penitenciario de cada país, ya que una cosa es la pena que se impone y otra la que finalmente se acaba cumpliendo”, considerando que los beneficios penitenciarios y las redenciones de pena son algo muy común. 

En esta línea, Muñoz sostiene que “lo realmente indicativo del rigor o dureza del sistema penal reside en el efectivo cumplimiento de las penas y, por lo tanto, en el porcentaje real de cumplimiento en relación con la pena impuesta”. Manuel Vivo añade que hay que tener en cuenta “no solo la condena formalmente impuesta a diferentes países para un mismo delito, sino también las posibilidades reales de que, a cada uno de estos países, el condenado acabe cumpliendo íntegramente aquella pena”.

Finalmente, Ramon Regués, catedrático de Derecho Penal de la Universitat Pompeu Fabra, afirma que el hecho de que las cárceles estén más o menos llenas no depende solo de la duración de las condenas a las sentencias, sino que también hay que tener en cuenta otros datos como los posibles sustitutivos o medidas alternativas en la ejecución o la libertad condicional en la parte final de la ejecución.

En España, prosigue Miguel Ángel Muñoz, es habitual que los presos (salvo multirreincidentes, delitos muy concretos y circunstancias especiales), “acaben acogiéndose a regímenes abiertos e incluso a la libertad condicional tras cumplir dos tercios de la pena, lo que al final rebaja sustancialmente el castigo previsto en el código penal y la pena impuesta en su día”. Así pues, concluye que “resulta más duro un sistema que imponga un año de prisión y sea de cumplimiento íntegro, que un sistema que imponga por el mismo delito la pena de dos años, pero que te permita aplicar una suspensión de la pena en circunstancias bastante asequibles”.

Resumen

Aunque es cierto que generalmente se considera que el Código Penal español tiene unas penas elevadas y los datos muestran que la media de días en prisión es alta en España en comparación con los países europeos, las prisiones de España están lejos de ser las más ocupadas del continente. 

Además, hay otras variables más allá de las condenas previstas en el Código Penal para entender la ocupación de las cárceles. Así pues, como la declaración de la consejera Lourdes Ciuró mezcla datos correctos con otros que no lo son, consideramos que es engañosa.

Este artículo es fruto de la colaboración entre Newtral y Verificat.

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