El número de titulados superiores en España sube 15 puntos en lo que va de siglo

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Alumnos en clase. | Foto: Bearfotos (Shutterstock)
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La educación en España mejora, pero poco a poco, como refleja el último informe sobre la educación en el país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). 

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Un dato que refleja esta mejora es que en 2021 un 49% de las personas de 25 a 34 años en España tenían estudios superiores, ya sea una carrera universitaria o un ciclo de formación profesional superior. En el 2000 solo era el 34%, es decir, 15 puntos porcentuales menos. Frente a este dato, hay algunos peros: un 28% de jóvenes de la misma edad todavía no tiene un título de educación postobligatoria, es decir, de Bachillerato o un ciclo de formación profesional medio. El doble que el resto de países de la OCDE.

Con la imagen de estos datos de la OCDE sobre la educación en España, Cynthia Martínez-Garrido, profesora de Métodos de Investigación y Evaluación de la Educación en la Universidad Autónoma de Madrid, afirma que “los refuerzos y programas que se están haciendo para retener al alumnado en la enseñanza postobligatoria están dando sus frutos”. “Se consolida la mejora en cuanto a la cantidad de estudiantes que terminan la Educación Secundaria Obligatoria, pero hay por hacer todavía”, asegura.

La educación es la llave del camino del mercado laboral

Aunque no tiene por qué cumplirse, una cualificación más alta permite a las personas encontrar trabajo antes. Algo que se refleja en la tasa de empleo entre los jóvenes de 25 a 34 años en 2021. Según el informe de la OCDE, aquellas personas que alcanzan la educación superior o universitaria tienen una tasa de empleo 19 puntos porcentuales más alta que aquellos con un título inferior a la ESO.

Martínez-Garrido explica que antes de que bajara en España el número de jóvenes sin el título de educación secundaria postobligatoria como se ve en el informe de la OCDE, se “lanzaban al mercado laboral solo con una certificación básica de Educación Secundaria Obligatoria”. “Esto ya no solo es destacable en términos educativos, si no también en términos sociales ya que no tener ese certificado te marcaba como persona que no valías a ojos del mercado laboral. Ahora las cosas están cambiando”, afirma.

Rubén Fernández, profesor de la Facultad de Educación de la Universidad de Oviedo, destaca que en 2010 la tasa de alumnos que terminaron la segunda etapa de educación secundaria no llegaba al 80%, por lo que serían esos jóvenes de más de 24 años que la OCDE destaca en su informe. “Lo cierto es que este efecto es más o menos estructural o al menos afecta en más o menos medida a todos los países. Sin embargo, el hecho de que nuestras tasas de titulación en escolaridad obligatoria hayan sido tradicionalmente más bajas que en el resto de los países de nuestro contexto, sí que es un hecho diferencial”, afirma Fernández.

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De hecho, la profesora de la Universidad Autónoma de Madrid defiende como un síntoma de mejora que en España la tasa de escolarización de cero a tres años es del 41%, como refleja el informe de la OCDE. “Está demostrado que cuanto antes se acostumbre el estudiante al sistema y a la educación mayores probabilidades de éxito académico tendrá, al igual que una mejora de su rendimiento”, explica Martínez-Garrido.

Las brechas en la educación en España según la OCDE

Pero las diferencias en la tasa de empleo no son solo entre personas con distinto nivel educativo, también las hay entre géneros. El 77% de las mujeres con estudios universitarios tienen empleo, mientras que en las que no tienen más allá de la ESO la tasa de empleo se queda en el 49%. En España, los datos de los hombres son mejores aún con la misma educación: con título superior el 80% consigue empleo, mientras que solo con la ESO logra el 66% según el informe de la OCDE.

Aun así, la experta destaca el impulso que la educación está haciendo por la representación de la mujer en carreras universitarias como las ingenierías, aunque sigue existiendo esa brecha, el 60% de las universitarias son mujeres.

La brecha de género no es la única que la educación española tiene que subsanar, también lo es la social. Martínez-Garrido asegura que “durante la crisis financiera la brecha entre estudiantes y familias se incrementó, había menos recursos, menos opciones para el alumnado y más alumnos en situaciones vulnerables”. 

Fernández perfila al estudiante posiblemente más vulnerable. “Sobre a quién le afecta más el fracaso escolar, no hay mucha duda. La evidencia es abrumadora. El alumnado del cuartil inferior del nivel socioeconómico y cultural tiene tres veces más probabilidades de repetir que el alumnado del cuartil superior”, afirma.

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La asignatura pendiente de la educación en España: seguir más allá de la ESO

Mario Gutiérrez, presidente Nacional de Educación de la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) explica a Newtral.es que desde la década de los 90 en España llevan reclamando itinerarios más diversos y prácticos para los alumnos que no se ven motivados por la educación reglada y que acaban abandonando los estudios, algo que reflejan los datos de la OCDE. Así podrían tener opciones que los motiven más, como la formación profesional. “Eso sí, aunque opten por salirse del circuito educativo, que sea reversible, es decir, que si deciden volver a Bachillerato tras hacerse un curso medio de formación profesional, puedan hacerlo”, afirma.

Tanto Fernández como Martínez-Garrido coinciden en que la solución a los alumnos que no terminan de asimilar las materias o de adaptarse al sistema educativo no debería pasar por repetir curso. Gutiérrez defiende que se mantenga la opción, pero con más recursos para los docentes para que sea el último recurso al que acudir.

Para Fernández, “repetir incrementa las probabilidades de abandonar y abandonar las probabilidades de no titular, ni seguir estudiando”, algo a lo que Martínez-Garrido añade que “repetir de curso no va al problema fundamental”. Para la experta el trabajo del docente en este punto es esencial, ya que es el que está en contacto con el alumno así que es el que puede ver qué aplicar para evitar que tenga que repetir el curso.

Martínez-Garrido también destaca que hay que “ponérselo fácil a las familias” más vulnerables para que los alumnos puedan mantenerse en el sistema educativo. Ya sea a través de becas, con ayuda para gestionar cualquier aspecto burocrático e incluso con un seguimiento. “La educación es el mejor ascensor social”, asegura.

Fuentes
  • Informe OCDE sobre la educación en España
  • Cynthia Martínez-Garrido, profesora de Métodos de Investigación y Evaluación de la Educación en la Universidad Autónoma de Madrid
  • Rubén Fernández, profesor de la Facultad de Educación de la Universidad de Oviedo
  • Mario Gutiérrez, presidente Nacional de Educación de la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF)
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