Lo esencial. Ron DeSantis anunció por sorpresa este domingo que suspendía su campaña presidencial y ofrecía su apoyo a Donald Trump. El gobernador de Florida pone fin así a una de las carreras más prometedoras de las primarias republicanas tras meses de caída en las encuestas y siempre a la sombra del expresidente.
- La renuncia de DeSantis es solo un ejemplo más del dominio férreo que ejerce Trump entre el electorado republicano.
- Y también, la constatación de que escorarse más hacia la derecha que el expresidente ha probado ser una estrategia errada.
Pero el fracaso de DeSantis va más allá de Trump. El gobernador de Florida enfrentó obstáculos incluso antes de anunciar su candidatura de forma oficial. Y ya para finales de la primavera del año pasado, su tendencia en las encuestas era a la baja y su ruta hacia la victoria, improbable.
Lo último. Tras una derrota de más de 30 puntos en los caucus de Iowa, DeSantis había perdido su reválida más importante. Las siguientes etapas de las primarias republicanas tenían previsto ser incluso más difíciles.
- DeSantis llevaba un año adoptando un perfil más conservador que Trump en cuestiones como el aborto o la lucha contra los derechos LGBTQ+. Se suponía que eso le granjearía más apoyos entre el electorado republicano de Iowa, más conservador que en otras citas de las primarias, pero no.
- El problema es que las siguientes rondas de las primarias eran terreno menos favorable para él, sea porque su electorado es más moderado (New Hampshire), porque los aliados de Trump han hecho más difícil competir allí (Nevada) o porque compite contra rivales que juegan en casa (South Carolina).
Contexto. El camino de DeSantis hasta su renuncia explica bien dos aspectos determinantes de la política estadounidense:
- Uno, vigente desde hace décadas, es que no todos los políticos están preparados para el exigente escenario nacional de una campaña presidencial.
- Y dos, más actual que nunca, es que Trump ejerce un control casi total sobre el electorado republicano incluso con su historial de caos y procesos judiciales.
¿Pero cómo se ha llegado hasta aquí?
Trump sentenció a DeSantis desde el inicio
La posible candidatura de DeSantis a la presidencia en 2024 venía siendo carne de rumores desde que Trump perdió contra Joe Biden cuatro años antes. Pero incluso cuando ya era un secreto a voces que lanzaría su propia campaña, DeSantis esperó y esperó, desaprovechando unos meses determinantes.
- En las elecciones midterms de 2022, la victoria arrolladora de DeSantis en Florida fue una de las pocas buenas noticias republicanas en una noche repleta de derrotas de candidatos auspiciados por Trump.
- Sin embargo, el expresidente fue el primero en lanzarse a la carrera presidencial. En cambio, DeSantis dejó correr el reloj hasta mayo, cuando el hype en torno a su candidatura ya se había desinflado.
En esos meses en los que DeSantis encabezó una «campaña en la sombra», el gobernador llegó a estar a menos de 10 puntos de Trump en las encuestas. Pero dos factores empezaron a alejarlos:
- Primero, los ataques de Trump no encontraban respuesta. El expresidente ridiculizó a DeSantis durante meses, burlándose de su altura, de su forma de caminar y hasta de su supuesta forma de comer pudin de chocolate.
- DeSantis nunca respondió a las burlas con contundencia y el perfil del gobernador como «guerrero conservador» desvirtuó en caricatura ante el bullying nunca contrarrestado.
- Y segundo, el electorado republicano empezó a consolidarse en torno a Trump conforme se acumulaban los cargos criminales contra él.
- DeSantis solo intentó usar las demandas de Trump contra su rival en una ocasión. La reacción negativa por parte de la derecha fue señal suficiente para no repetir la táctica en el futuro.
Nunca se sabrá si una estrategia más agresiva de DeSantis contra Trump habría terminado calando, pero las encuestas indican claramente que la primera imputación contra el expresidente marcó el inicio del distanciamiento entre ambos candidatos. DeSantis nunca volvió a acercarse.
De tropiezo en tropiezo
Pero lo que terminó de hundir las posibilidades de DeSantis no fue Trump, sino su propia campaña. Desde mayo de 2023 hasta este enero, el gobernador encadenó una retahíla de errores no forzados y ninguna victoria merecedora de mención.
- El lanzamiento de su candidatura en Twitter fue un fracaso. Los problemas técnicos lastraron la presentación y el diálogo con Elon Musk estuvo exento de la relevancia o la épica que suele caracterizar a los anuncios de cualquier campaña presidencial.
- Los cambios al frente de su equipo fueron una constante. Las entradas y salidas de su campaña evidenciaron una clara falta de visión y posibilitaron que los medios se hicieran eco de los problemas internos más que de los logros externos.
- Los debates pertenecieron a otros. DeSantis nunca ganó ninguno de los debates y los focos siempre se los llevó otro, ya fuera Vivek Ramaswamy con sus insultos o Nikki Haley con sus buenos desempeños.
- Su campaña fue carne de memes y burlas de principio a fin. Cualquier gesto facial de DeSantis que se saliera de la norma, fuera una carcajada sonora o una risa forzada, era reproducido en redes hasta la extenuación.
- Y su aparente dificultad para conectar con los votantes asentaron el estereotipo de un político incapaz de establecer vínculos verdaderos con el público.
Una campaña sin rumbo
Una de las mayores lacras de la campaña de DeSantis se ha visto en su estrategia para las primarias republicanas. Primero, porque siempre se desarrolló a dos niveles distintos:
- Por un lado, con la campaña oficial del candidato. Es ahí donde mejor se vieron decisiones fallidas como el lanzamiento en Twitter o el gasto excesivo que forzó despidos y cambios de liderazgo.
- Por otro, con la Super PAC, el grupo pro-DeSantis que ha estado recibiendo decenas de millones de dólares de donantes ricos que lo veían como ‘el elegido‘ para derrotar a Trump. El gobernador y su equipo se vieron muchas veces frustrados por las decisiones de la Super PAC y de las declaraciones de sus donantes a la prensa.
Y segundo, porque DeSantis y sus grupos afines cometieron un error de cálculo por dos flancos:
- 1. Se centraron demasiado en internet. DeSantis y su equipo creyeron que debían ganar a Trump en las llamadas ‘guerras de memes’, pero olvidaron que el triunfo del expresidente en redes fue orgánico, no manufacturado.
- El carisma y el sentido del espectáculo de Trump, con su estilo confrontacional y sus insultos, ganaban al público y enfervorizaban después a los creadores de memes.
- 2. Y abandonaron el centro. Al escorarse a la derecha de Trump en materias como el aborto y las ‘guerras culturales’ anti-LGBTQ+, perdieron a los votantes moderados anti-Trump. Nunca los recuperarían.
- Pero es que tampoco ganaron a los conservadores, que tenían suficiente con Trump pese a que DeSantis prometiera posiciones más radicales.
DeSantis fracasa en buscar debilidades a Trump
El resultado de todos esos pasos en falso han sido unas primarias republicanas en las que DeSantis ha intentado ganar sin nunca dejar claro por qué Trump era peor.
- Decir que él era más elegible en unas generales era probablemente mentira. En teoría, sus posiciones conservadoras ahuyentarían al electorado centrista en un enfrentamiento contra Biden.
- Y presumir de sus victorias legislativas en Florida servía de poco cuando gran parte de los esfuerzos de DeSantis se han centrado en la pandemia, largo olvidada.
El próximo capítulo de DeSantis está por determinar. Quizá Trump le ofrezca un puesto en su gabinete. O quizá intente de nuevo una carrera a la presidencia en 2028, si es que para entonces Trump ha desaparecido del mapa.
- New York Post: Here’s who could be the Republican presidential candidate in 2024
- FiveThirtyEight: Who’s ahead in the national polls?
- Semafor: 13 reasons why Ron DeSantis didn’t become the Republican nominee
- NY1: DeSantis is running to the right of Trump for the GOP nomination. Will it work?
- The Nevada Independent: DeSantis super PAC calls Nevada GOP primary ‘rigged’ for Trump; other candidates shy away from state
- ABC News: DeSantis responds to Trump group’s claim he’s running ‘shadow’ 2024 campaign
- The New York Times: Ron DeSantis Ends Campaign for President
- HuffPost: Ron DeSantis’ Much-Too-Late Attack On Trump Backfires Spectacularly
- The Guardian: Failure to launch: Twitter glitches deal double blow to Elon Musk and Ron DeSantis
- Vanity Fair: DeSantis In Disarray As Campaign Sheds Staff, Focuses on Iowa
- The Washington Post: Vivek Ramaswamy won the online attention contest in the GOP debate
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