Cómo descolonizar un museo: de revisar su relación con el colonialismo a devolver lo robado

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El Museo de América de Madrid. Foto: José Luis Vega | ShutterStock.
Tiempo de lectura: 7 min

El ministro de Cultura, Ernest Urtasun, dio cuenta de la revisión del “marco colonial” que se está llevando a cabo en los museos españoles, instituciones “anclados en inercias de género o etnocéntricas que han lastrado en muchas ocasiones la visión del patrimonio, de la historia y del legado artístico”, explicó durante su comparecencia en la Comisión de Cultura el pasado martes 22 de enero. 

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En concreto, en línea con los “compromisos internacionales asumidos por España”, se va a llevar a cabo “un proceso de revisión” de las colecciones de los Museos Estatales dependientes del Ministerio de Cultura. Procesos, como indicó Urtasun, que ya están incorporados en las programaciones temporales del Museo de Antropología o del Museo de América. 

  • ¿Cómo se descoloniza un museo? Para empezar, reconociendo que los museos se fundaron con la misión de ser vehículos del aparato colonial. “Si un museo quiere descolonizarse, lo primero que tiene que hacer es ubicarse dentro de la estructura política y social que ocupa, entender su origen colonial y reconocer esa carga”. Así lo explica a Newtral.es Camila Opazo, investigadora de la descolonización en el ámbito de la memoria, los museos y el patrimonio. Una vez reconocido este legado colonial, “trascendental para legitimar y sostener las estructuras de desigualdad histórica”, el siguiente paso es analizar cómo se materializa la colonización en las colecciones del museo. Y, finalmente, el último peldaño: la devolución del patrimonio expuesto a los países de origen. 

De la misma manera se expresa Clémentine Deliss, comisaria de exposiciones y directora del Weltkulturen Museum de Fráncfort del 2010 al 2015. “Tenemos que asumir el legado colonial que ha estado en la base de la academia de arte, de la universidad y del museo”, indica a Newtral.es. “Muchas colecciones fueron adquiridas, o compradas, regaladas, robadas o heredadas, durante el periodo colonial y antes, en el siglo XVIII, momentos en los que la explotación, la extracción del comercio de esclavos, se producía a gran escala”. Como advierte Deliss, “todas las antiguas potencias europeas tienen historias coloniales, y todas ellas han creado museos a costa de otros pueblos y mediante la explotación de sus culturas”.

  • ¿Qué dice la directiva del Consejo Internacional de Museos (ICOM, en inglés)? Pieza robada, pieza devuelta. Según el código deontológico para museos elaborado por el ICOM en 1986 y revisado en 2004 “si un país o una comunidad de los que proceden objetos o especímenes piden su restitución y se puede probar no solo que han sido exportados, o transferidos de otra manera, en contra de los principios de los convenios internacionales y nacionales, sino que además forman parte del patrimonio cultural o natural del país o la comunidad peticionarios, el museo interesado debe tomar rápidamente las medidas pertinentes para cooperar en su devolución, si tiene la posibilidad legal de hacerlo” (página 33 del documento). 

Los procesos de descolonización son habituales en los museos de Europa

Aunque algunos museos en España han iniciado procesos de descolonización, sus avances son tímidos comparado con lo conseguido por estas instituciones en otros países europeos. No obstante, como advierte Opazo, estas iniciativas para descolonizarse se centran básicamente en la devolución de los objetos expoliados a sus países de origen, “una parte importante del proceso, pero la descolonización es mucho más que eso”, apunta.

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“La devolución de los objetos se ha vuelto central para los museos en Europa”, analiza Opazo. “Pero lo hacen sin reconocer su identidad y su importante papel en la legitimación del sistema colonial de opresión”, asegura la investigadora. 

El Gobierno de Emmanuel Macron encargó en 2018 un informe a la historiadora francesa Bénédicte Savoy y al economista senegalés Felwine Sarr. La investigación apunta que “más del 90% del legado cultural material del África subsahariana permanece conservado y albergado fuera del continente africano”. De esta forma, los investigadores abogan por restituir a los países africanos toda obra u objeto que haya llegado a las colecciones francesas de manera irregular. 

Este informe impulsó restituciones puntuales, como la devolución a Benín de 26 obras históricas por parte del Gobierno francés en 2021. O la que llevó a cabo el Gobierno de Alemania, cuando decidió devolver los bustos y relieves de bronce de los siglos XVI y XVII que exponía en el museo etnográfico de Berlín a Benín, su país de origen. No obstante, el mayor repositorio de estas esculturas saqueadas por colonos británicos y vendidos a distintos países europeos es el British Museum que, a día de hoy, no ha decidido seguir el camino de Alemania. “El museo reconoce y comprende plenamente la historia colonial que proporcionó el contexto clave para el desarrollo de las colecciones de Benín del Museo”, indican, no obstante, desde la web. Otra iniciativa en este camino es la de los Museos Vaticanos, que decidieron devolver tres fragmentos de mármol del Partenón a Atenas el año pasado. 

Además de las devoluciones, otros proyectos europeos tratan de desarticular la memoria colonial. Es el caso del Museo de África de Bruselas —fundado por el rey Leopoldo II para exhibir obras, objetos y hasta restos humanos procedentes del Congo cuando el país era su colonia— con la exposición Rethinking Collections (repensar las colecciones). Esta exposición es un paso más en el camino de descolonización que emprendió el museo durante los cinco años que se mantuvo cerrado. La institución reabrió en 2018 con su colección reformulada para ofrecer una mirada crítica y contextualizada del pasado colonial de Bélgica. 

Las iniciativas en España: el Museo Nacional de Antropología y el Museo de América 

Urtasun mencionó los museos estatales de Antropología y de América como ejemplos de instituciones donde se están llevando a cabo “procesos de revisión” del marco colonial de sus colecciones. 

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  • El Museo Nacional de Antropología. Como parte de su camino hacia la descolonización, el museo ha tratado de incorporar artistas contemporáneas y nuevas temáticas que no estaba tratando en su colección hasta ahora. Ejemplo de ello es la exposición El gran experimento, ¿el fin de la esclavitud? o el recorrido temático con motivo de la celebración de la semana del orgullo LGTBIQ+. “Ninguna de estas iniciativas profundizan en la historia colonial del propio museo ni hacen una crítica a la antropología como institución”, indica Opazo. Es decir, los proyectos se quedan en un plan anecdótico pero no traspasan ningún tipo de política institucional “necesaria para replantearse desde la descolonización un museo de antropología”.
  • Museo de América. El Museo de América, que guarda gran parte del patrimonio americano que tiene España, es una de las instituciones culturales españolas a las que más afectaría un proceso de descolonización. En su colección hay imágenes explícitas de violencia colonial mostradas sin contexto, explicadas a través de cartelas escuetas, anticuadas y sin intención. Como subraya Opazo, “el Museo de América es el paradigma de museo colonial, un ejemplo de libro, un reflejo muy fiel de cómo se construyó una narrativa colonial para hablar sobre América”. 

Desde Newtral.es nos hemos puesto en contacto con el Ministerio de Cultura para preguntarles por las iniciativas de descolonización que mencionó Urtasun en su intervención. Por el momento, no hemos recibido respuesta. 

Fuentes
  • Camila Opazo, investigadora de la descolonización en el ámbito de la memoria, los museos y el patrimonio y activista feminista antirracista
  • Clémentine Deliss, comisaria de exposiciones y directora del Weltkulturen Museum de Fráncfort del 2010 al 2015
  • Ministerio de Cultura
  • ICOM
  • Informe: The Restitution of African Cultural Heritage. Toward a New Relational Ethics
  • Museo de África de Bruselas
  • British Museum
  • Agencia Deutsche Welle
  • Brussels Times
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3 Comentarios

  • A cuenta de la "descolonización"... y aunque España no tuvo colonias, sino Virreinatos, asumo que significa la devolución de lo adquirido de forma ilegal.
    ESTOY TOTALMENTE DE ACUERDO.
    Ahora bien, que por motivos políticos se quiera extender a la recuperación de bienes que tienen un origen legal me parece un contrasentido.
    Hace tiempo que existe la "matraca" proveniente de Colombia, sobre la devolución del Tesoro Quimbaya... os pongo el mensaje de la Directora del Museo de América, dónde explica la procedencia y el motivo de que dichas piezas estén en España... aunque no sólo en España... parte del Tesoro está en el Museo de Chicago, otra parte en manos particulares y quizá el resto fundido como se hacía en Colombia con la actividad huaquera, que era perfectamente legal y promovida por los Gobiernos colombianos que permitían la venta (incluso al extranjero) o la fundición, en ambos casos con un pago al Estado, esto ocurría hasta la Ley de Protección de Bienes Arqueológicos de Colombia de 1918.
    ...
    "Por alusiones:
    En los últimos años el tema que se ha dado en llamar «la descolonización», vinculado al mundo de la cultura, está generando muchas opiniones en las que siempre subyace la necesidad de decidir cómo interpretar el pasado e, incluso, en muchas ocasiones cómo modificarlo. Los historiadores llevan toda la vida dedicados a lo primero, desde varias perspectivas, pero nadie ha conseguido lo segundo, aunque no son pocos los que lo vienen intentando al modificar a su antojo la información que aportan los primeros. Hoy convivimos con las «falsas noticias» con la misma naturalidad con que los antiguos egipcios lo hacían cada vez que un nuevo faraón suplantaba a su predecesor mandando grabar su nombre en sustitución de anterior en todo tipo de representaciones. Apropiarse de lo que han hecho los demás no es nada novedoso. Destruir lo que han hecho los demás, sobre todo aquello que no coincide con nuestras ideas, tampoco lo es, pero además es peligroso, como nos sigue demostrando la historia.
    En esta ocasión, tal y como apunta el título de este texto, las alusiones se concentran en el denominado Tesoro de los Quimbaya y vamos a dar respuesta a las continuas referencias que se vienen haciendo a un conjunto de piezas que forman parte de las colecciones del Museo de América y que están expuestas de forma permanente desde hace treinta años en una de sus salas. En estos días, se hable o no de ellas, sus imágenes ilustran numerosos comentarios relacionados precisamente con la descolonización, con la que se identifica al Museo de América de forma inmediata, aunque solo sea por su denominación. El conjunto al que me refiero está formado por 122 piezas de oro y es víctima propiciatoria de ese intento de reescribir la historia, con la intención de convertir en un expolio de España algo que nunca lo fue, buscando con ello una supuesta obligación inmediata de devolución o restitución.
    Es muy importante conocer de qué forma el presidente de Colombia Carlos Holguín comunicó formalmente al Congreso de su país, el 20 de julio de 1892, el envío de estos objetos a España:
    « Se ha enviado a Madrid la colección más completa y rica de objetos de oro que habrá en América...La hice comprar con ánimo de exhibirla en las exposiciones de Madrid y Chicago y obsequiarle al Gobierno español para un museo de su capital, como testimonio de nuestro agradecimiento por el gran trabajo que se tomó en el estudio de nuestra cuestión de límites con Venezuela y la liberalidad con que hizo todos los gastos que tal estudio requería. Como obras de arte y reliquias de una civilización muerta, esta colección es de un valor inapreciable...». Desmenuzando este texto tenemos todos los detalles del proceso:
    1. «Se ha enviado a Madrid la colección...»
    Es un envío oficial desde Colombia ordenado por el propio Gobierno, lo que deja fuera cualquier intento de identificarlo con un expolio realizado por España.
    2. «La hice comprar ...»
    Se trata por lo tanto de algo propiedad de particulares. Por extraño que pueda parecer la legislación colombiana consideraba legal la práctica de la «huaquería», una práctica que consistía en que las denominadas «compañías de huacas» excavaron las tumbas indígenas para extraer el oro y después fundirlo. Esta práctica fue legal hasta que en 1918 se creó la ley que protegía estos objetos. Y, sin duda, la actividad de estas compañías supuso la desaparición de cientos de piezas de oro arqueológico. La compra se hizo a los propietarios que tenían en venta todos los materiales ofreciéndoles dentro y fuera del país.
    El presidente Holguín compró el conjunto que se regaló a España, más otras piezas, en 1891 haciendo uso de la prerrogativa que le concedía la Constitución de 1886, que, en el artículo 78 señala las «prohibiciones al Congreso y a cada una de sus Cámaras... Exigir al Gobierno comunicación de las instrucciones dadas a los ministros diplomáticos, o informes sobre negociaciones que tengan carácter reservado». En resumen, el presidente no estaba obligado a solicitar al Congreso autorización para los gastos generados por negociaciones que tuvieran carácter reservado, como era este caso.
    3. «... Y obsequiarselas al Gobierno español para un Museo de su capital»
    Es evidente que el obsequio no es a la Reina regente María Cristina, que actúa como representante del Estado y no como propietaria.
    4. «... como testimonio de nuestro agradecimiento por el gran trabajo que se tomó en el estudio de nuestra cuestión de límites con Venezuela...»
    El 16 de marzo de 1891 se dictó en Madrid el Laudo Arbitral Español o de la Reina María Cristina por el que se determinó gran parte de las fronteras de los dos países. En este momento la región de la Guajira entró a formar parte de Colombia.
    Lamentablemente los asesores del presidente actual de Colombia, Gustavo Petro, no le han debido de informar de la existencia de una amplia documentación, procedente de los propios archivos colombianos, publicada y de fácil acceso, en la que se describe todo el proceso y de la que hemos tratado de forma somera. Y es evidente que tampoco el Ministerio de Cultura español ha facilitado esta información, con la que cuenta gracias a los informes que en repetidas ocasiones ha solicitado a los funcionarios del Museo de América. Es muy posible que si se le hubiese ofrecido el presidente Petro no hubiese hecho en mayo de 2023 unas declaraciones que fueron recogidas por diferentes medios de comunicación:
    «...España ha ofrecido llevar el Tesoro Quimbaya [a Colombia], que tiene piezas arqueológicas valiosas, que un presidente enamorado y algo ladrón, siendo eso un patrimonio nacional, regaló a alguna princesa, alguna cosa de eso española (sic)»
    Desde el momento de la llegada a España del Tesoro y su entrega por parte de las autoridades colombianas en 1892, todo el conjunto entró a formar parte del Patrimonio Histórico Español. Y como tal está sujeto a las leyes que lo regulan.
    El Museo de América, del que probablemente hablaremos pronto, vivió su reflexión hace 30 años, cuando tras unas largas obras que le mantuvieron cerrado trece años, pudo reabrir en 1994. Y no encontró mucha comprensión pues ni la sociedad ni las autoridades estaban preparados para aceptar que las piezas que guardaba el museo eran fundamentales para desarrollar un discurso que, al margen del interés por lo cronológico, tenía mucho que decir sobre temas fundamentales. España nunca se podrá desprender de América y viceversa y esa será nuestra fortaleza.
    ———————
    CONCEPCIÓN GARCÍA SÁIZ
    fue directora del Museo de América desde 2008 a 2018"

    • Muy agradecido tras leer su nota. Para mí con mucho más valor que el propio artículo.

  • España no tuvo colonias. PUNTO. No hay nada que descolonizar en ningún museo español o hispanoamericano salvo la colonización cocacolera y gringa. Segundo, es gracias a las metrópolis europeas que esas obras de arte o lo que sean se han salvado. Los salvajes del Tercer Mundo, incapaz de comprender su valor o de dárselo, las hubieran destruido o utilizado como materiales para una nueva letrina. Hay múltiples ejemplos. Todas estas estupideces sorosianas ya nos indican el origen de estas pretensiones absurdas: la envidia judía y su artera subversión contra un mundo y una historia universal eurocéntrica por naturaleza y por logros. Los niñatos de este pravda trabajan para redes internacionales muy obscuras y antieuropeas. Por supuesto, hablan para ignorantes contemporáneos, sin formación histórica.