Un poco de ejercicio diario puede marcar la diferencia entre ingresar o no en el hospital cuando se contrae el coronavirus. Las personas sedentarias tienen el doble de probabilidades de hospitalización y desarrollo de COVID-19 grave, según un estudio sobre casi 50.000 personas en EE.UU.
Según el trabajo de seguimiento, pacientes covid que estuvieron constantemente inactivos durante los dos años anteriores a la pandemia tenían más probabilidades de ser ingresados en el hospital, requerir cuidados intensivos y terminar falleciendo que los pacientes con cierta actividad física.
El sedentarismo sería un factor de riesgo clave ante la covid, tras la edad y ser paciente trasplantado.
La inactividad física está relacionada con una infección por COVID-19 más grave y un mayor riesgo de morir a causa de la enfermedad. Así se desprende de un gran estudio estadounidense publicado en el British Journal of Sports Medicine (BMJ).
Trabajos anteriores, como el elaborado en España en el Hospital Clínico San Carlos, iban en la misma línea. Allí demostraron que hay ocho veces más probabilidades de sobrevivir a una covid grave entre quienes hacen ejercicio. Como factor de riesgo, la falta de actividad física es el tercero tras la edad avanzada o haber recibido un trasplante de órgano.
No solo covid: La falta de ejercicio, sueño y vitamina D, amenaza para las defensas
Se han identificado varios factores de riesgo de infección grave por COVID-19, incluida la edad avanzada, el sexo masculino y ciertas afecciones médicas subyacentes, como diabetes, obesidad y enfermedades cardiovasculares.
Pero la inactividad física no era uno de ellos, a pesar de que es un factor bien conocido para varias afecciones a largo plazo, incluidas las asociadas con COVID-19 grave, señalan los investigadores.

☷
Sistema inmunitario:
El enigma español de la vitamina D y la COVID que llegó al parlamento británico
Para explorar su impacto potencial en la gravedad de la infección, incluidas las tasas de ingreso hospitalario, la necesidad de cuidados intensivos y la muerte, los investigadores compararon estos resultados en 48.440 adultos con infección confirmada por coronavirus entre enero y octubre de 2020.
La edad promedio de las personas seguidas fue de 47 años. Casi dos tercios eran mujeres (62%). Su índice de masa corporal fue de 31. Aproximadamente la mitad no tenía afecciones subyacentes.
No se les preguntó si en los años anteriores habían hecho ejercicio regularmente o no. Sino que se sacaron los datos de lo que habían reconocido en sus visitas al médico entre marzo de 2018 y marzo de 2020. Es decir, no era posible el sesgo retrospectivo.
Se consideró que cumplían con las pautas de ejercicio físico quienes hacían más de 150 minutos de actividad a la semana.
De ahí salió una clasificación: constantemente inactivo (0-10 minutos / semana); algo de actividad (11-149 minutos / semana); o cumplir constantemente con las pautas de actividad física (más de 150 minutos por semana).
Alrededor del 7 % cumplía constantemente con las pautas de actividad física. El 15 % estaba constantemente inactivo y el resto informaba alguna actividad. La idea de ‘ejercicio físico’ no implica necesariamente hacer deporte, ir al gimnasio o correr. Una buena caminata diaria es ‘ejercicio’.
Alrededor del 9 % del total ingresaron en el hospital con COVID-19; alrededor del 3% requirió cuidados intensivos; y el 2% murió. El cumplimiento constante de las pautas de actividad física se asoció fuertemente con un riesgo reducido de estos resultados.
La mitad de probabilidades de hospitalización por covid con 150 minutos de ejercicio semanal
Después de tener en cuenta factores potencialmente influyentes, como la raza, la edad y las afecciones médicas subyacentes, los pacientes con COVID-19 que estaban constantemente inactivos físicamente tenían más del doble de probabilidades de ser ingresados en el hospital.
Eso, respecto a aquellos que registraron más de 150 minutos de ejercicio físicos a la semana. También tenían un 7,3% más de probabilidades de requerir cuidados intensivos y 2,5 veces más probabilidades de morir a causa de la infección.
Quienes estaban constantemente inactivos también tenían un 20 % más de probabilidades de ser ingresados en el hospital, un 10 % más de probabilidades de requerir cuidados intensivos y un 32 % más de de morir a causa de la infección.
Este es un estudio observacional y, como tal, no puede establecer la causa. Como ocurre en otros trabajos parecidos, personas que hacen ejercicio suelen cuidar más otros factores ligados a su salud, como la alimentación.
También se basó en las propias evaluaciones de los pacientes sobre su actividad física. Tampoco hubo ninguna medida de la intensidad del ejercicio más allá del umbral de “ejercicio moderado a extenuante” (como una caminata rápida).
Para los autores, liderados por el doctor Robert Sallis, “este mensaje es especialmente importante dado el aumento de las barreras para lograr actividad física regular durante los confinamientos y otras restricciones pandémicas”.
Hola, hace algunos meses ya os había recomendado hacer una investigación sobre toda la evidencia científica con respecto a la influencia claramente positiva de la Actividad Física y el Ejercicio Físico (ojo que estáis confundiendo estos conceptos en la nota) NO SOLO referente al covid sino a la multitud de complicaciones de otras patologías que se multiplicarán debido a las restricciones derivadas de la pandemia. No hace mucho se ha reconocido la AF como un interés general pero NO se ha hecho casi nada (más bien nada) al respecto con medidas concretas y teniendo una herramienta tan poderosa se ha tratado, por ejemplo, a los Gimnasios igual que a los Bares...