Nos habéis preguntado a través de nuestro servicio de verificación de WhatsApp (+34 627 28 08 15) por un mensaje en el que se afirma que la COVID-19 “se ha estado atacando mal” porque las autopsias efectuadas por médicos italianos a 50 pacientes fallecidos por coronavirus demuestran que la enfermedad es en realidad una “coagulación intravascular diseminada, una trombosis”. Por ello, según el mensaje, la forma de combatir la COVID-19 es “con aspirinas anticoagulantes, antibióticos o antiinflamatorio”. Pero es FALSO.
El origen de las afirmaciones falsas del mensaje, como que la covid es una trombosis y se cura con aspirinas
En la fecha en la que se empezó a difundir este bulo, en abril de 2020, se había publicado un estudio preliminar con los resultados de 38 autopsias de pacientes COVID-19 en Italia. Algunos de ellos padecieron trastornos de coagulación que llevaron a casos graves de trombosis.
Otros dos estudios anteriores al mismo, uno por la Universidad de Cagliari, también en Italia, y otro publicado en febrero con datos de 138 pacientes fallecidos en Wuhan, China, también indican que algunos pacientes con COVID-19 tuvieron trombosis.
Pero esto no significa que la COVID-19 sea una “coagulación intravascular diseminada” (CID). La información está manipulada. Ninguno de los estudios expone que la COVID-19 sea una trombosis y que se cure con anticoagulantes, sino que la trombosis es una de las dificultades que pueden padecer aquellos que han sufrido el virus.
La definición de la enfermedad según la OMS
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la COVID-19 es una “enfermedad infecciosa causada por el coronavirus”. En las orientaciones oficiales dirigidas a los médicos sobre la enfermedad, publicadas al inicio de la pandemia, la OMS expuso que la trombosis es una de las posibles complicaciones de los casos críticos de COVID-19 y, por ello aconsejó el uso de heparina, un anticoagulante, para evitar más contraindicaciones.
Según explica Inmaculada Castillo Lozano del Centro de Información del Medicamento del Colegio de Farmacéuticos de Madrid a Newtral.es, “a día de hoy hay hasta 60 principios activos con acción antitrombótica”. Por lo que este es sólo uno de los tipos de anticoagulantes que se podrían utilizar.
No obstante, la OMS también advierte que “no hay pruebas de que los medicamentos actuales pueden prevenir o curar la enfermedad” por lo que los “antibióticos, antiinflamatorios y anticoagulantes” sólo sirven para paliar efectos o síntomas derivados de esta enfermedad, no como “cura” del COVID-19.
(*) Un año después del inicio de la pandemia sigue sin haber una “cura” de la enfermedad, aunque sí hay tratamientos, como algunos antiinflamatorios, que ayudan en los casos graves, como explicamos en detalle en este artículo de Newtral.es. Además, la OMS recomienda, con carácter general, la vacunación contra el coronavirus.
Las causas de las trombosis
(*) En su última publicación, de enero de 2021, sobre las recomendaciones para el tratamiento clínico de la COVID-19, la OMS tampoco asegura que la COVID-19 sea lo mismo que una trombosis, como se afirma en el mensaje viral que hemos recibido. Lo que sí destaca este organismo internacional es que “la coagulopatía es común en pacientes con COVID-19 severa, y se ha registrado tromboembolismo tanto venoso como arterial”.
En el caso de la coagulación intravascular diseminada (CID), a la que se hace referencia en una de las versiones del mensaje que estamos verificando, el doctor Javier García, neumólogo del Consejo Científico del ICOMEM y vocal de médicos de hospitales, explica a Newtral.es que “se produce como consecuencia de una infección sistémica” y todo paciente sintomático con COVID-19 “que tenga unos niveles altos de dímero D”.
Es decir, una proteína dedicada a la degradación de la fibrina, explica el doctor García, que es la responsable de la formación de los coágulos de sangre, corren un mayor riesgo “por lo que hay que usar a tratamientos antitrombóticos”.
Pero es importante destacar que el CID, en general, “es una complicación clásica de las infecciones bacterianas” aunque “la infección por coronavirus también pueda causarla”. Por lo que no todos los pacientes con coronavirus tendrán trombosis: “los síntomas dependen del cuadro y del órgano afectado”.
No, las aspirinas no curan la COVID-19
Además de esto, otras versiones del mensaje añaden que una “una familia mexicana en Estados Unidos” grabó un vídeo en el que afirmaban que se curaron del COVID-19 tomando “tres aspirinas” de 500mg “disueltas en jugo de limón hervidas con miel”, porque son ser anticoagulantes.
Aunque es cierto que la aspirina tiene ciertas propiedades anticoagulantes no se usa bajo prescripción médica en ningún caso como antitrombótico y por supuesto no cura del COVID-19. Y además, según explica Castillo Lozano, la mejor forma de administración de las mismas es con agua u otro alimento, sobre todo “cuando interese una respuesta rápida del medicamento.”
(*)Las nuevas versiones del bulo en las que se dice que el virus es en realidad una bacteria
En otras versiones del bulo, que vuelve a circular por redes sociales, se dice que han sido médicos alemanes o rusos quienes han descubierto que la COVID-19 es supuestamente una trombosis. Sin embargo, tampoco hemos encontrado evidencias de estos supuestos descubrimientos en Alemania o Rusia (o el bulo no brinda ninguna referencia de cuáles serían dichos estudios).
En estos mensajes también se añade que la COVID-19 no está causada por un virus sino por una bacteria. Pero como ya explicamos en Newtral.es, esto también es falso.
Hasta la fecha existen numerosos estudios científicos que confirman la existencia del virus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad COVID-19. De hecho, el virus ha sido secuenciado en miles de ocasiones. Es decir, científicos de todo el mundo han descifrado su código genético.
(*) Actualización con las nuevas evidencias científicas disponibles sobre el tratamiento de la COVID-19 y los trombos en las personas con esta enfermedad. También añadimos las evidencias que desmienten que la COVID-19 esté causada por una bacteria, como se afirma en otras versiones del bulo, que vuelven a circular por la red.