Un estudio de Bart Classen no demuestra que las vacunas contra la COVID-19 “causan más daños que beneficios”

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Un estudio demuestra que las vacunas contra la COVID-19 causan más daños que beneficios
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Nos habéis preguntado a través de nuestro servicio de verificación de WhatsApp (+34 627 28 08 15) por un texto viral en el que se asegura que “un estudio demuestra que las vacunas COVID-19 causan más daños que beneficios”.

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El contenido se basa en una supuesta investigación, publicada el pasado 25 de agosto en la revista Trends in Internal Medicine, del investigador estadounidense Bart Classen, quien ha difundido anteriormente numerosas afirmaciones falsas sobre las vacunas, como explican los verificadores Reuters, PolitiFact y USA Today

Actualmente las autoridades sanitarias confirman que los beneficios de la vacunación sí superan a sus posibles riesgos, al contrario de lo que sostiene Classen. El supuesto estudio contiene limitaciones e interpretaciones sesgadas de los datos sobre la vacunación, como explica a Newtral.es el doctor en Virología por la Universidad Autónoma de Madrid y profesor de Biotecnología de Coronavirus, Javier Cantón.

Los datos del supuesto estudio no prueban la inseguridad de las vacunas

La supuesta investigación se basa en los datos de los ensayos clínicos -pruebas de investigación de las vacunas contra la COVID-19 en personas- de Pfizer-BioNTech, Moderna y Janssen

Para analizar la eficacia y seguridad de la vacunación, en estos ensayos se divide a los voluntarios en dos grupos: uno recibe la vacuna y otro recibe un placebo.

Según el autor de la publicación de Trends in Internal Medicine, en el tiempo que han monitorizado a los voluntarios de los ensayos clínicos se ven más efectos adversos en los vacunados que en el grupo placebo.

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“Esto es obvio. Los vacunados van a desarrollar una respuesta inmunitaria que acarrea fiebre, malestar, dolor, etc. Los del grupo placebo no”, aclara Cantón a Newtral.es, quien insiste en que esto no demuestra que los “daños” de las vacunas “superan a los beneficios”.

“Con todo, este artículo está obviando las 5.000 millones de dosis que ya hay puestas en el mundo. Y su consecuencia directa: están salvando vidas”, apunta el virólogo Javier Cantón.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) destaca que “las vacunas están diseñadas para conferir inmunidad frente al virus sin los peligros de contraer la enfermedad”. 

“Es habitual experimentar algunos efectos secundarios leves o moderados al recibir la vacuna. Esto se debe a que el sistema inmune ordena al cuerpo que reaccione de determinadas maneras frente a la vacunación, por ejemplo, aumentando el flujo sanguíneo para que puedan circular más células inmunes”, explica la OMS. 

Como cualquier vacuna, las desarrolladas contra la COVID-19 pueden causar efectos secundarios, pero la mayoría son leves o moderados y desaparecen por sí solos en unos días, subraya la OMS. 

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También pueden producirse reacciones más graves o duraderas, pero son inhabituales y las vacunas se vigilan continuamente para detectar posibles efectos adversos, añade este organismo internacional. Por ello, los datos aportados por Classen no demuestran que los posibles riesgos, en su mayoría leves o moderados, superan a los beneficios de la vacunación frente al coronavirus, que son eficaces frente a los casos graves, las hospitalizaciones y las muertes

[Así se monitorizan los posibles efectos secundarios de las vacunas COVID-19 para garantizar su seguridad]

Los ensayos clínicos de las vacunas contra la COVID-19 y sus beneficios

En el supuesto estudio también se asegura que los ensayos clínicos de las vacunas están mal diseñados por el “endpoint”. Es decir, el momento a partir del cual se deja de monitorizar a una persona que ha participado en el ensayo.

“El autor dice que es un error porque terminan muy pronto estos ensayos y así no se pueden conocer los efectos secundarios a largo plazo. Esto no se hace porque sí. Se sabe por la historia de las vacunas y la inmunología, que los efectos que puede producir se ven dentro de las seis semanas después del pinchazo”, dice Cantón, citando los estudios disponibles en la página de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos. 

Este organismo estadounidense informa en su web de los casos en los que se ha detectado un problema de seguridad con las vacunas tras su aprobación, pero son inhabituales y “hay pruebas médicas y científicas sólidas de que los beneficios de las vacunas superan con creces los riesgos”, aseguran los CDC. 

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En cualquier caso, como hemos indicado, las autoridades sanitarias siguen monitorizando las posibles reacciones adversas de las vacunas para comprobar si surgen efectos adversos que no se hayan descrito en los ensayos clínicos. 

Beneficios de las vacunas contra la COVID-19: las evidencias confirman que salvan vidas

El autor del supuesto estudio también sostiene que el hecho de que las vacunas mejoren la salud de la gente es “una afirmación filosófica”, pero no científica. 

“Sin embargo, hay miles de artículos científicos sobre vacunas para distintas enfermedades que demuestran científicamente que la vacunación erradica enfermedades o, al menos, reduce la patología (inmunidad funcional). Las de COVID-19 son de este tipo: reducen hospitalizaciones y muertes”, comenta Cantón. 

Las autoridades sanitarias confirman, con base en las evidencias científicas, que “las vacunas salvan millones de vidas cada año”.

¿Quién es Bart Classen, autor del texto sobre los daños y falta de beneficios de las vacunas COVID-19?

Según el verificador de Estados Unidos PolitiFact -que forma parte de la red internacional de verificadores IFCN al igual que Newtral.es-, Bart Classen es un investigador que ha publicado trabajos que relacionan falsamente las vacunas con la diabetes, el Alzheimer y otras enfermedades.

En mayo de 2021, la agencia Reuters, que también pertenece a la IFCN, informó de que Classen había vinculado en otro supuesto estudio la vacuna de Pfizer-BioNTech con las enfermedades neurodegenerativas. Pero no hay evidencias por ahora al respecto y la publicación de Classen no tenía validez científica, según Reuters

El trabajo de Classen sobre los “daños de las vacunas que superan a los beneficios” que estamos analizando se publicó en la revista Trends in Internal Medicine. Esta revista dice hacer revisión por pares de sus publicaciones -un proceso en el que científicos ajenos al estudio revisan la validez de la metodología y conclusiones-, pero Cantón señala que “no es una revista con prestigio científico”.

En la página web de la revista vemos que solo ha publicado hasta ahora un volumen con tres artículos. En la bibliografía de su supuesto estudio, Classen incluye catorce enlaces. Cinco de ellos redirigen a otros artículos sobre supuestos daños de las vacunas publicados por él mismo y otro a una artículo periodístico de un medio generalista estadounidense.

Fuentes

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