Desinfodemia

El Kremlin afea a España una “tendencia alarmante” a la extrema derecha mientras su embajada se relaciona con grupos ultra

Montaje: Newtral
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El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia ha elaborado un informe con el que pretende medir la “glorificación del nazismo” y otras “formas modernas de racismo, discriminación racial, xenofobia e intolerancia” que, a su juicio, se están extendiendo en varios países, la mayoría europeos. En el espacio dedicado a España describe una situación que califica de “decepcionante”, habida cuenta del aumento de los delitos de odio y el auge de los grupos de extrema derecha, lo cual no es ninguna mentira si se atiende a los datos del Ministerio del Interior y a la preocupación expresada por el Departamento de Seguridad Nacional sobre el fenómeno de la radicalización.

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El documento, publicado por el Kremlin el pasado 11 de septiembre, advierte de “la presencia en Europa de una tendencia alarmante” hacia la internacionalización de la extrema derecha, y para ello cita las actividades de varios grupos españoles de ideología ultra como Devenir Europeo —al que atribuye “opiniones neonazis”— o Bastión Frontal, aunque también menciona partidos políticos como Falange Española y Vox.

No obstante, marca una clara diferencia con la formación de Santiago Abascal al describirla como un “partido patriótico al que opositores y críticos intentan etiquetar como neofranquista”, mientras que se refiere a los falangistas como “radicales de extrema derecha”.

Los lazos de la Embajada de Rusia con la extrema derecha

Pese a que el informe elaborado por el Gobierno de Rusia considera “radical” a Falange y presenta a los grupos de extrema derecha como una amenaza, lo cierto es que la propia embajada rusa en España ha tejido lazos en los últimos años con destacados falangistas y grupos de la ultraderecha española, a quienes ha llegado a invitar a eventos institucionales tanto en Madrid como en Moscú.

El ejemplo más reciente es el II Congreso del Movimiento Internacional de Rusófilos, un cónclave organizado a finales de febrero por el Ministerio de Exteriores de Rusia que reunió en Moscú a cientos de delegados extranjeros que, según el Kremlin, comparten “valores culturales, espirituales y morales rusos”. 

Entre los españoles que se desplazaron a la capital rusa figuran Guillermo Rocafort —autor de varios artículos para la Fundación Francisco Franco— y un comunicador que, a su regreso de Rusia, ejerció como maestro de ceremonias del acto celebrado por Falange Española de las JONS y La Falange en el Teatro Goya el 2 de marzo de 2024.

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De hecho, por el edificio de la embajada rusa en la calle Velázquez han pasado en más de una ocasión personas vinculadas a estas organizaciones falangistas como Carlos Paz o Javier García Isac, quienes han sido invitados con motivo de las celebraciones por el Día de Rusia, al menos, en 2018 y 2019. Fotografías tomadas en los convites de la misión del Kremlin también permiten distinguir a otros referentes para la ultraderecha española que acuden de forma habitual a impartir conferencias en organizaciones de corte neofascista como Facta o el Espacio Ardemans, un local empleado por varios colectivos ultras.

Pero estos no son los únicos casos. La Embajada rusa en España difundió en agosto de 2022 una imagen oficial del interior de la misión donde dos de sus diplomáticos posaban acompañados de integrantes de Hacer Nación y del partido España 2000. En este caso, la fotografía fue tomada durante un homenaje a Daria Dugina, hija del pensador ruso Aleksandr Dugin, que fue asesinada en un atentado con bomba atribuido a los servicios secretos ucranianos.

La incongruencia del Kremlin: de alimentar grupos ultras a señalar “nazis

Manuel Torres Soriano, catedrático de la Universidad Pablo de Olavide y miembro del Foro contra la Desinformación del Departamento de Seguridad Nacional, afirma en declaraciones a Newtral.es que la advertencia que lanza el informe del Ministerio de Exteriores de Rusia respecto al auge de la extrema derecha en Europa “es incoherente”, sobre todo si se tiene en cuenta el “apoyo y patrocinio” que ha prestado a “fuerzas políticas extremistas” en varios países europeos.

En su opinión, el Kremlin “está interesado en fomentar la percepción popular de un auge de la extrema derecha y el neonazismo en el continente” —Putin justificó la invasión de Ucrania como una lucha contra los “nazis”— y, como demuestran varias de sus acciones, en eso basa sus “operaciones encubiertas”. Así es cómo “Rusia pretende seguir rentabilizando una supuesta legitimidad como bastión contra el avance del nazismo que le confirió la victoria sobre Alemania en la Segunda Guerra Mundial” bajo la creencia de que esto “debería facilitar el acercamiento con Europa en contra de un enemigo común”.

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“Pero este tipo de prácticas mezquinas —añade el catedrático— no se agotan con el auge del fascismo. No debemos olvidar cómo Rusia fomentó también de manera encubierta el miedo al Estado Islámico en Europa mediante ciberataques de falsa bandera o con llamadas amenazantes en nombre de los terroristas a familiares de soldados estadounidenses; todo ello para crear esa necesidad de acercamiento a Rusia, la cual se presentaba como la única potencia que realmente estaba parando los pies a este grupo terrorista en Siria”, analiza Torres. 

“Rusofobia” en España

El Ministerio de Exteriores del Kremlin también acusa en su informe a los países occidentales de querer “reformatear la conciencia pública, borrar la memoria histórica e inculcar la ideología neonazi” entre sus ciudadanos, además de “apoyar y legalizar movimientos neopaganos y satánicos”, dice textualmente. Para Rusia, en “Occidente se están cambiando abiertamente y sin contemplaciones conceptos históricos” para —dice el documento— “atribuir toda la responsabilidad de la guerra [la Segunda Guerra Mundial] a la Unión Soviética y declararla «un criminal peor que el Tercer Reich».

Todos estos ataques los atribuye a la “rusofobia”. En el caso de España, el gobierno ruso afea al ejecutivo de Pedro Sánchez que no haya apoyado “el lanzamiento de una operación militar especial de las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa para desnazificar y desmilitarizar Ucrania y proteger a la población civil de Donbass”, al tiempo que critica “la propaganda rusofóbica” que, a su juicio, se lanza “en los medios de comunicación” españoles. 

También hace una mención especial al alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida (PP), a quien acusa de haber prestado su apoyo para “castigar a los bastardos rusos” en una supuesta entrevista con dos “cómicos” —Vovan y Lexus— cuyas “bromas” son utilizadas por el Kremlin para ridiculizar a sus adversarios. En realidad, la entrevista —realizada en 2022— fue una trampa en la que un entrevistador se hizo pasar por el alcalde de Kiev para provocar una situación incómoda para el edil madrileño. Lo mismo ocurrió con la secretaria británica de Defensa, a quien sometieron a un engaño similar.

Fuentes
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