Enero es una de las grandes temporadas de rebajas del año. Aunque no todas, sí es cierto que muchas tiendas empiezan con los descuentos inmediatamente después de las fiestas de Reyes Magos. Es entonces cuando los comercios se llenan de gente, especialmente en aquellos rincones donde hay colocados carteles rojos que delimitan la zona de productos con descuentos. Sin embargo, hay que estar atentos porque no es lo mismo un artículo rebajado que uno en liquidación o un saldo, y en algunos casos conviene conocer la diferencia.
Como explica el Centro Europeo del Consumidor en España, las diferencias entre un producto rebajado, en promoción, en liquidación o un saldo son las siguientes:
Artículos rebajados. Son “aquellos que se ofertan en el mismo establecimiento donde se venden habitualmente a un precio inferior al fijado antes de la rebaja”, según el organismo de consumo. A diferencia de otro tipo de productos con descuentos, como los saldos, está prohibido ofertar como rebajados artículos que están deteriorados.
Artículos en promoción. En este caso, “la venta se realiza a un precio inferior o en condiciones más favorables que las habituales con el fin de potenciar la venta de ciertos productos o el desarrollo de uno o varios establecimientos”. Son, por ejemplo, las ofertas de “2×1”.
Liquidación. “Venta de carácter excepcional con la finalidad de acabar con determinadas existencias de productos”. Estos descuentos se aplican cuando, por ejemplo, el comercio va a cerrar o a cambiar de ubicación. “La duración máxima de la venta en liquidación es de un año”, según el Centro Europeo del Consumidor en España.
Saldos. A diferencia de las rebajas, promociones o liquidaciones, cuando se habla de saldos se habla de “productos cuyo valor de mercado es menor debido al deterioro, desperfecto, desuso u obsolescencia de los mismos”.
Cómo distinguir entre un saldo y una rebaja
Algunos organismos oficiales, como la Comunidad de Madrid, recuerdan que es importante diferenciar si el artículo que se quiere comprar está rebajado o es uno de saldo. “Si acepta un artículo en mal estado, con un defecto o una tara, no será una rebaja, sino un saldo”, señala la institución.
En caso de que un artículo deteriorado o dañado se venda como si fuese uno rebajado, el consumidor estaría siendo “informado incorrectamente”. Si esto ocurre, se podría poner una queja ante la autoridad competente, según explica el Gobierno madrileño, que recuerda que todos los establecimientos están obligados a tener hojas de reclamaciones, también durante las rebajas.
De todos modos, es importante conocer la política de devoluciones antes de hacer la compra y conservar los tiques y facturas para poder realizar una hipotética devolución.
- Centro Europeo del Consumidor en España
- Comunidad de Madrid: ‘Rebajas: consejos para comprar con garantías’