Sólo en América

Así ha cambiado el discurso de la Asociación Nacional del Rifle, el ‘lobby’ que defiende el derecho a tener armas en EEUU

Imagen de la web de la Asociación Nacional del Rifle (SHUTTERSTOCK).
Tiempo de lectura: 8 min

Como contábamos en este artículo, los orígenes de la Asociación Nacional del Rifle distaban mucho de basarse en un derecho constitucionalmente afianzado. El cambio de discurso hasta el actual ha pasado por idas y venidas históricas y legales. Décadas después de su creación, la NRA volvió a apoyar medidas de control de armas sin mencionar nada sobre la Segunda Enmienda de la Constitución estadounidense, la frase que supuestamente protege el derecho de los ciudadanos a poseer y portar armas. El contexto histórico era sin duda importante:

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  • A mediados de los 60, la alta criminalidad y las revueltas sociales y raciales protagonizaron los titulares, con el descontento por la guerra de Vietnam y el racismo sistémico contra los negros como principales catalizadores de la violencia.
  • En 1967, varios miembros armados del grupo Black Panther asaltaron el capitolio estatal de California en protesta por una ley que pretendía restringir que los ciudadanos del estado pudieran llevar armas en público.
  • Desde la organización política marxista-leninista llevaban años defendiendo que la Segunda Enmienda protegía su derecho a portar armas. Se inspiraron en lo que había defendido antes el activista afroamericano e icono del movimiento del poder negro Malcolm X, asesinado en 1965.
  • La ley acabó siendo ratificada por el entonces gobernador republicano de California, Ronald Reagan. Según el futuro presidente, «no hay razón para que ningún ciudadano lleve por la calle armas cargadas».

MLK y JFK, desencadenantes de leyes

Un año después, en 1968, un informe federal sobre las revueltas concluyó que la fácil disponibilidad de armas de fuego había influido en la violencia.

  • Ese mismo año, Martin Luther King Jr. y Robert Kennedy fueron asesinados con armas de fuego. Malcolm X en el 65 y John Fitzgerald Kennedy en el 63 también habían sido víctimas de tiroteos.
  • El crimen descontrolado facilitó un nuevo paso adelante para una nueva ley de control de armas en el Capitolio, la Ley de Control de Armas de 1968 que regulaba la venta interestatal de armas e imponía nuevas restricciones de edad y salud mental para la compra de armas.
  • La NRA tampoco se opuso. El asesino de JFK había conseguido su arma homicida a través de la revista de la asociación. Debían ceder, aunque sí lucharon para quitar del texto legislativo final el establecimiento de un registro nacional de armas.

Asociación Nacional del Rifle: «Ahora sí toca Segunda Enmienda»

La ley del 68 generó una respuesta muy negativa entre algunos miembros de la NRA. En los años posteriores, la asociación empezó a centrar más esfuerzos en la promoción del derecho individual a poseer y portar armas. Tenían de su parte otros fenómenos paralelos en los años 70:

  • El movimiento conservador empezó a abrazar posturas «cada vez más conservadoras y más escépticas con el poder federal», según escribía la catedrática experta en historia de la Segunda Enmienda Jennifer Tucker hace un par de años.
  • El ascenso del originalismo como filosofía judicial ganó prominencia, alzando las voces de jueces que interpretaban la Constitución tal y como la habían concebido los Padres Fundadores.
  • El fin de ciertas restricciones en la financiación de agrupaciones políticas permitió a la Asociación Nacional del Rifle tener una mayor disposición de fondos para sus iniciativas de lobbying.
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En las décadas posteriores, políticos como Ronald Reagan abanderaron las iniciativas proarmas de la NRA. Los republicanos se estaban adaptando a las exigencias de un electorado que más adelante los catapultaría al poder allá donde habían perdido su espacio: las cámaras legislativas de Washington D.C.

Las revistas de derecho cambian el foco

Esos cambios en el seno y la base del partido republicano se apoyaron en las guías ideológicas que imponían los líderes intelectuales de la época. El movimiento conservador también estaba formado por jueces y abogados que pretendían cambiar Estados Unidos desde los juzgados.

En el contexto de la Segunda Enmienda y el derecho individual a poseer y portar armas que defiende la Asociación Nacional del Rifle, ese cambio no llegó hasta hace apenas unas décadas.

  • Entre 1876 y 1939, el Tribunal Supremo se negó a concluir que la Segunda Enmienda protegía el derecho individual de los ciudadanos a portar armas lejos del marco de las milicias. Cedía la responsabilidad de legislar sobre el control de armas a los estados.
  • Entre 1888 y 1959, todos los artículos de análisis legal indexados concluían que la Segunda Enmienda no garantizaba el derecho individual a un arma, según el catedrático de derecho Michael Waldman. El primero que lo hizo se publicó en 1960 y lo escribió un estudiante que empezó citando a la revista de la NRA, American Rifleman.
  • A partir de los años 70, decenas de abogados y catedráticos empezaron a publicar artículos y análisis legales que interpretaban que la Segunda Enmienda defendía el derecho individual de los ciudadanos a poseer y portar armas. Muchos de ellos estaban ligados a la NRA o recibieron subvenciones de la asociación.

Reagan, el hombre de la Asociación Nacional del Rifle

Llegado 1977, una serie de miembros de la NRA estaban descontentos con la poca implicación política de sus dirigentes. Motivados y bien organizados, llevaron a cabo la Revuelta de Cincinnati en la convención anual de la asociación, tomando el poder y dando un giro ideológico que cambiaría la NRA para siempre.

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  • A partir de esos años, la implicación política de la NRA aumentó de forma considerable. La asociación apoyó por primera vez a un candidato presidencial en 1980 con las elecciones que acabó ganando Ronald Reagan.
  • En los años posteriores, la NRA fundó un sistema de notas para evaluar a los legisladores según sus posturas en asuntos de armas de fuego como la Segunda Enmienda. Los políticos con notas de A y A+ son los mejor valorados y muchos presumen de ello para mejorar sus perspectivas electorales.

Un futuro marcado por la Asociación Nacional del Rifle

Con la entrada de los 90, el discurso de las armas y la Segunda Enmienda ya había cambiado. Los medios de comunicación priorizaron la versión de la NRA sin cuestionar sus enfoques constitucionales, como bien repasaba el autor Howard Friel ya en 1996. Irremediablemente, hubo consecuencias políticas:

  • En 1994, los demócratas de Bill Clinton sufrieron la Revolución del 94 con la que los republicanos recuperaron el control de la Cámara de Representantes por primera vez en 40 años. Clinton lo atribuyó al trabajo de lobby de la NRA.
  • En paralelo, la NRA influyó en el ascenso de jueces y abogados conservadores y originalistas para que acabaran siendo nominados para las cortes federales.
  • El objetivo era que el Tribunal Supremo volviera a considerar un caso sobre la Segunda Enmienda. De tener una mayoría afín, conseguirían dotar al texto del significado definitivo que querían.

Ese momento llegó en el año 2008, cuando el Supremo decidió por primera vez en su historia que la Segunda Enmienda reconocía el derecho individual de los ciudadanos estadounidenses a poseer y portar armas. Cinco jueces, liderados por el icono del movimiento originalista Antonin Scalia, determinaron que así era. Victoria para la NRA.

«Cómo hemos cambiado»

Warren Burger, otrora presidente del Supremo y voz conservadora de la Corte, definió el trabajo de activismo judicial de la NRA sobre la Segunda Enmienda como un fraude («el mayor que he visto en mi vida»). El cambio en la opinión pública desde la prominencia política de la Asociación Nacional del Rifle es más que obvio:

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  • En 1959, el 60% de los estadounidenses estaban a favor de prohibir las armas de mano.
  • Ese apoyo cayó al 42% en 1991 y al 19% en 2019.

Claro que la importancia de lo que ha conseguido la NRA no tiene tanto que ver con la Segunda Enmienda, sino con su alcance. Es una opción válida que el artículo constitucional reconozca el derecho individual de los ciudadanos a poseer y portar armas, ¿pero a qué coste?

  • Los catedráticos contrarios a esa postura argumentan que el enfoque de los que defienden el derecho individual es muy reciente. Y que en ningún caso justifica que el Supremo bloquee las leyes estatales que ejercen un mayor control de armas.
  • Esos mismos catedráticos defienden que la postura originalista de jueces como Scalia también dan la opción a un control de armas que abogue por la seguridad pública. Así lo escribió el juez conservador en su opinión mayoritaria de 2008.
  • Y por último, estudiosos como Jack Rakove resaltan que el originalismo tiene que enfrentarse a un problema de su interpretación:

Si quienes adoptaron [la Enmienda] hubieran tenido la misma evidencia disponible que la que tenemos hoy en día, ¿habrían puesto más peso en el peligro especulativo de la tiranía, arraigado en la reconstrucción de la historia de la Europa moderna temprana y su miedo al poder consolidado? ¿O estarían de acuerdo en que los problemas urgentes del presente requieren poner un mayor énfasis en los poderes policiales de los estados?

Jack Rakove
Fuentes

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