La invasión de Ucrania se parece cada vez más a las guerras híbridas que describen los libros modernos. Los drones iraníes que han protagonizado los ataques rusos de las últimas semanas contrastan con las imágenes de las tropas llegando en una hilera de tanques hacia Kiev en los primeros días de la guerra, y algunos expertos creen que esta nueva estrategia puede provocar un giro en el conflicto.
El uso de este tipo de armas no es nuevo. Tanto Rusia como Ucrania han utilizado drones desde el principio de la guerra. De hecho, Ucrania habría mejorado su capacidad para defenderse de ellos, pasando de derribar un 60% el 6 de octubre a interceptar un 85% apenas dos semanas después, según sus propios informes.
Sin embargo, el coste de este tipo de defensa es mayor al de los propios ataques, con drones baratos y poco sofisticados, lo que puede llevar a Ucrania a perder sistemas de alto valor en la respuesta, como matiza Lauren Kahn, experta del think tank Council on Foreign Relations (CFR).
La ONG Molfar, especializada en herramientas de fuentes de datos abiertas, estima que mientras que la oleada de ataques con drones le pudo costar a Rusia hasta 18 millones de dólares, Ucrania empleó cerca de 28 millones para defenderse. “Si Rusia sigue utilizando estas armas para atacar a la población civil, un reto importante para Ucrania será equilibrar la extensión de sus defensas aéreas entre los centros de población y sus fuerzas de combate a lo largo del frente”, advierte Kahn.
Estados Unidos también cree que “en muchos sentidos, estos drones se utilizan como armas psicológicas para crear miedo” entre la población civil. En cualquier caso, los ataques con drones han cambiado la forma de combate en la estrategia rusa.
Drones baratos que revolucionan las formas de hacer la guerra
Se estima que cada una de estas armas iraníes cuesta unos 20.000 dólares, y aunque nos referimos a ellas como drones o vehículos aéreos no tripulados (UAV en inglés), el término más aproximado es municiones de merodeo (loitering munitions), a medio camino entre las municiones guiadas de precisión, los misiles de crucero y los drones, según explica el CFR.
Estas armas permanecen en el aire hasta que un operador encuentra un momento oportuno para atacar un objetivo concreto y la dirige contra él. Esto hace que sean más flexibles en el ataque, evita poner en riesgo a los equipos propios y cubre otras funciones, como las de reconocimiento y recopilación de información.
Mientras que Ucrania ha tenido acceso a drones más potentes, como los Bayraktar turcos y otras herramientas de defensa estadounidenses, las sanciones impuestas a Rusia han obstaculizado la producción nacional, forzando al país a buscar otras opciones afuera, como explica a Newtral.es Farzin Nadimi, analista del think tank Washington Institute, quien también recuerda que Irán y Rusia tienen una historia común de cooperación en Siria para el uso de aviones de no tripulados.
Estados Unidos ha alertado de esta cooperación desde julio y en el último mes también ha detectado la presencia de personal iraní en Crimea para dar asistencia técnica y formación a soldados rusos en el uso de estas armas, aunque Irán ha negado las acusaciones en varias ocasiones.
El camino de Irán y Rusia para desarrollar sus propias municiones de merodeo
Tanto Rusia como Irán han emprendido una carrera en los últimos años para desarrollar este tipo de aviones no tripulados para ataques. El bloqueo de las sanciones para comprar equipos en otros países llevó a Irán a desarrollar sus propias armas de defensa.
En el caso de Rusia, antes del inicio de la guerra, Moscú adquiría componentes de manufactura británica, checa, francesa, alemana, española y estadounidense para utilizarlos en la fabricación de estos drones, según el Conflict Armament Research, pero las sanciones han impedido que se siga nutriendo de estos elementos, potenciando sus propios desarrollos.
Aun así, Nadimi señala que los diseños rusos más modernos todavía no han entrado en producción, por lo que los drones de Teherán son un “parche ideal hasta que los drones más potentes del Kremlin estén disponibles”.
“Sabemos que Rusia ha empezado una línea de producción de drones modernos en Moscú, pero tomará al menos un año antes de que estén listos en las operaciones militares, porque no es solo entregarlos, toma tiempo entrenar a los equipos y preparar guías de las operaciones entre los militares. Cuando lo hagan, pueden ser muy efectivos. Depende de cómo desarrollen los software y las comunicaciones satelitales”, explica.
En cambio, los equipos iraníes se mueven despacio, a baja altura y son ruidosos, lo que los convierte en un blanco sencillo para ser derribados. En Ucrania los llaman “ciclomotores” o “cortacésped” por el zumbido que provocan, y el propio presidente, Volodímir Zelenski, ha posado junto a uno de ellos derribado.
Para el investigador, estos ataques han permitido a Irán exhibir el potencial de los drones en los que han estado trabajando, “bastante simples, pero efectivos”.
De Ucrania a Yemen: el despliegue de drones iraníes para probar su eficacia
El uso de drones iraníes supone una novedad en la guerra de Ucrania. Para otros países este tipo de armas son una amenaza constante, pero para el país productor es una oportunidad de mostrar al mundo el poder con el que cuenta.
Irán ha vendido estas armas a las milicias hutíes en Yemen, que las han utilizado contra Arabia Saudí, y a otros países como Etiopía, Tayikistán o Venezuela, relata Nadimi.
Estados Unidos también ha denunciado que “la proliferación de vehículos aéreos no tripulados por parte de Irán en toda la región amenaza la paz y la estabilidad internacionales. Irán y sus militantes por delegación han utilizado vehículos aéreos no tripulados para atacar a las fuerzas estadounidenses, a nuestros socios y a la navegación internacional”, como señaló el subsecretario del Tesoro, Wally Adeyemo, al imponer nuevas sanciones el año pasado. Reino Unido también ha impuesto nuevas sanciones a raíz de los recientes ataques en Ucrania.
Irán ha ayudado también a las milicias chiís de Hezbolá y Gaza para producir drones a partir de sus componentes. “Exportan su conocimiento a ciertos actores en la región para producir sus propios drones, y también les dan algunos elementos o componentes”, apunta el experto del Washington Institute.
Los drones turcos que Ucrania ha empleado también se han probado en otros conflictos. Por ejemplo, Azerbaiyán los utilizó contra Armenia en Nagorno-Karabakh en 2020, donde “solidificaron su reputación”, como explica el CFR.
- Farzin Nadimi, analista del think tank Washington Institute
- Can Iranian Drones Turn Russia’s Fortunes in the Ukraine War?, Laura Kahn, Council on Foreign Relations
- Royal United Services Institute (RUSI)
- Víctimas de ataques con drones de 2001 a 2021, Universidad de Uppsala
- Las transferencias de tecnología iraní a Yemen, Conflict Armament Research
- Los drones armados de los Estados islámicos, Conflict Armament Research
- Armas de guerra en Ucrania, Conflict Armament Research
- Briefing on Security Assistance in Support of Ukraine (24/08/2022), Departamento de Defensa de Estados Unidos
Tiempo de impacto entre salida y objetivo.