El hartazgo reduce la percepción del riesgo a la COVID-19

Gente en la calle con mascarilla
Alexandre Rotenberg (Shutterstock)
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Aunque 6 de cada 10 personas opinan que las medidas impuestas no son exageradas, de la encuesta COSMO-SPAIN se desprenden signos de lo que la OMS considera fatiga pandémica. Un término defendido por unos para explicar el desapego a las recomendaciones ante la COVID-19; y criticado por otros, por servir de excusa a gobernantes para no asumir su responsabilidad en Salud Pública y prevención.

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En esta tercera encuesta, realizada en noviembre, destaca una menor percepción del riesgo de enfermar gravemente (y sólo un 26% de la población cree que sus probabilidades de contagio son elevadas).

También se ven mayores signos declarados de depresión respecto a sondeos anteriores. Y un hartazgo de oír hablar todo el rato de la COVID-19.

Sin embargo, los autores destacan que  los encuestados no refieren cansancio debido a las limitaciones para proteger a los más vulnerables. Tampoco dicen haber perdido las ganas de luchar contra la enfermedad

En general, se sienten moralmente responsables a la hora de cumplir con las recomendaciones y no creen que se pierda tiempo al seguir las recomendaciones y restricciones.

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Menos lavado de manos y búsqueda de información

Concretando, el seguimiento de las medidas preventivas, disminuyen ligeramente el número de personas que está pendiente de lavarse las manos. Algo parecido ocurre con la distancia de seguridad, evitar tocarse ojos, nariz y boca con las manos sucias o evitar reuniones sociales.

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Por otro lado, ha caído la búsqueda de información sobre la COVID-19. Un 34% indica que consulta datos sobre coronavirus muy frecuentemente. En la anterior ronda, de agosto, llegaba al 41%.

Consultado por Newtral.es, el vicepresidente de la Sociedad Española de Epidemiología Oscar Zurriaga Llorens apunta que la ciudadanía viene siendo, en general “muy cumplidora”. Otra cosa es «la percepción de estar cumpliendo”, especialmente si las normas no son “consistentes en el tiempo” o hay relajación por estar entre familiares o gente de confianza.

Para el epidemiólogo, lo peor es tener “falsa sensación de seguridad, porque normas son todas, no una sola. No vale solo con creer cumplir con las mascarilla, por ejemplo. La fatiga pandémica nos hace no ver el final y la gente está muy cansada y se siente insegura”.