El mundo de las criptomonedas se tambaleó el pasado noviembre con la caída en desgracia de FTX. La plataforma de compraventa de cripto liderada por Sam Bankman-Fried se ha convertido en poco tiempo en uno de los ejemplos paradigmáticos de los peligros de una industria marcada por el fraude, la opacidad y la falta de rendición de cuentas. Pero no debería ser así.
La tecnología blockchain en general, y las criptomonedas en particular, nacieron con el cometido de proponer un nuevo sistema financiero descentralizado. Es decir, un universo en el que las transacciones entre usuarios se gestionasen a través de una tecnología que ningún banco central pueda transgredir. La filosofía original, así como el propio funcionamiento de muchas criptomonedas, se mantiene fiel a ese precepto. Pero la plataforma de cripto FTX lo ha traicionado por completo.
Claro que la percepción de la gente alejada de las cripto es muy diferente. Y los creyentes en el futuro del DeFi, o Finanzas Descentralizadas, temen que la caída de FTX tenga consecuencias apocalípticas para el sector.
- La criptomoneda Bitcoin alcanzó su valor más bajo en dos años en plena crisis de confianza con motivo del fin de FTX.
- Y firmas de cripto con vinculación a FTX, como BlockFi, Gemini o Genesis, están cerca o ya han declarado la bancarrota tras sufrir los shocks del mercado.
El sentimiento general en la industria es sombrío, pero algunos mantienen el optimismo. Y es fácil ver por qué. La caída de FTX ha revelado algunas de las peores lacras de los principales jugadores de las criptomonedas. Pero que FTX las tenga no significa que todos los que participan en el blockchain las tengan. Por eso, cabe explicar a fondo qué ha pasado con FTX y entender por qué es importante marcar diferencias en un mercado que no ha dejado de evolucionar.
Primera cripto-clave: FTX y Coinbase no son lo mismo
Las criptomonedas son activos digitales, por lo que es imposible transferir dinero a otra persona de forma física. Uno puede transferir valor dándole una moneda a un amigo, pero si quiere hacer lo mismo con cripto, la transacción debe quedar registrada de forma digital. Si no, nunca se ha producido. Entendido eso es más fácil explicar las plataformas de intercambio de criptomonedas como la FTX de Sam Bankman-Fried.
- FTX funciona como una app en la que el usuario vincula su tarjeta bancaria para meter euros que después podrá usar para intercambiarlos por criptomonedas.
- Por ejemplo, un usuario mete 100 euros en FTX y los usa para comprar 1 Bitcoin.
- La app de FTX le indicará que ahora mismo existe 1 Bitcoin bajo el nombre del usuario que ha efectuado la compra.
¿Pero dónde está ese Bitcoin? ¿Es realmente del usuario? No. Una plataforma de compraventa de criptomonedas suele actuar como custodio de ese Bitcoin. Pero hay diferencias entre plataformas:
- Coinbase guarda los activos de los usuarios 1:1. Esto significa que una vez el usuario ha comprado 1 Bitcoin, Coinbase lo guarda a buen recaudo para que ese usuario lo reclame cuando quiera. La plataforma hace dinero al cobrar comisiones cada vez que el usuario compra o vende ese Bitcoin.
- FTX es otra historia. La plataforma usa los activos de los usuarios para ofrecérselos prestados a otros usuarios. Es decir, sigue la estela de lo que hacen los bancos comerciales tradicionales.
¿Podría hacer eso FTX? La verdad es que no. Los términos y condiciones de la plataforma especifican que FTX no puede usar los activos digitales de sus usuarios para ofrecerlos prestados a otros usuarios o entidades.
Segunda cripto-clave: FTX arriesga demasiado
El analista Matt Levine lo explicaba muy bien en su newsletter a principios de noviembre cuando todavía se especulaba sobre lo que había podido suceder con FTX:
«Un día, un cliente viene y te dice: ‘Tengo 10.000 dólares, pero soy muy optimista con Bitcoin, así que me gustaría comprarte 20.000 dólares de Bitcoin. ¿Por qué no me dejas 10.000 dólares para así poder comprar 20.000 dólares de Bitcoin y seguir emocionándome?’. Puede que tú digas: ‘No, qué tontería, Bitcoin es volátil. Comprar 10.000 dólares de Bitcoin ya es de por sí muy emocionante’. Pero tus competidores probablemente ofrecen préstamos y es tentador para ti hacerlo también. Así que dices ‘Venga, vale, tomaré tus 10.000 dólares y te pondré 20.000 dólares de Bitcoin en tu cuenta'».
Si el precio de Bitcoin sube, esos 20.000 dólares de Bitcoin pueden pasar a valer 30.000, con lo que el cliente tiene la opción de vender parte de sus Bitcoin y devolver los 10.000 dólares que le había pedido prestados a FTX. Pero la situación cambia si el precio de Bitcoin se desploma y el usuario carece de opciones para pagar de vuelta. Entonces, FTX puede tener que asumir las pérdidas de su cliente.
- Normalmente, los bancos comerciales tienen garantías de sus clientes. Eso les permite recuperar pérdidas cuando uno de ellos incumple su deuda.
- Pero si las garantías también están ancladas en el valor de Bitcoin, sumamente volátil, plataformas como FTX pueden tener más dificultades para pagar aquello que deben.
Es algo que se explica mejor con los conceptos de liquidez y solvencia en un contexto en el que el precio de Bitcoin cambia radicalmente.
- Si FTX tiene buenas garantías en los préstamos que ha dado a sus clientes porque el Bitcoin se mantiene a buen precio, el mayor problema que encontrará será uno de liquidez.
- Es decir, FTX quizá no tenga dinero ahora para pagar a un cliente que quiere que la plataforma le devuelva sus dólares, pero los tendrá más adelante cuando otros clientes devuelvan el dinero que han pedido prestado.
- Pero si FTX carece de buenas garantías en los préstamos porque el Bitcoin se ha desplomado en precio, el mayor problema será uno de solvencia.
- Es decir, que ni tiene dinero ahora para pagar a los clientes que quieren sus dólares de vuelta ni lo tendrá más adelante porque los clientes que le tienen que pagar más adelante también están perdiendo dinero y las garantías en Bitcoin valen mucho menos de lo que valían hace unos meses.
Por tanto, FTX nunca recuperará el dinero suficiente para pagar a todos los clientes que quieren sus activos de vuelta.
Tercera cripto-clave: una criptomoneda para mí
El problema es cien veces más grave en FTX que lo que podría ser en cualquier otra plataforma de compraventa de cripto. Y la principal razón de ello tiene que ver con Alameda Research.
- Alameda es un fondo de inversión especializado en criptomonedas fundado por Sam Bankman-Fried.
- Las estrategias del fondo estaban ancladas en el llamado trading cuantitativo, que se basa en computaciones matemáticas y cálculo para identificar oportunidades de operaciones financieras.
FTX y Alameda debían ser entidades separadas, pero las revelaciones del último mes han dejado claro que ese no era el caso. Y como ha ido ilustrando el propio Sam Bankman-Fried en declaraciones y entrevistas a lo largo de las últimas semanas, todavía queda mucho por descifrar sobre las actividades profundamente preocupantes que se estaban dando entre ambas compañías. La idea general es la siguiente:
- FTX era una plataforma de compraventa de criptomonedas que usaba los activos digitales de sus clientes para dar dinero prestado a otros usuarios y entidades pese a que eso iba en contra de sus términos y condiciones.
- Alameda Research era una de las entidades que pedía dinero prestado a FTX en cantidades que superan los 10.000 millones de dólares, según el propio Sam Bankman-Fried.
- Desde Alameda hicieron una serie de apuestas muy arriesgadas por las que perdieron miles de millones de dólares. Probablemente, agravado por el invierno que las cripto han sufrido este 2022.
Además, Alameda pedía ese dinero prestado poniendo como garantía la criptomoneda FTT, una cuyo valor está directamente relacionado con la proyección futura de FTX como compañía.
Cuarta cripto-clave: FTX, un Qué bello es vivir
Es decir, que FTX estaba haciendo un mal uso de los activos de sus clientes y Alameda se estaba aprovechando de ello usando como garantía una criptomoneda inventada por la propia FTX.
- Que FTX, Alameda y la criptomoneda FTT estuvieran tan intrínsecamente relacionadas es un problema porque la caída en valor de FTT puede descalabrarlo todo. Y eso es precisamente lo que ocurrió.
- Cuando el medio CoinDesk reveló que la mayoría de activos de Alameda eran de la criptomoneda FTT creada por FTX, la noticia sacudió a la industria y generó dudas sobre el imperio de Sam Bankman-Fried.
- El valor de FTT se desplomó y los clientes de FTX acudieron en masa a la plataforma a retirar sus activos, pero FTX carecía de liquidez para pagar a todo el mundo.
- Sam Bankman-Fried tampoco podía vender sus activos en FTT para pagar a los clientes porque el mero hecho de intentar vender esos activos habría reducido el valor de la cripto (y de los activos) a cero.
A esas alturas, la espiral de la muerte y el corralito sacado de Qué bello es vivir habían firmado la sentencia definitiva de FTX. No había solvencia y la única alternativa era declarar la bancarrota. El imperio de Sam Bankman-Fried ya no valía nada.
Pero pese a la presencia constante de las criptomonedas en este artículo, lo cierto es que el de FTX no es una condena del DeFi. Si acaso, es una constatación de la necesidad de regulación en la industria para impedir que compañías como FTX puedan abusar así de sus clientes. Los miles de millones de dólares perdidos estas semanas deberían ser una llamada de atención a futuristas y reguladores. Pero hasta que se tomen medidas trascendentales, todo apunta a que por el camino caerán unos cuantos imperios más.
- The New York Times: Why Did FTX Collapse? Here’s What to Know.
- Investopedia: What Is Quantitative Trading? Definition, Examples, and Profit
- CoinDesk: FTX’s Collapse Was a Crime, Not an Accident
- Bloomberg: 11 Hours With Sam Bankman-Fried: Inside the Bahamian Penthouse After FTX’s Fall
- Federal Trade Commission: Reports show scammers cashing in on crypto craze
- FTX TERMS OF SERVICE
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