La EMA ve los trombos como raro efecto secundario de la vacuna de AstraZeneca pero defiende sus beneficios

EMA AstraZeneca trombos
Llegan a España las primeras dosis de la vacuna de AstraZeneca. (Foto: Pool Moncloa / Borja Puig de la Bellacasa)
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Un “efecto secundario muy raro (inhabitual) de la vacuna de AstraZeneca”. Así ha descrito la Agencia Europea del Medicamento (EMA) el cúmulo de 86 casos que se han dado “fundamentalmente en el espacio económico europeo” de trombos con descenso en el número de plaquetas, entre una veintena de millones de personas vacunadas con la formulación de Oxford.

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La EMA no ha hecho más recomendaciones respecto al uso o no de la vacuna, que sigue defendiendo. Ha investigado en las últimas semanas los casos reportados de trombos de distinto tipo. En venas del cerebro y del abdomen. También en las arterias, junto con niveles bajos de plaquetas en sangre y, a veces, sangrado.

La EMA recuerda a los profesionales sanitarios y a las personas que reciben la vacuna que estén al tanto de la posibilidad de que ocurran casos muy raros de coágulos dentro de las 2 semanas posteriores a la vacunación. 

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Más casos entre mujeres jóvenes, ¿factor de riesgo?

Hasta ahora, la mayoría de los casos notificados han ocurrido en mujeres menores de 60 años dentro de las 2 semanas posteriores a la vacunación. Según la evidencia actualmente disponible, no se han confirmado que sean factores de riesgo específicos.

Tampoco los relaciona con embarazos o uso de anticonceptivos, al menos para los trombos cerebrales venosos.

La EMA también destaca que esa prevalencia entre mujeres jóvenes puede “deberse al uso que se ha estado dando en la mayoría de Europa a esta vacuna”. O sea, que se haya administrado a muchas más mujeres jóvenes (enfermeras, por ejemplo).

La EMA deja en mano de los gobiernos usar una u otra vacuna según el grupo de población, conforme a la disponibilidad de vacunas.

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“El beneficio sigue siendo superior al riesgo”, han recalcado la directora ejecutiva de la EMA Emer Cooke y Sabine Straus, jefa del Comité de Seguridad de la agencia.

“Si la tasa es de 1 [caso] sobre 100.000 vacunados (datos de Alemania) nos da un parámetro del riesgo y pedimos a las autoridades nacionales que decidan a quién quieren vacunar con cada tipo de vacuna”.

¿Incluso dentro del mismo grupo de mujeres jóvenes? La evidencia actual “no permite extraer vínculos causales por franja de edad o género”, pero Cooke reconoce que la EMA sigue tratando de hilar aún más fino. Aunque también ha destacado que el riesgo de enfermar gravemente y morir por COVID-19 es claro y evidente, frente al de vacunarse.

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¿Qué puede explicar los trombos extraños?

Andreas Greinacher, de la Universidad de Greifswald, tiene una hipótesis sobre la que teoriza en un estudio sobre los nueve casos alemanes, sin revisar aún. Estos pacientes habrían sufrido una trombocitopenia inmunitaria.

Es un síndrome muy inhabitual, parecido a una alergia a esta sustancia. El paciente que recibe heparina desarrolla autoanticuerpos, que terminan anulando a las plaquetas, propiciando una tormenta coagulante –justo al contrario de lo que busca la heparina–. Es sólo una teoría, pero la EMA la ve plausible.

La buena noticia es que hay antídoto para esa reacción cuando una persona no tolera bien la heparina. Parece, según sus datos, que funciona también en los casos recientemente vistos de trombocitopenia. La EMA no ha valorado si este sería un tratamiento adecuado.

El de los trombos “es un cuadro muy particular”, aseguraba hace tres semanas Steinar Madsen, director médico de la Agencia Noruega de Medicamentos, en un artículo de Science que aborda distintas explicaciones a lo que se está observando.

Sanitaria con una vacuna de AstraZeneca | EFE

En un artículo publicado en octubre en Blood, Robert Brodsky, hematólogo de la Universidad Johns Hopkins (EE.UU.) demostró las espículas o puntas del SARS-CoV-2, al unirse a la superficie interna de los vasos sanguíneos, pueden activar el sistema del complemento.

En algunas personas, eso lleva a que las células que recubren el vaso sean atacadas, lo que a su vez puede provocar la coagulación de la sangre y, en última instancia, causar una enfermedad grave. Pero esto, no con la vacuna, sino al contraer el coronavirus. ¿Habría pasado algo así en estos casos, por algún problema de salud oculto de base?

Se conocen factores que favorecen que se desencadenen trombos raros con o sin falta de plaquetas: terapias hormonales y anticonceptivos, cáncer, inflamación sistémica, deficiencias hematológicas, problemas genéticos con consecuencias en la coagulación de la sangre, etc. Y, también, infecciones víricas.

¿Y la segunda dosis de la vacuna?

Los casos de trombos se han dado sobre todo a lo largo de los 14 días posteriores la primera dosis. La cuestión es si es posible mezclar dosis. O sea, que la segunda sea de otro tipo.

Hay experimentos planteados para alternar las dosis de AstraZeneca y Sputnik (también de adenovirus). La EMA no dispone de datos por ahora sobre si es pertinente intercambiar dosis de distintos laboratorios. Incluso aunque usen la misma plataforma de adenovirus.

“Lo importante es que todo el mundo sea consciente de los beneficios y de los riesgos de los medicamentos y de las vacunas”, ha concluido Cooke: “para todas las disponibles”.

Para Janssen, se han visto 3 casos de trombos cerebrales, entre 4,5 millones de vacunados. 35 casos en 54 millones de vacunados con Pfizer. Con Moderna, 5 casos entre 4 millones de vacunados.

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