El litigio sin fin de los bienes sacros de La Franja

Foto: Ramón Gabriel/EFE
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El Juzgado de Primera Instancia de Barbastro, en Huesca, determinó el miércoles 11 de diciembre la “inmediata devolución” de los llamados bienes de la Franja del Museo de Lleida al Obispado de Barbastro-Monzón, en representación de 43 parroquias de la zona oriental aragonesa. Las 111 obras de arte sacro son motivo de conflicto desde hace más de 20 años, después de que en 1995 las parroquias aragonesas que habían pertenecido a la diócesis de Lleida pasaran a integrarse en la de Barbastro.

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A falta de títulos concretos que determinen la compraventa, permuta o donación, así como la falta de contexto de cómo estas llegaron al Museo Diocesano, más allá del interés por que los seminaristas pudieran conocer y estudiar los objetos artísticos y evitar el evidente riesgo de pérdida, el juez considera que no hubo de transferencia de propiedad y que, por tanto, estas pertenecen a las parroquias aragonesas. Dos días después, el Obispado de Lleida y el Consorcio del Museo presentaron dos escritos al juez en los que piden rectificaciones y aclaraciones al fallo. De acuerdo con las fuentes consultadas por El Periódico de Aragón, se espera que el proceso sea largo porque aún caben recursos y no se ve claro que la ejecución provisional de la sentencia se pueda concretar en los próximos meses.

Lo más importante

El Consorcio del Museo y el Obispado de Lleida ya habían reconocido con anterioridad que al menos 28 de las 111  obras eran propiedad de Aragón por usucapión de los mismos. No pasó así en ese punto con las otras 83 piezas. No obstante, los catalanes ya habían firmado un acuerdo el 30 de junio de 2008 y acatado las resoluciones eclesiásticas -Decreto de la Congregación para los Obispos de 8 de septiembre de 2005, después confirmado de forma definitiva por el Decreto del Supremo Tribunal de la Signatura Apostólica de 28 de abril de 2007- en las que confirmaba que se reconocía que los bienes pertenecían a las parroquias transferidas de la diócesis oscense y “que debían devolverse dado que se encontraban en el Museo de Lleida a título de depósito”. 

Esta resolución abre un nuevo frente a favor de las aspiraciones aragonesas, en un histórico litigio con las autoridades de la vecina Lleida por la propiedad de más de un centenar de piezas de arte sacro de un periodo comprendido entre los siglos XII y XIX.

¿Cuál es el contexto?

Ni el Consorcio del Museo ni el Obispado de Lleida aportaron pruebas que explicaran cómo habían adquirido o llegado las obras al Museo Diocesano. Aún así, se sabe que parte del traslado obedeció a la creación del Museo por el obispo José Meseguer y Costa a principios del siglo XIX para que los seminaristas pudieran estudiar las piezas y evitar su pérdida debido a la malas condiciones y preocupante situación económica de las parroquias aragonesas.

A raíz de esto, el juez entiende que la intención de Meseguer no era “adquirir la propiedad” de las obras, sino “acogerlas, conservarlas e incluso restaurarlas”. Además de que la normativa canónica prohíbe “enajenar tanto bienes inmuebles como bienes preciosos sin la autorización de la Santa Sede”, y además desde 1923 también exige la autorización del Ministerio de Justicia. 

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Los bienes de la Franja se reconocen como bienes preciosos porque el Código de Derecho Canónico considera de “valor notable” a razón del arte, de la historia o de la materia de las mismas. En este caso, las 111 obras están valoradas en 7.697.550 euros. Las diez piezas más valiosas ascienden a 5,8 millones. Se trata de un conjunto de retablos, arquetas, tablas al óleo, frontales, tallas de piedra policromada, cálices, campanas, candelabros, hostiarios, conchas de bautizar…

Este traspaso de obras de arte tiene un antecedente cercano, el caso de los bienes del monasterio de Santa María en Villanueva de Sijena (Huesca), 95 piezas de arte que acabaron en Cataluña por controvertidos traslados de las piezas derivadas de cambios en las demarcaciones eclesiásticas y civiles.

¿Qué hay que tener en cuenta?

Los abogados del Obispado catalán enumeran en la sentencia «errores» como una fecha equivocada o una confusión entre parte «demandante» y «reconveniente», según publica El Heraldo. Según las fuentes consultadas por ese medio, el juez deberá responder al escrito, que puede estar seguido por un recurso catalán a la sentencia alegando que Barbastro no debería tener jurisdicción sobre el asunto. Y después, el abogado de la diócesis aragonesa pedirá la ejecución provisional de la sentencia.

#Fact

René Alphonse Van Der Berghe, conocido como Erik el Belga para la Policía, es uno de los ladrones de obras de arte más conocidos del siglo XX. Con cientos de robos a sus espaldas, tan solo fue detenido tres veces: en Soria, en los 60, al intentar robar la catedral de El Burgo de Osma con una banda local, en los 70 en Bélgica, donde fue condenado a diez años de prisión y se fugó de la cárcel refugiándose en España, y la última en 1982 por receptación, es decir, por acumulación de los delitos cometidos.

En la prisión de Barcelona llegó a un acuerdo con las autoridades para adquirir la libertad provisional a cambio de colaborar en la recuperación de las distintas piezas robadas hasta quedar absuelto de 14 juicios contra el patrimonio histórico artístico. Desde entonces vive en Málaga y ya ha publicado un libro: “Por amor al arte”. 

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