Volvemos a la viralizada frase y meme de Los Simpson: “Estamos en el verano más cálido de la historia, pero el más fresco de lo que te queda de vida”. De algún modo, uno de los científicos que la inspiraron, Fernando Valladares, explica que en realidad “la primera vez que lo dije introduje la palabra ‘probablemente‘ con toda la intención”. Porque la ciencia climática también es una cuestión de probabilidades. Y el último informe del World Weather Attribution (WWA) pone una cifra sobre la mesa: las probabilidades de que tengamos veranos de calor y sequía como el de 2022 se multiplican por 20 ante el actual escenario de emergencia climática.
Un equipo especializado en la atribución de los fenómenos extremos a la emergencia climática del WWA acaba de publicar un estudio centrado en este aspecto. Explica que el calor anómalo de junio, julio y agosto de 2022 derivó en una sequía en el suelo también inusual en el hemisferio norte no tropical. El investigador del MNCN-CSIC Valladares lo explicaba a finales de agosto de esta manera en el pódcast de Newtral Mientras contábamos las olas:
A su modo de ver, un calor y una sequía de esta magnitud y extensión puede ocurrir una vez cada 20 años, en lugar de lo que pasaba hasta ahora: sucedía un verano de cada 400. Este resultado está en línea con otro estudio de atribución liderado por una de las firmantes del reporte actual, la doctora Friederike Otto (Imperial College, Reino Unido). El él se demostraba por primera vez que las actuales olas de calor anómalo son producto de la emergencia climática derivada de la acción humana.
En la actualidad ya hemos superado el umbral de los +1,2º C respecto a los niveles preindustriales en las regiones analizadas. Antes de la era industrial, sólo una de cada cinco generaciones humanas habría conocido un verano como el de 2022, en lo que a sequía del suelo y calor se refiere.
La sequía por calor en las raíces de cultivos, hasta 4 veces más probable por la emergencia climática
Según señalan desde el WWA, la escasez de agua, los incendios extensos, los altos precios de los alimentos y las graves pérdidas en los cultivos han sido algunos de los impactos más importantes de uno de los veranos europeos más calurosos registrados jamás.
Olas de calor de hasta 42 días en España y lluvias excepcionalmente bajas en todo el hemisferio norte han marcado la canícula de 2022. “Estas condiciones dieron lugar a suelos muy secos, particularmente en Francia, Alemania y otros países de Europa central”, apuntan. China continental también experimentó temperaturas excepcionalmente altas y sequedad.
Los modelos de superficie terrestre muestran que la humedad del suelo donde crecen las raíces de las plantas ha sido muy baja, algo impensable a principio del siglo XX, apuntan en el informe. Esto apunta a que la era industrial ha cambiado el patrón de desarrollo de los cultivos.
Para determinar el papel de la emergencia climática en estos cambios, “combinamos los datos de observación con modelos y concluimos que el cambio climático inducido por el ser humano aumentó la probabilidad de que se observaran eventos de sequía de la humedad del suelo”. Es más: lo observado en la realidad ha sido peor que los modelos matemáticos que proyectaban los ordenadores.
Antes de la era industrial, sólo una de cada cinco generaciones conocía un verano como el de 2022. Ahora viviremos uno así cada 20 años.
Combinando todas las líneas de evidencia, “encontramos para Europa central y occidental que el climático inducido por el ser humano hizo que la sequía en la zona de las raíces en 2022 fuera unas 3 a 4 veces más probable. Y que la sequía del suelo superficial fuera unas 5 a 6 veces más probable”, señalan.
Los modelos analizados también muestran que la sequía por calor y evaporación seguirá aumentando con el calentamiento global adicional. Esto es “consistente con las tendencias a largo plazo proyectadas en los modelos climáticos, como se informa, por ejemplo, en el informe del Panel de Expertos del Cambio Climático de la ONU (IPCC)”.
El verano de 2022 ha sido el más cálido desde que se tienen registros en Europa, según el Servicio de Cambio Climático de Copernicus (CE). En el caso particular de España, ocurre igual. Ha sido el más caliente de los últimos 61 años, desde que se registran sistemáticamente las temperaturas.

▸ Estudio de atribución
El calor en verano ya sí es noticia: prueban que las actuales olas son producto de la emergencia climática
0 Comentarios