Las campañas de desinformación y los ciberataques son las amenazas para la seguridad nacional que más crecerán en España en los próximos cinco años, más que la crisis energética, las epidemias o los flujos migratorios irregulares. Como ha advertido el Departamento de Seguridad Nacional (DSN), se espera un importante incremento de las injerencias extranjeras en el campo de la información, sobre todo de cara a los procesos electorales y a la presidencia española del Consejo de la Unión Europea.
El Informe Anual de Seguridad Nacional recoge un análisis de riesgos con las 16 principales amenazas según su nivel de impacto e intensidad. La desinformación ocupa el cuarto lugar por detrás de la vulnerabilidad energética, el ciberespacio y la inestabilidad económica. Sin embargo, es la segunda amenaza con mayor previsión de crecimiento en los próximos cinco años después de los ciberataques.
Entre los riesgos y amenazas con una previsible tendencia a empeorar también figuran la inestabilidad económica, los flujos migratorios irregulares, la tensión estratégica y regional, los efectos del cambio climático, las injerencias extranjeras, las amenazas a infraestructuras críticas o el crimen organizado, entre otras como el terrorismo o las armas de destrucción masiva. Pero el informe incide en que la desinformación será “un fenómeno cada vez más prevalente” y, en concreto, destaca un incremento de las campañas procedentes de Rusia y sus aliados.
Desinformación y seguridad nacional: actores extranjeros utilizan a grupos extremistas
Según el informe del DSN, las campañas desinformativas alineadas con el Kremlin persiguen el “debilitamiento de la Unión Europea y de Occidente mediante el empleo y difusión de narrativas de desgaste, división, explotación de fricciones culturales, sociales y económicas”. De hecho, destaca que una de las estrategias detectadas entre algunos actores extranjeros ha consistido en apoyar movimientos políticos y sociales “de carácter extremista”, a los que usan como instrumento para sus propios intereses.
[La desinformación rusa tras un año de guerra: ‘proxies’ y narrativas a medida]
Las narrativas difundidas por estos grupos alimentan ideas como la existencia de “élites malvadas contra el pueblo”, que “los valores tradicionales están siendo amenazados”, alertan de una “amenaza a la identidad y a valores nacionales” o pronostican un “colapso inminente de las democracias occidentales”. Aunque puedan parecer mensajes marginales o inofensivos, el Departamento de Seguridad Nacional afirma que “estas campañas afectan la capacidad para aplicar la política exterior y de seguridad” en la Unión Europea y “pueden tener consecuencias en ámbitos de la política interior”.
En este sentido, explica que “los conflictos actuales, predominantemente desarrollados en entornos híbridos —aquellos conflictos que conjugan el campo de batalla tradicional con otras estrategias como la propaganda, los ciberataques o la presión migratoria—, deben tener muy en cuenta la desinformación como arma en el ámbito cognitivo”, dado que atenta especialmente a la percepción que tienen los ciudadanos de la realidad o cómo se relacionan con su entorno, tanto a nivel social como político.
La red de transporte, el sector financiero y el agua, objetivos de los ciberataques en España
Además de la desinformación, otra amenaza para la seguridad nacional con previsión de crecer en los próximos cinco años son los ciberataques. En este campo son especialmente sensibles las amenazas contra las infraestructuras críticas. Solo en 2022 se reportaron más de 15.000 incidentes a la Oficina de Coordinación de Ciberseguridad de la Secretaría de Estado de Seguridad, la mayoría contra la red de transporte (7.676), la administración pública (3.033), el sistema financiero y tributario (2.243) y el suministro de agua (2.161).
El Departamento de Seguridad Nacional también alerta de que la implantación del teletrabajo a raíz de la pandemia ha abierto brechas de ciberseguridad, al tiempo que destaca que, si los últimos años han estado marcados por la presencia de fuertes ataques de daños informáticos tipo ransomware y denegaciones de servicio, en 2022 se ha visto “un sensible incremento de los ataques focalizados en la obtención de datos de carácter personal mediante brechas en sus sistemas de información”.
Más actividad de espías por la presidencia española del Consejo de la UE
En el marco de la injerencia extranjera también supone una amenaza el espionaje. Según el Departamento de Seguridad Nacional, en 2022 hubo un aumento no solo de las campañas de desinformación, sino también de ”las actividades de oficiales de inteligencia” durante la cumbre de la OTAN que acogió Madrid el año pasado, y que estuvo marcada por la invasión rusa de Ucrania y el proceso de entrada de Finlandia y Suecia en la Alianza Atlántica.
Los analistas de Seguridad Nacional prevén un crecimiento de las actividades de espionaje a raíz de la asunción de la presidencia del Consejo de la Unión Europea por parte de España, que se hará efectiva a partir del segundo semestre de 2023. “Las decisiones e iniciativas promovidas por España durante dicha presidencia podrían ser objeto de las actividades de diversos servicios de inteligencia hostiles”, advierte el informe.
En cualquier caso, las principales preocupaciones para los analistas de Seguridad Nacional, al margen de la desinformación y los ciberataques, son la vulnerabilidad energética y la inestabilidad económica. Sin embargo, en un horizonte de cinco años destacan un mayor deterioro de la vulnerabilidad del ciberespacio y las campañas de desinformación, mientras que a largo plazo y con un horizonte puesto en 2032 preocupan grietas como la fragmentación y complejidad geopolítica, las barreras económicas, el uso de la tecnología como un arma o un agravamiento de la crisis climática.
0 Comentarios