El negacionismo “puro” del cambio climático ya es residual, al menos en España y Europa. Es decir, ya son muy pocos los que niegan que exista una crisis climática, después de décadas de evidencias científicas, y los que lo hacen no tienen demasiada influencia. Sin embargo, ahora proliferan otros discursos más sutiles de desinformación de cambio climático, donde el objetivo es retrasar la acción. Son los llamados climate delayers o retardistas.
Esas fueron las conclusiones de la investigación llevada a cabo por Isidro Jiménez, profesor en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid, junto a Samuel Martín-Sosa, investigador y experto en redes de activismo climático. En ella, analizaron específicamente los discursos negacionistas y escépticos en medios de comunicación españoles.
“En España encontrar frases claramente negacionistas es anecdótico. De más de 30.000 noticias de periódicos que analizamos sacamos solo 200 fueron negacionistas. Y aun así muchos son tan sutiles que hay incluso debate de si realmente son negacionistas o no”, explica Jiménez a Newtral.es.
Así, en lugar de negar categóricamente el cambio climático, adoptan discursos de desinformación más sutiles y complejos que pretenden retrasar las políticas necesarias para combatir el cambio climático. Afirman, por ejemplo, que no es urgente que pongamos medidas, que no debemos preocuparnos porque una futura tecnología milagrosa nos salvará a todos o que realmente no hay suficientes pruebas que justifiquen un gran gasto público para contrarrestarlo.
“Esta sutilidad tiene un peso brutal. Algunos de los textos que hemos analizado y que difunden estos discursos escépticos y retardistas son incluso editoriales de importantes medios económicos”, indica Jiménez.
El retardismo, desinformación sutil sobre el cambio climático y con gran influencia
Como afirma a Newtral.es William F. Lamb, investigador en el Instituto de Investigación Mercator sobre Bienes Comunes Globales y Cambio Climático (MCC) de Berlín, “este tipo de discursos influyen mucho en la gente porque parecen razonables”. “Lo que más me preocupa es que estos discursos desorientan el debate y acaban desalentando las acciones climáticas realmente ambiciosas”, opina.
Lamb lideró un análisis de este tipo de discursos de desinformación sobre el cambio climático en una publicación de 2020 y recopiló las principales “estrategias” que se usan. Una de ellas es la de redirigir la responsabilidad, por ejemplo, poniendo el foco únicamente en las acciones individuales: reciclar, comprarte un coche eléctrico o renovar tu casa para que sea más eficiente energéticamente.
“Esto no quiere decir que las acciones individuales sean inútiles. Más bien, un discurso más productivo centraría la atención en el potencial colectivo de las acciones individuales para estimular los cambios normativos y ejercer presión hacia la regulación. Y reconocería que las normativas y los cambios estructurales son complementarios”, escribe Lamb en el análisis.
Otro discurso que destaca Lamb es el de señalar a países que emiten más gases de efecto invernadero, clásicamente China, afirmando que ellos deberían ser los que reduzcan emisiones, aunque el propio país contribuya también en gran medida a las emisiones globales.
El tecnooptimismo o esperar que una nueva tecnología evite que tengamos que reducir emisiones
Otra de los discursos de desinformación sobre el cambio climático más extendidos es el tecnooptimismo, en la que se afirma que una futura tecnología será capaz de reducir las emisiones por nosotros. “Este optimismo puede estar justificado en algunos casos, pero este discurso suele ir acompañado de afirmaciones sin fundamento empírico, por ejemplo, que el progreso tecnológico hará que no sean necesarias regulaciones de las emisiones o que los avances son inminentes”, escribe Lamb en su análisis.
Como destaca el investigador del MCC, hay incluso empresas que promocionan industrias “como parte de la solución”. “Por ejemplo, la industria del gas afirma que el gas es la solución al cambio climático porque emite menos que el carbón, aunque aun así causa emisiones”, indica a Newtral.es. En esta línea, la Unión Europea calificó el gas como una energía verde, con el desacuerdo de algunos países, como España.
“Esta narrativa contrasta con la evidencia: que las nuevas infraestructuras fósiles de libre emisión son incompatibles con el objetivo del Acuerdo de París de 1,5°C de calentamiento”, escribe Lamb.
Discursos retardistas frente a acciones retardistas
Tanto Lamb como Jiménez apuntan que detrás de estos discursos de escepticismo y desinformación sobre el cambio climático hay claros intereses económicos. “Estos grupos se están gastando importantes sumas de dinero para propagar estos discursos, con el objetivo claro de influir las discusiones en políticas climáticas”, cree Lamb.
Núria Almiron, profesora titular del Departamento de Comunicación en la Universidad Pompeu Fabra (UPF), opina que algunos van más allá de los discursos retardistas y habla de acciones retardistas. Es decir, que no solo promocionan discursos para retrasar las acciones climáticas, sino que directamente toman cartas sobre el asunto. “Los que más influyen en la política no son los que tienen una narrativa sino los que actúan para retrasar al máximo las políticas de lucha contra el cambio climático”, afirma Almiron a Newtral.es.
La investigadora de la UPF pone de ejemplo algunos lobbies de la industria cárnica quienes, a pesar de que los informes del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) señalan al sector como un gran emisor de gases de efecto invernadero, no han tomado grandes medidas para atajarlo.
“Lo que encontré en mis investigaciones es que estos lobbies frenaron las acciones y las regulaciones en este sector consiguiendo subvenciones de la propia Unión Europea para desarrollar una herramienta que calculase cuánto era su impacto. Pero eso ya está medido, no con exactitud, pero la suficiente como para saber que tienen un impacto grande”, explica Almiron. “Han pasado años y no he visto ningún resultado de estos proyectos. Es claramente una forma de retrasar las políticas”, añade.
Para parar los nuevos discursos de desinformación de cambio climático, utilicemos la ciencia
¿Cómo contrarrestar estos discursos? Los especialistas proponen vías muy diferentes. Para Lamb, es esencial difundir cómo operan estos discursos retardistas. “Tenemos que explicar por qué y cómo limitan la acción climática y poner a la gente en sobreaviso”, indica a Newtral.es.
Según Jiménez, hay que apelar a la ciencia, “la gran arma de la lucha contra la desinformación sobre la crisis climática”. “Tenemos que llevarlo al terreno de la ciencia. No solo sobre el hecho mismo del cambio climático, sino también difundir las evidencias detrás de las políticas de mitigación necesarias”, explica. “Muchas veces la narrativa es que la ciencia dice que hay un cambio climático y que el papel de la política es debatir si debemos gastarnos dinero en eso o no. Pero también hay ciencia detrás de esas medidas”, añade. Por ejemplo, se demostró que el clima extremo costó más de 150 millones en 2021.
Por su parte, Almiron cree que la vía es “convencer a los intereses económicos”. “Tenemos que explicarles que también pueden ganar dinero de otra forma, con nuevos mercados anticontaminantes y que los gobiernos ayuden a estos sectores a reconvertirse”, concluye.
- Declaraciones a Newtral.es de William F. Lamb, investigador en el Instituto de Investigación Mercator sobre Bienes Comunes Globales y Cambio Climático (MCC)
- Declaraciones a Newtral.es de Núria Almiron, profesora titular del Departamento de Comunicación en la Universidad Pompeu Fabra (UPF)
- Declaraciones a Newtral.es de Isidro Jiménez, profesor en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid
- Análisis del escepticismo climático en medios de comunicación españoles
- Análisis de discursos retardistas
- Informe IPCC de Mitigación 2022
- Libro ‘Meatsplaining. The Animal Agriculture Industry and the Rhetoric of Denial’