Lo esencial. Las encuestas de las últimas semanas señalan una tendencia clara: Donald Trump puede volver a ser presidente de Estados Unidos. La sola posibilidad de que eso ocurra, sumada a la retórica del expresidente y los reportajes sobre sus pretensiones una vez vuelva la Casa Blanca, solo han hecho que intensificar los miedos a una posible «dictadura» liderada por Trump.
- El propio Trump alimentó las preocupaciones al asegurar en televisión que solo sería dictador en el «Día 1» de su próximo mandato.
- Aunque la mecha en realidad la encendió el columnista Robert Kagan de The Washington Post al asegurar que una ‘dictadura’ de Trump es «cada vez más inevitable».
¿Pero lo es? A través de encuestas, artículos periodísticos y las propias palabras de Trump es posible entender la inquietud de tantos estadounidenses.
- Trump no ha ocultado sus intenciones de obtener más poder en su potencial retorno. Ni tampoco su objetivo de vengarse de sus rivales o de llenar el gobierno y su burocracia de aquellos leales a él.
- Pero los críticos con la advertencia a la «dictadura de Trump» apuntan a aquello que ha protegido la democracia estadounidense durante casi 250 años: su sistema de «controles y equilibrios».
¿Por qué entonces tanto revuelo sobre una supuesta futura autocracia justo ahora?
Lo último. Trump es el gran favorito para conquistar los caucus de Iowa del próximo 15 de enero. La cita supone el primer examen del expresidente para revalidar la nominación del partido conservador y optar a una revancha contra Joe Biden en noviembre.
- Biden tiene una popularidad baja y cumplirá 82 años en noviembre, lo que aviva las preocupaciones sobre si podrá gobernar otro mandato.
- Es de ahí que la probable victoria de Trump en Iowa solo acrecienta el temor a la inevitabilidad de un nuevo mandato del expresidente, aunque más descarnado que el anterior.
¿Por qué? Los críticos con Trump creen que el que fuera presidente ha aprendido de los errores del pasado. Y también, que tiene los ingredientes para remediarlos. Y eso incluye un cocktail de tres componentes: poder, lealtad… y venganza.
Un poder como nunca antes
Poder. Trump quiere conseguir algo en lo que fracasó en su primer mandato: llevar a cabo las medidas que le impidieron hacer desde su gobierno, el Capitolio y las cortes. ¿Cómo?
- Primero, concentrando más poder en el ejecutivo. Su pretensión es centralizar el control de agencias de gobierno que históricamente han gozado de más independencia.
- También podría limitar la forma en la que su gobierno gasta dinero e invierte en programas públicos o semipúblicos, lo que le daría más poder de negociación sobre quienes pretenden contrariarlo.
- Y segundo, deshaciéndose de aquellos funcionarios que hasta ahora han frenado o directamente han bloqueado sus principales iniciativas.
- Los presidentes suelen reemplazar a unos pocos miles de funcionarios al asumir la presidencia, pero el objetivo de Trump sería el de renovar a decenas de miles de trabajadores de las plantillas federales.
Parte de esa búsqueda de poder busca ejercer un control más férreo de instituciones como el Departamento de Estado o el de Seguridad Nacional. Periodistas de Axios y The New York Times que lograron algunas de las exclusivas más sonadas de la administración Trump cuentan ahora parte de los planes de Trump y sus aliados de acercarse a esa «dictadura» que mencionan sus críticos.
- En materia de inmigración, Trump pretendería llevar a cabo «amplias redadas» y «deportaciones en cifras millonarias», así como construir «enormes campos de detención».
- Y en materia de seguridad, Trump estaría interesado en usar a las Fuerzas Armadas para perseguir el crimen callejero y el crimen organizado. Incluso ha sugerido implantar la pena de muerte a traficantes de droga y disparar a ladrones de tiendas que ya estén huyendo.
«Miras a cualquier estado dirigido por los demócratas, y no es lo mismo, no funciona. No podemos dejar que suceda durante más tiempo», dijo Trump sobre el crimen en ciudades como Los Ángeles o Nueva York antes de sugerir el uso de fuerzas militares para mantener el orden público. «Y una de las otras cosas que haré, porque se supone que no debes estar involucrado en eso, te lo tiene que pedir el gobernador o el alcalde, la próxima vez no voy a esperar».
Lealtad por encima de todo
Lealtad. Todas esas medidas son una versión más radicalizada de lo que Trump propuso en su primer mandato como presidente, cuando los miembros menos trumpistas de su gabinete lo frenaron. Trump no cometerá ese error otra vez. Su propósito es llenar su gabinete y la burocracia estadounidense de personas leales a él.
- Grupos conservadores cercanos a su causa llevan tiempo preparando listas de posibles fichajes para suplir las vacantes que dejarán los despidos masivos.
- Toda esa nueva hornada de funcionarios habrían sido elegidos por ceñirse a la ideología nacionalista de Trump con el lema America First (Estados Unidos Primero).
Y en lo que respecta a los puestos más altos, Trump tendría previsto premiar con puestos influyentes a los voceros que más lo han defendido.
- En la Casa Blanca, es posible que vuelvan figuras extremistas como Steve Bannon para perfilar la ideología de la nueva administración Trump.
- Y en los gabinetes, figuras más desconocidas como Kash Patel o Jeffrey Clark podrían optar a puestos más altos por estar dispuestos a llevar a cabo las peticiones más radicales del expresidente.
«Esta es la batalla final», dijo Trump en un discurso en junio. «Con vosotros a mi lado, demoleremos el estado profundo. Expulsaremos a los belicistas de nuestro gobierno. Echaremos a los globalistas, a los comunistas y a la clase política enferma que odia a nuestro país».
Trump y la venganza antes de la… ¿dictadura?
Venganza. Pero la mayor razón por la que tantos críticos están avisando de un posible «descenso hacia la dictadura» con Trump es por su sed de venganza. El expresidente ha dicho alto y claro que piensa usar su poder para perseguir a sus adversarios políticos.
- Medios como The Washington Post y The New York Times han informado de planes concretos para deshacerse de la independencia del Departamento de Justicia.
- El objetivo es colocar a un fiel aliado de Trump como Fiscal General que pueda investigar y demandar a los enemigos del que fuera presidente. Y eso incluye a Biden.
- Otros en la diana son figuras a las que considera traidoras como el ex-Fiscal General o el ex-Jefe del Estado Mayor Conjunto Mark A. Milley, de quien ha dicho que merecería la muerte.
- Su retórica también ha sido comparada con la de dictadores como Hitler y Mussolini tras decir que pretende «eliminar» a sus oponentes progresistas, a quienes ha tildado de «alimañas».
- Y este pasado 26 de diciembre, Trump compartió una ‘nube de palabras’ de una encuesta de The Daily Mail en la que los atributos más populares sobre él eran «dictadura», «venganza» o «poder».
Aliados de Trump como Patel también han sugerido ir contra los medios de comunicación, un objetivo habitual de Trump desde hace años.
«Saldremos y encontraremos a los conspiradores, no solo del gobierno, sino también de los medios», dijo Patel en el podcast de Steve Bannon. «Sí, vamos a ir a por la gente de los medios que mintió a los ciudadanos estadounidenses, a los que ayudaron a Joe Biden a manipular elecciones presidenciales —vamos a por vosotros. Ya sea por lo civil o lo criminal, ya lo averiguaremos. De hecho, vamos a usar la Constitución para procesarlos por crímenes de los que dicen que siempre han sido culpables pero por los que no han sido procesados».
La inevitabilidad de (¿la dictadura?) Trump
Los miedos a una dictadura bajo Trump están lejos de ser el consenso en Estados Unidos. Los comentaristas conservadores más anti-Trump defienden que el sistema de «controles y equilibrios» de la nación norteamericana lo frenarán.
- Las cortes, aún llenas de jueces conservadores, ya han bloqueado en el pasado los intentos de Trump de abusar de sus poderes o de revertir unos resultados electorales legítimos.
- Y las cámaras del Capitolio, pese a estar cada vez más repletas de republicanos radicales pro-Trump, todavía tienen suficientes miembros como para frenar los peores instintos de un posible dictador.
¿Pero qué dice el electorado? Ahí las tendencias sí son preocupantes.
- En una encuesta de PRRI del pasado octubre, el 38% de los estadounidenses decían que el país está tan alejado del camino correcto que se necesitaría a un líder que rompa las reglas para repararlo. Casi la mitad de los republicanos encuestados decía sentirse de esa forma.
- La misma encuesta vio que hasta un 33% de republicanos creen que los «estadounidenses verdaderamente patriotas quizá deban recurrir a la violencia para salvar al país».
Pero es Iowa el estado que votará primero en este ciclo presidencial. Allí, la prestigiosa encuestadora de Des Moines Register descubrió que un porcentaje importante de votantes republicanos acepta la retórica más descarnada de Trump.
- Un 19% de votantes republicanos dijeron estar más dispuestos a votarlo tras escucharle decir que no tendrá «otra opción» que encerrar a sus oponentes políticos.
- Y un 14% aseguraron estar más dispuestos a votar por Trump por decir que el inexistente fraude de las elecciones de 2020 justificaba acabar con partes de la Constitución.
Esos porcentajes serían anecdóticos si no fuera porque un 43% creen que el comentario sobre encerrar a sus oponentes «no importa». O que un 36% piensa igual sobre el comentario acerca de la Constitución. Pero si nada de eso importa, ¿qué importa? Los votantes empezarán a decidirlo el 15 de enero.
- The New York Times: Why a Second Trump Presidency May Be More Radical Than His First
- The Washington Post: Opinion A Trump dictatorship is increasingly inevitable. We should stop pretending.
- Donald J. Trump: Agenda47: President Trump’s Plan to Dismantle the Deep State and Return Power to the American People
- Brennan Center for Justice: The Insurrection Act Explained
- Axios: Behind the Curtain — Exclusive: How Trump would build his loyalty-first Cabinet
- The Guardian: Trump says he will be a dictator only on ‘day one’ if elected president
- Snopes: Did Trump Echo Hitler with Remark About Migrants, ‘Poisoning the Blood of Our Country’?
- National Review: Four Thoughts on ‘Trump the Dictator’
- The Atlantic: If Trump Wins
- Project Syndicate: Could Trump Be a Dictator?
Creía que en este medio se dedicaban a desmentir bulos, no a crearlos.
Otro tonto