Cumbre Vieja 2021, la erupción más larga en La Palma desde que hay registros

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Dibujo remitido al tribunal de la Inquisición en 1677 del volcán de San Antonio | Archivo Histórico Nacional
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Explicaba la volcanólga Alicia Felpeto a Newtral.es que un volcán no se considera extinto hasta que pasan unos 10.000 años. “Muy poco tiempo, en términos geológicos”. Pero tan solo 84 días es una eternidad para los habitantes de La Palma. Sus retinas se han acostumbrado a la incandescencia de las noches y a la negrura de cielos y tierras cenicientas. La erupción iniciada en Cumbre Vieja el pasado 19 de septiembre ha batido varios récords. Ya es la erupción más larga conocida en la isla en 500 años y está a escasos días de ser la segunda más duradera de todas las Canarias en cinco siglos.

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De Tehuya a Tiguantón, pasando por el volcán eterno de Timanfaya. Así ha evolucionado la duración de las otras erupciones históricas de La Palma y el resto de islas canarias desde que se tienen registros sólidos:

Camino de ser la segunda erupción más larga de las Canarias en 500 años

Más de 84 días de volcán. Al inicio “nadie apostábamos por que llegara a esa cifra”, reconoce el geólogo y divulgador Nahúm Méndez Chazarra. La intuición apuntaba entonces a que se movería en los márgenes de las erupciones más recientes. Es decir, entre 24 y 84 días. Los 24 del volcán de Teneguía (1971) y las 84 jornadas emitiendo lava del volcán de Tehuya (1585).

Por su número de bocas y la zona en que explotó, guardaba similitudes con el de San Juan (1949). Incluso por la manera en que empezaron a discurrir las coladas. Sin embargo, ha quedado acreditada la destrucción masiva del actual de Cumbre Vieja, poco comparable a las de anteriores volcanes.

Es cierto que en las últimas jornadas la erupción abierta en Cumbre Vieja parece mostrar claros “signos de debilitamiento”, señala desde INVOLCAN su portavoz David Calvo que, sin embargo, es cauto como para dar una fecha para su agotamiento. Tras el primer mes de erupción, ya se observó que había algunos mecanismos de este volcán desconocidos y que habían convertido al fenómeno en un rompecabezas para la comunidad científica. “Erupciones pasadas ya no garantizan (ni explican) erupciones futuros”.

Tan solo las erupciones de Timanfaya (Lanzarote), con 2.055 días, la de Chahorra y las Narices del Teide (Tenerife), con 99 jornadas, hacen sombra a la actual en Cumbre Vieja, sin contar la submarina del Tagoro (El Hierro) de 2011, con 147 días.

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Tehuya ocultó una erupción histórica fantasma

La erupción de 2021 ha superado en tiempo a la de Tehuya. Aquella fue una erupción con tal impronta en paisaje y memoria que tapó a otra anterior hasta los años cincuenta del siglo pasado. En realidad, fue una especie de erupción fantasma, ya que sus efectos visibles fueron atribuidos durante centurias al volcán de Tehuya, del siglo XVI. Una profesora tinerfeña, llamada María Rosa Alonso, puso sobre la mesa una tesis: hubo un volcán anterior a la conquista castellana de las Canarias.

Su hipótesis, planteada en 1949, partía de la base de que nunca se llegó a documentar bien lo ocurrido en la isla de La Palma hacia las últimas décadas del siglo XV. En 1773, un libro publicado por el presbítero José de Viera y Clavijo habla del cantón de Tehuya. “Había acontecido aquella desgracia, tan memorable para los palmenses, de haberse disuelto, por efecto de la erupción de un volcán, parte de la famosa montaña Tacande, que era el más fértil y delicioso terreno de la isla”.

Del volcán de Tehuya (del 19 de mayo al 10 de agosto) existe este registro de Fray Alonso de Espinosa en su Historia de Nuestra Señora de Candelaria de 1594: “Y esto haber sido así, además de que en otras islas ha acontecido, lo vimos por nuestros ojos el año de 1585, en la isla de La Palma, en el término de Los Llanos, junto a una fuentecilla, en un llano, fue creciendo la tierra visiblemente en forma de volcán, y se levantó en gran altura, como una gran montaña, y habiendo precedido muchos terremotos y temblores de tierra, vino a abrir una boca grande, echando por ella fuego espantoso y peñascos encendidos. Y al cabo de algunos días (con gran estruendo que se oyó en las otras islas) reventó y echó de sí dos o tres ríos de fuego, tan anchos como un tiro de escopeta, y corrieron más de legua por tierra, hasta llegar a la mar”.

Tecnologías posteriores permitieron demostrar que, en efecto, algunas de las manifestaciones que se atribuyeron a la erupción de Tehuya, también el la zona conocida como Cumbre Vieja, fueron anteriores. Lo que hoy conocemos como el volcán de Tacande. Pero los detalles de aquella se desconocen. Como se desconoce qué vio Colón en su paso por La Palma, en dirección a América, como recoge su bitácora.

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Cumbre Vieja, una zona de volcanes destructivos

Si la erupción de Tehuya se caracterizó por la formación de rocas con forma de aguja o pirámide (pitones), la de San Antonio, de 1676-77, por las bombas volcánicas. Estas rocas incandescentes, lanzadas a gran velocidad desde la boca del volcán, quedaron perfectamente retratadas en una ilustración remitida al Tribunal de la Santa Inquisición, describiendo un fenómeno eruptivo muy similar al de 2021, pero de una duración de apenas 47 días.

Aún mejor retratado quedó el volcán de Teneguía. Una erupción breve de la que se tienen estas filmaciones en súper 8 color, que vieron la luz recientemente en Newtral.es, y algunas más del NODO. Las primeras donde se observa como una atracción turística.

Lo ocurrido este año en Cumbre Vieja no tiene precedentes desde el punto de vista de la destrucción. Pero, incluso aunque esté cercano su cese, la interrupción en la salida de lava en La Palma no implica el fin de la emergencia. La desgasificación del centro eruptivo y de las coladas puede durar meses, según ha advertido María José Blanco, portavoz del comité científico del PEVOLCA. Y tenemos un referente cercano para saberlo. El volcán submarino Tagoro, que erupcionó cerca de la costa de El Hierro hace una década, siguió emitiendo gases durante varios meses después de que se diera por finalizada la erupción y es probable que lo mismo suceda en el caso de La Palma.

Fuentes y referencias históricas:

  • Las endechas a la muerte de Guillén Peraza, documento de María Rosa Alonso, en el Anuario de Estudios Atlánticos. Nº 2. 1956. Biblioteca Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
  • Milagros de Nuestra Señora de Candelaria de Fray Alonso de Espinosa, 1594. Biblioteca Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
  • Noticias de la historia general de las Islas Canarias de Viera y Clavijo, 1773. Biblioteca Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
  • NODO de la erupción del volcán de San Juan (1949)
  • Nahúm Méndez Chazarra, autor de Un Geólogo en Apuros (Paidós, 2019).
  • Alicia Felpeto, volcanóloga Instituto Geográfico Nacional.
  • José Luis Barrera, geólogo del ICOG y coautor de la Guía del Parque Nacional de la Caldera de Taburiente (La Palma).