Con 36 años, Elisa Aguilar ya había cumplido el sueño de su vida, el oro en el Eurobasket 2013 con el que se retiró. Siete años después, repasa sus inquietudes desde la Federación Española de Baloncesto (FEB), donde prepara la Copa de la Reina de Valencia, y vuelca sus esfuerzos en el desarrollo del 3×3 y el preolímpico femenino. Directora de Competiciones, espera ayudar desde los despachos en un año de Eurobasket y JJOO. “Es importante ser visibles en un deporte sin etiquetas”, dice a Newtral.es.
A Elisa Aguilar (Madrid, 1976) le cambiaron los planes ante la falta de futuro de su gran pasión. La menor de cuatro hermanos, única niña, había crecido en un ambiente de fútbol. Fanática del Atlético, dio sus primeros pasos con el balón en los pies, pero la insistencia de su madre acabó con sus habilidades ligadas a un baloncesto en el que se convirtió en leyenda. “Sin ser alta (1,72m) ni fuerte ni rápida, solo con mucho trabajo”. Desde el liderazgo de su posición, llevó a España a sumar cinco medallas europeas y una mundial.
De forma inconsciente, y previo paso por la Universidad de Washington—donde fue Rookie del año y estudió Económicas—, se convirtió en profesional. En España labró una trayectoria de éxito en equipos como Salamanca, Ros Casares o Rivas Ecópolis. Sin embargo, el equipo de su vida, fue la Selección Española. “Siempre recuerdo el túnel de Atenas 2004, agarrarme a Amaya Valdemoro entre la oscuridad y millones de flashes. Era el sueño cumplido de dos niñas de Madrid que habíamos luchado mucho”.
Ese sentimiento se corroboró cuando se colgó el oro en el Eurobasket 2013. Había firmado con un equipo polaco, pero en ese instante supo que había terminado una etapa. “Me retiró el sueño de mi vida, que era jugar al baloncesto”. Le ofrecieron ser Embajadora de la Federación y no dudó en aceptar. Con una carrera de Económicas y tres másters de gestión deportiva, estaba preparada para iniciarse en un camino que no fue fácil. “Somos personas que nos retiramos dos veces, es complicado ese cambio mental”.

“En los despachos vamos avanzando”
“Cuando te dan la oportunidad, tienes que estar en la línea de salida”, recalca. “Me había formado durante muchos años sin pensar que me dedicaría al deporte profesional. Cuando vi que no podía tener un broche mejor, decidí que el baloncesto no me retirara e intentar utilizar todo mi conocimiento en otro ámbito dentro del mismo”. En este organismo, ya con Jorge Garbajosa como presidente, fue evolucionando hasta convertirse en la primera directiva. “En los despachos vamos avanzando también”.
Gestora de tres competiciones masculinas y dos femeninas, con 232 equipos, espera contribuir al desarrollo femenino eliminando etiquetas, e incidiendo en la paciencia para lograrlo. “La visibilidad es notable y probablemente no es la velocidad que nos gustaría, pero históricamente el deporte lo han gestionado y consumido los hombres y nosotras hemos entrado de forma tardía, así que todo lleva su tiempo”.
“Liderar me reta”
El carácter durante su carrera le ayudó a recalar en la gestión deportiva, donde destaca la importancia de rodearse de un buen equipo, en un paralelismo con su etapa dentro de la pista. “Por mi rol siempre he sentido que liderar es un reto. El deporte me ha enseñado a relativizar y me tomo todo con pausa, porque he vivido momentos de presión y he tomado decisiones en décimas de segundo”.
La exigencia le impide disfrutar del baloncesto ahora, no pudiendo coger un balón ni siquiera con un grupo de amigas. “Soy muy competitiva y me frustro, no puedo divertirme. Lo dejé absolutamente todo y mentalmente era necesario hacerlo así. Solo corro, porque ahí me reto a mí misma. Por ejemplo, he hecho una Titan Desert”.
Esa exigencia, subraya, es con la que logró los objetivos que se propuso en un mundo profesional competitivo. “Hay miles como tú y tienes que destacar”. Para Elisa Aguilar, uno de los cambios más importantes de los últimos años es la aceptación de la figura del psicólogo. “Siempre digo que habría necesitado un psicólogo para gestionar las emociones, porque he sobrellevado éxito y fracaso. Empezamos muy jóvenes con ansiedad y estrés, siendo niña tienes que lidiar con ser bueno o muy malo”.
Afortunadamente, dice, la percepción ha cambiado en el baloncesto. “Casos como el de Marta Xargay ayudan a naturalizar la importancia de cuidar la mente”. Por eso, insiste en el trabajo mental dentro de los clubes y de la Selección Española.
“Tenemos la mejor liga de Europa”
Los años anteriores a la pandemia del COVID-19 habían vuelto a situar a las mujeres en el centro del baloncesto, con la Selección Española logrando siete medallas consecutivas. Estos éxitos habían paliado también la gran crisis económica que se trasladó durante años a la liga, obligando a las jugadoras internacionales a emigrar.
Ahora, Elisa Aguilar vuelve a sentir que la competición está a la altura de las mejores ligas europeas. “El año que viene vamos a crear una nueva competición femenina, la Copa de la Reina es nuestro evento estrella… Ponemos todos los recursos para mover muchísimo el baloncesto”. Para ello, destaca, es esencial la ayuda de unos patrocinadores que han seguido trabajando pese a la pandemia. “Ahora viene un bendito verano de mucho movimiento y mucho campeonato. Quieren estar con nosotros, es una inversión rentable”.
Girona o Perfumerías Avenida representarán a España en la Final Four de la Euroliga. La liga española se puede seguir por diferentes plataformas como Twitter y un canal propio o en en abierto a través de Teledeporte. “Copa de la Reina y Playoffs tienen audiencias importantes, a veces más altas que la liga ACB”, destaca Elisa, quien cree que la profesionalización pasa por un producto muy visible. “Estamos en un momento importante donde toca innovar y crecer para mantenernos como la mejor liga”.
“Las generaciones anteriores hicieron un esfuerzo sobrehumano”
Hasta hace muy poco, Elisa Aguilar no había reflexionado sobre su papel en el baloncesto, formando parte de una generación que abrió puertas con sus éxitos. “Solo sé que fui una privilegiada y que la gente me destacaba la importancia de nuestro papel, pero no me paré a pensarlo hasta que no me retiré y comencé a hacer entrevistas más profundas, charlas en colegios… Siempre intenté dar mi mejor versión desde la humildad y el trabajo”.
Para destacar el papel de su generación, cita a excompañeras que ahora ocupan espacios impensables entonces. “Amaya Valdemoro narrando partidos masculinos, Anna Montañana como primera entrenadora ACB, yo como directiva en la Federación… Seguimos avanzando para la mujer en el baloncesto. Hemos roto muchas barreras y eso te reconforta, pero tenemos que rendir un tributo enorme a generaciones anteriores a nosotras que hicieron un trabajo sobrehumano porque su papel era irrelevante y lucharon mucho por nosotras”.
2020 ha sido un reto para quien es encargada de gestionar las competiciones, en una temporada en la que no podía pensar en grandes cosas. “Tienes que reinventarte y adaptarte a la situación. La gestión deportiva me apasiona y me motiva. Debemos pensar en grandes cosas siendo conscientes de las estructuras que tenemos. El gran reto es ayudar al deporte que me ha dado mi vida”.
Jugó en: Real Canoe, Universidad George Washington (EEUU), Halcón Viajes Salamanca, Caja Rural Canarias, Utah Starzz (EEUU), Ros Casares Valencia, Rivas Ecópolis y Spartak Moscow (Rusia).
Con sus clubes ganó 5 ligas, 6 Copas de la Reina y tres Supercopas.
Disputó 222 partidos internacionales, solo por detrás de Laia Palau (298), Amaya Valdemoro (258), Marina Ferragut (253), Elisabet Cebrián (252) y Lucila Pascua (244).
Con España logró:
Bronce en los Europeos de 2001, 2005 y 2009.
Oro en el Europeo de 2013.
Plata en el Europeo de 2009.
Bronce en el Mundial 2010.
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