Sesión de control al Gobierno: diferencias y semejanzas entre el Congreso y el Senado

Diferencias Congreso y Senado.
Web del Senado.
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La solución menos mala. Así se podría entender la próxima llegada de Alberto Núñez Feijóo al Senado, desde donde ejercerá como líder de la oposición una vez pase el trámite de ser nombrado senador por designación autonómica en el Parlamento gallego -donde tiene mayoría absoluta-. 

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Se trata de la única vía que le quedaba al líder del PP para poder confrontar con Pedro Sánchez con cierta periodicidad, dado que a un escaño en el Congreso solo pueden acceder los diputados elegidos en las urnas. Sin embargo, el foro del Senado presenta diferencias respecto al del Congreso, que es más mediático, frecuente y decisivo. 

Sesión de control: diferencias entre el Congreso y el Senado 

Periodicidad. La diferencia más notable entre las sesiones de control del Congreso y el Senado es que mientras la primera se celebra -por norma general- todas las semanas, la segunda solo tiene lugar dos veces al mes. 

Y el presidente del Gobierno no siempre asiste a estas citas en la Cámara territorial. En cifras, esto se traduce en que Pedro Sánchez solo ha asistido este año a dos plenos de este tipo en la Cámara Alta, una cifra más de cuatro veces menor a la de las sesiones de control en las que sí ha estado en el Congreso (9). 

Día de la semana. Los ministros del Gobierno asisten los martes a las 16:00h a responder las preguntas orales de los partidos en el Senado y los miércoles, a las 9:00h, a contestar a las de los partidos del Congreso. 

Esto no es baladí, puesto que los diputados cuentan con la posibilidad de reaccionar a las medidas aprobadas por el Consejo de Ministros del martes -tienen hasta las 18:00h de ese día para cambiar sus preguntas-. Sin embargo, en el Senado la posibilidad de modificar su iniciativa termina el lunes a mediodía. Esto es, antes de la reunión semanal del Ejecutivo. 

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Tiempos. En la Cámara Alta, el tiempo dedicado a las preguntas orales al Gobierno está tasado en el reglamento: «En cada sesión plenaria los primeros sesenta minutos como máximo serán dedicados al desarrollo de preguntas, a no ser que el orden del día esté enteramente reservado a otros temas. Transcurrido dicho tiempo, el presidente remitirá las preguntas no desarrolladas a la sesión siguiente». Pero, a diferencia de en el Senado, este límite no existe en el Congreso, donde es habitual que las cuestiones orales se extiendan más allá de la hora. 

  • Tiempo de intervención. Mientras en la Cámara Alta el miembro del Gobierno y el senador cuentan cada uno con tres minutos de intervención, en el Congreso el tiempo total entre los dos interlocutores no puede superar los cinco. 

Aplazamiento de preguntas. En el Congreso, el Ejecutivo puede solicitar «motivadamente» y «por una sola vez» aplazar una pregunta concreta que se trasladará a la siguiente sesión de control. El Senado, por su parte, presenta un matiz a este respecto, dado que su reglamento establece que en el aplazamiento el Gobierno tiene que señalar «el día en que esté dispuesto a responder» dentro del «plazo de un mes». Como la Cámara Alta celebra la sesión de control cada dos semanas, en la práctica se traslada al siguiente pleno de este tipo por norma general.  

Semejanzas: el cupo de preguntas y la asistencia del Ejecutivo

Cupos de preguntas. No hay diferencias entre el Congreso y el Senado a la hora de organizar las cuestiones que los partidos pueden plantearle a los ministros puesto que en ambos casos se distribuyen en proporción al tamaño del grupo parlamentario. Lo que sí varía es el número de representantes que tiene cada formación en cada Cámara y el número máximo de cuestiones que se pueden plantear.

  • Preguntas florero. A diferencia de en el Congreso, en el Senado son mucho más habituales las ‘preguntas florero’. Estas son las que hacen representantes de los partidos del Gobierno -PSOE y UP- a ministros de su propia formación. 
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Obligación de asistencia. Ninguna ley obliga a los miembros del Gobierno a asistir periódicamente al pleno para responder a las preguntas de la oposición, pero es una cortesía parlamentaria que se da por hecha. Sin embargo, al no ser una prerrogativa obligatoria, hay ocasiones en las que alegan diversos motivos de agenda para eludir su asistencia, según explican fuentes parlamentarias. 

La instancia que se encarga de gestionar la presencia de los integrantes del Ejecutivo en las sesiones de control es la Secretaría de Estado de Relaciones con las Cortes. Este departamento comunica qué ministros están ‘disponibles’ a las Cámaras y hace el reparto de las cuestiones presentadas en función de la temática de las preguntas. La mayoría de las veces, esta distribución es obvia y se trata de un mero trámite, pero en alguna que otra ocasión ha provocado el enfado de la oposición. 

Fuentes
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1 Comentarios

  • Es curioso lo que dice Shawn de que la propuesta estigmatiza a los enfermos sin argumentarlo. Lo cierto es que hoy por hoy los pacientes manifiestan vivencias verdaderamente dramáticas que los psiquiatras en su desvergüenza llaman delirios para finalmente ellos sí estigmatizarte con un diagnóstico de esquizofrenia paranoide.