Confundir una red social con un ágora es un error muy común. Las redes sociales como herramientas pueden fomentar el debate, incluso en Twitter, pero también alimentan falsas discusiones cuyo objeto está muy lejos de conseguir consensos, información, o simplemente el contraste de las ideas.
De hecho, estas tecnologías han alimentado una nueva forma de comunicación, que yo no me atrevo a llamar debate. Y con ello, nuevas tácticas a utilizar. La guerra sucia en las redes, y esto hay que tenerlo claro, no consiste en quién tiene razón o quién no. Consiste en estar en la agenda. Y a cualquier precio.
Y creo que si hay una red social donde todo esto es cada día más evidente es Twitter. El campo de batalla por antonomasia, donde un montón de hormigas cuyas opiniones no le importan a nadie más que a ellos mismos tiran de la pernera del pantalón de papá simplemente para que se hable de ellos. Mal o bien es indistinto. No se trata de convencer a nadie.
Twitter y el debate de los expertos
Perdonen, pero un idiota es un idiota. No pierdan un minuto en convencerlo de nada. Por ejemplo: Si la NASA no ha conseguido convencer a algunos de que la Tierra no es plana, ¿cree que usted lo va a conseguir? Si una legión de médicos, virólogos y científicos no han convencido a alguien de que las vacunas no tienen microchips para dirigir nuestras tristes vidas con la ayuda de una antena 5G, ¿cree usted que lo va a lograr? Perdonen, pero la respuesta es no.
Muchos de los métodos y procedimientos para desenvolverse en estos nuevos debates de Twitter han sido tan naturalizados que ya no distinguimos si el uso de los mismos es profesional o simplemente es un particular el que los emplea. Digo profesional porque la manipulación de la conversación es tan exagerada que ya no solo procede de uno de los lados de los feroces combatientes en estas batallas.
En muchas ocasiones para conseguir el premio de ser nombrado con un “Twitter arde”, empresas y profesionales de estas lides asumen los dos papeles antagonistas sobre un tema para llamar la atención. Están a favor y en contra. Todos los días.
El ejército del no-debate
Les contaré alguno de los trucos, en realidad no tiene nada de magia, de este ejército. Por ejemplo, un buen soldado nunca reconocerá un error. No insistan. No dirá que lo que contaba era un bulo desmentido cien veces. Ni retrocederá un milímetro sobre la barbaridad emitida. La razón no es otra que mientras uno no asume un error, y lógicamente intenta subsanarlo, la guerra seguirá abierta.
Es por esto que los bulos, las barbaridades, los insultos y las campañas de acoso sobre personas o grupos vuelven una y otra vez. Esta táctica se usa a nivel empresarial y político. Si uno no admite un error lo siguiente que ocurrirá es que la tormenta se alimenta, se genera más ruido, y a la larga, los que señalan y te cuentan que estabas equivocado se cansan y desisten. KO por agotamiento del adversario. Ignórenlos. No les haga caso. Silenciarlos o bloquearlos es la mejor opción.
Otra táctica es la de desplazar el trabajo y el esfuerzo al oponente. Si alguien lanza una mentira, o un dato erróneo y manipulado (que no explica, ni argumenta, ni defiende), lo que hace es exigir que la labor de documentación, de búsqueda y de razonamiento la haga el adversario, y aporte todo lo que su aseveración no tiene. Hechos, datos, etc.
Ante esto la mejor contra es una respuesta fija del tipo: “Infórmate”. Nada más. No caigan en el juego. Ya les digo que no quieren convencerse, ni informarse. Solo dilatar la discusión.
Esfuerzo argumental y debate en Twitter
Algo que delata estos comportamientos es tan simple como evaluar los esfuerzos del argumentario en el volumen de tuits y texto empleados por los contendientes. Si usted ve respuestas con hilos con enlaces, documentos, imágenes, etc., en mayor cantidad que el tuit que originó el conflicto alguien en su despacho, o detrás de la pantalla de su ordenador, el autor del tuit inicial se estará frotando las manos. Cuánto más aporte usted al tema más tiempo estará vivo.
Y lo intentan mantener así con trucos como usar un simple “No, no es así” ante una avalancha de pruebas de lo que dice esta mentira. Si usted vuelve a insistir con más munición en forma de dosis de realidad demostrable, más alborozado y contento estará quien lanzó la mentira.
Otra señal de que la cosa no es lo que parece es cuando el emisor y provocador utiliza respuestas muy cortas, o no responde, ante cualquier cosa que se desvíe de lo que él considera su “temática principal”. La idea que intenta vender no admite que gasten más recursos o tiempo en defender otra cosa que eso. Cualquier explicación que no permita una oportunidad de insistir en “su libro” es automáticamente ignorada.
Por tanto, no se esfuerce en “volver a explicar” o redactar una respuesta que desde el primer momento cualquiera puede entender. Su oponente la va a ignorar una vez más con la esperanza de que el combate se alargue.
La falacia ‘ad hominem’ en Twitter
La utilización de recursos ad hominem es un clásico en todo debate, también en Twitter. El ridiculizar al rival, o intentar avergonzarle para que no insista, desviando el tema totalmente con una acusación que no tiene, ni por asomo, nada que ver o aportar al tema debatido es uno de los recursos más usados en la red. Sin embargo, sigue teniendo un alto índice de éxito en forma de abandono de las discusiones a tratar.
En Twitter, si una conversación o debate se ha visto comprometido es fácil enviar una legión de aguerridos soldados a que mencionen que te sobran los kilos, que te vieron en un restaurante cenando con una señora de buen ver, o cualquier cosa que evite que se entre en razones. Por ello proliferan los usos de grupos coordinados que contestan a personas “influyentes” cualquier cosa que digan con un insulto o un tema fuera de lugar. Anular al adversario es su misión, y el ad hominem es muy sencillo.
La forma más característica -por su idiosincrasia- y endogámica para generar polémicas y demás en Twitter son menciones y los replys. Los habrán visto miles de veces. Consiste en la llamada, casi a toque de corneta, a los aliados, contra un tuit de un “influencer” en Twitter. A través del mecanismo de mencionar a otro rival influyente , o a un grupo, la escaramuza está asegurada, y de paso la manifestación de la presencia de estos grupos, también.
Texto sin contexto: tuits antiguos, tuits falseados
Por último -ya saben que no pretendo cansarles- otra cuestión que es muy propia de Twitter es la exhibición de capturas de tuits antiguos. Ya sean fuera de contexto, o directamente falsos. Una captura de un tuit nunca garantiza absolutamente la veracidad de nada. Hay tantos métodos de falsear un tuit como los hay de cualquier cosa que uno vea en una pantalla de un ordenador o un móvil.
No quiero decir con ello que todo lo que veamos en ese formato lo sea, pero si quiero decir que a estas alturas todos deberíamos de tener claro que se requiere un plus para verificar ese tipo de “información”.
En todo caso, quiero aprovechar un momento como este para recordarles, o tal vez descubrirles y explicarles, las posibles motivaciones de todo este maremágnum de violencia en formato texto. Este ejercicio sirve también para dotar a las personas que todavía confiamos en las posibilidades de las redes sociales para hacernos mejores -incluyendo el intercambio de ideas- de un mecanismo para que no “perdamos” tantas batallas frente a estas personas.
Que haría George Bernard Shaw
Creo que era George Bernard Shaw el que decía algo así: “Si tú tienes una manzana y yo tengo una manzana e intercambiamos las manzanas, entonces tanto tú como yo seguiremos teniendo una manzana. Pero si tú tienes una idea y yo tengo una idea e intercambiamos ideas, entonces ambos tendremos dos ideas.”
En Twitter alguien se comería las dos manzanas y seguiría con su idea. Cobrando por ello o no, pero fastidiándonos un rato más. No les hagan caso.
Totalmente de acuerdo con el Compañero Cámara, Madrigal ni es,ni ha sido nunca un periodista independiente.
Marcelino Madrigal se ha convertido en un fiel escudero de Ferreras tras el escándalo del #Ferrerasgate. Ese y no otro ha sido el motivo de crítica en Twitter: su falta de coherencia y ética periodística.
Este artículo en Newtral, medio de Ana Pastor, es otro ejemplo.
A llorar a la llorería...
Amigo qué gusto leerte, llevaba tiempo sin seguir tus pasos, cosas del trabajo. Pues totalmente de acuerdo contigo, lo que hago desde hace mucho, para mí y para las empresas con las que trabajo es el bloqueo cuando lo que veo detrás es una persona que viene literalmente a "fastidiar". Otra cosa sería un cliente molesto, pero en las redes es habitual encontrarme con el "listillo" el "bromista" o el "cabreado con la vida" en estos casos ignorancia o bloqueo.
Twitter se ha vuelto aburrido y predecible, se cual sea el tema, sabes cual va a ser el posicionamiento y la táctica de cada uno. La falacia y la difamación son las herramientas favoritas... y propaganda de todo lo que usted quiera.
Entiendo que bloqueara mi perfil en Twitter: nueva creación, pocos seguidos... sin embargo twitter permite denunciar su perfil, aun bloqueado.
No se asuste, no es que lo fuese a hacer, pero entienda que deja el bloqueo inútil contra los grupúsculos de los que habla en el texto.
Igualmente puedo leer sus tuits sin iniciar sesión, es un tanto engorroso si quiero cambiar entre hilos... no tendría porque haber creado esta cuenta si twitter dejase ver las conversaciones, hilos y TTs sin iniciar sesión como hasta hace no mucho.
De cualquier forma es una red que acabará en desuso, más pronto que tarde. Los grupusculos están derivando a otras redes dejando twitter como una especie de herramienta de las "elites" que les "castiga" por su propaganda/contrapropaganda... aka Victimismo. Tiene un ejemplo muy claro, entre otros, en el tipo ese de las "ardillas", con varios hangstags y tuits abiertamente impertinentes buscando el ban, para reafirmarse en sus mierdas victimistas, para que sus palmeros le sigan bailando el agua y de paso le paguen el alquiler y la farlopa.