Correos es una de las empresas públicas más antiguas de España. Nació hace más de 300 años con el principal propósito de comunicar a todo un país a través del servicio postal. Hoy, la gente ya casi no envía cartas, y pese a la revolución de los servicios de compra y paquetería online, la entidad está sumida en una profunda crisis. Los cientos de millones en pérdidas que reflejan su cuenta de resultados han convertido a Correos en un agujero para la Administración y por eso la dirección de la compañía se ha propuesto transformar su modelo de negocio para tratar de salvar al organismo público.
Para hacerse una idea de la magnitud de este problema basta con fijarse en la cuenta de resultados del Grupo Correos. Desde 2015 hasta 2018 la empresa pública tuvo unas pérdidas de 377 millones de euros. Aunque es cierto que en 2019 su saldo fue positivo, pues cerró con unas ganancias de 13 millones de euros, terminó el año siguiente con 264 millones en pérdidas.
Para amortiguar los números rojos, la compañía tuvo que pedir una línea de crédito de 605 millones de euros a Caixabank. Aunque todavía no se puede conocer el resultado financiero de 2021 -ya que no es público-, una portavoz de Correos señala a Newtral.es que se preveen unas pérdidas de 91 millones de euros.
Correos es una Entidad Pública Empresarial desde 2001, cuyo 100% del capital controla el Estado a través de la SEPI. Su presidente es Juanma Serrano, quien antes de su designación en 2018 fue jefe de gabinete de la Ejecutiva del PSOE con Pedro Sánchez.
Correos roza la ruina el año que más paquetes se han enviado
Los problemas de la compañía tocaron techo en el momento más contradictorio de su historia. Fue en 2020, año en el que se disparó la demanda de la paquetería del comercio electrónico, debido a la situación provocada por la Covid. El propio presidente de Correos señala en el informe anual de ese año que, a pesar del crecimiento que experimentó la paquetería, también “hubo un desplome” de los volúmenes de correspondencia y publicidad, llegando a tener unas pérdidas de 264 millones de euros.
Este “desplome” del correo postal es algo que aceleró la pandemia, pero que no parece que vaya a ralentizarse. Según datos internos de Correos, en 2021 se enviaron 212 millones de cartas menos que en 2020 y esperan que para este 2022 el volumen siga en caída libre a un ritmo de un 14% anual.
Que Correos esté al borde de la ruina se explica mejor si se entiende que el principal pilar económico de la compañía es el envío de cartas. Y es que, ahora mismo, este servicio representa el 65% del total de sus ingresos, según señalan fuentes oficiales de Correos que, sin embargo, evitan mencionar el porcentaje de sus ingresos en torno a los servicios de paquetería.

Más de la mitad de sus ingresos dependen del servicio postal
Para Cristian Castillo, profesor de Logística y Producción de la Universitat Oberta Catalunya, la compañía está tratando de reducir la dependencia que tienen sus ingresos del correo postal. Pero explica que esto se tiene que hacer de forma paralela al aumento de los servicios de paquetería. Advierte que se puede poner en riesgo esta transición con medidas como la subida de sus tasas, ya que pueden provocar que se acelere el desuso de algunos servicios como los envíos postales.
Los resultados de esta transición se han podido evidenciar a través de las filiales Correos Express (centrada en la paquetería y los envíos urgentes) y Correos Telecom (una operadora de telecomunicaciones). Ambas cerraron 2020 con resultados positivos ya que no se vieron tan afectadas al no depender del envío de cartas. Este detalle resume muy bien en qué consiste la operación salvar a Correos, que básicamente es alejarse del mercado postal tradicional (sin abandonarlo) y diversificar sus servicios.
Desde la compañía matizan que Correos está sumido en un proceso de transformación cuyo objetivo es convertir a la compañía en un operador logístico global. El organismo resume su estrategia en tres pilares: internacionalización, diversificación y digitalización.
Correos tira de las ‘Big Four’ para su plan estratégico
Correos elaboró esta nueva hoja de ruta en 2019 con la ayuda de Deloitte. La consultora recibió dos contratos públicos por 491.000 euros (IVA incluido) para ayudar en la elaboración y actualización del Plan Estratégico de Correos 2020-2023, según figura en el Portal de Contratación. Estos contratos se adjudicaron sin previo concurso público.
No es la única vez que la empresa pública recurre a consultoras para cubrir necesidades dentro de su plan estratégico de internacionalización. Precisamente, en 2019 contrató a KPMG por 66.000 euros (IVA incluido) para conocer la viabilidad de un servicio de transporte aéreo por parte de Correos.

Las conclusiones debieron de ser que era viable porque, a principios de este año, la compañía puso en marcha Correos Cargo, una línea de carga aérea actualmente compuesta por un Airbus A330 que realiza la ruta regular Madrid-Hong Kong con dos vuelos semanales.
Sin embargo, esta nueva ruta aérea planteó complicaciones para la compañía que tuvo que contratar a Deloitte -por 71.000 euros- para que realizara un servicio de consultoría y asistencia técnica sobre los flujos de aduanas que Correos debía seguir en la nueva ruta de transporte aéreo.
Spolier: su expansión a Portugal no salió tan bien y costó 11 millones
Un portavoz de la compañía sitúa Correos Cargo como el último paso dado en la internacionalización de la compañía. Un camino que, recuerda, comenzó en 2019 al poner un pie fuera de España a través de Correos Express Portugal.
Entonces, Correos Express adquirió por 11 millones de euros el 51% de CEP- Correos Express Portugal, S.A. La estrategia se puso en marcha en un momento complicado, ya que CEP- Correos Express Portugal había perdido un importante acuerdo con Fedex, reduciendo su facturación con respecto al año anterior. Ese mismo año, sus beneficios cayeron un millón de euros, cerrando 2019 con 83.000 euros de resultado. Al año siguiente, la Covid terminó por dar la puntilla a la cuenta de resultados y 2020 finalizó con pérdidas de -1,1 millones de euros.
“Rampa 7”: un centro logístico que lleva casi 3 años en obras
En la línea de la internacionalización, desde Correos explican que a través de la firma de acuerdos con socios locales, también han puesto en marcha una planta consolidadora en China, para la admisión y clasificación de paquetes. También añaden que las obras de “Rampa 7”, el centro de logística internacional de Correos en el Aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas, “avanzan a buen ritmo”. Estas obras se adjudicaron a principios de 2020 y tuvieron un coste de 17 millones de euros (más IVA).
Para el profesor de Logística y Producción de la UOC ha habido un aumento importante de los centros de logística, sobre todo cerca de los puertos y aeropuertos. Cree que es una buena inversión para el Grupo Correos.
Sin embargo, no piensa lo mismo de la aerolínea de carga, Correos Cargo, ya que asegura que “la competencia” cuenta con muchos más aviones en su flota y cree que la empresa pública debería aprovechar su infraestructura para alcanzar acuerdos económicos con las empresas privadas, buscando así también rentabilidad.
Llevar ‘cash’ a la España Rural
En torno a la diversificación, desde Correos explican que su estrategia busca acercar nuevos servicios a los ciudadanos. Uno de ellos es Correos Cash, que permite realizar ingresos y retiradas de efectivo en los 4.675 puntos de atención al ciudadano de Correos (de los cuales 2.282 son puntos de atención rural, tal y cómo indica la compañía).
Entre sus otras nuevas líneas de negocio la empresa ha lanzado Correos Logística, con la que los vendedores de e-commerce pueden gestionar toda la cadena logística de sus negocios. Y Correos Frío, que nace para dar una solución a la gestión de envíos que requieren un transporte a temperatura controlada.
¿Un modelo de negocio con criptomonedas?
El profesor Castillo, explica que la imagen que exterioriza el organismo es importante y que, por eso, el organismo anuncia continuamente nuevos proyectos y servicios, pero destaca que siempre “te queda la duda” de si están teniendo éxito o sencillamente son anuncios que se hacen a futuro.
Para el experto, la estrategia de Correos no es del todo clara, ya que hay algunos proyectos que no se terminan de entender y que piensa que no son adecuados, como es el caso en el que contrataron a Grant Thornton por 163.350 euros para que desarrollara un nuevo modelo de negocio basado en criptoactivos.”Debemos tener en cuenta que las criptos es un producto financiero que no está regulado, ¿una empresa pública debe de entrar en este tipo de productos inversión?”, se pregunta.
¿Competir o aliarse? El sector privado le come terreno
Castillo cree que no hay que olvidar que Correos tiene la principal virtud de que es un servicio público, pero que también esto juega en su contra a la hora de competir con las empresas privadas. Y que precisamente por eso, tiene que aprovechar su infraestructura y la capilaridad que tiene en España, para que el sector privado le pueda ver con buenos ojos.

En este sentido, el grupo Correos, incluyendo Correos Express, se mantiene como la empresa que más envíos de comercio electrónico realiza en España, aunque está perdiendo cuota con respecto al sector privado. Estos datos se desprenden de los informes anuales del sector postal que elabora la CNMC. Según los datos, Correos, en tres años, ha reducido su cuota de mercado 10,4 puntos, alcanzando el 50% del mercado en 2019 y el 39,6% en 2021.
- Memoria Anual 2020/2019 Grupo Correos
- Depósitos de Cuentas del Grupo Correos y sus filiales
- Auditorías de Correos Express Portugal
- Portal de Contratación del Estado
- Informes anuales del sector postal CNMC
Una empresa pública nunca podrá competir en igualdad de condiciones con una privada, por diferentes motivos y circunstancias. O interviene el Estado y le da ciertas concesiones para poder competir, se privatiza 100% o directamente desaparece......
según el informe anual integrado de 2020 los gastos de personal suponían el 78.7% de los ingresos, y en 2019 eran el 73,22%. O falta negocio o sobran empleados, o ambas a la vez
Un servicio público, por definición, está pensado para que todos los ciudadanos puedan utilizarlo, sobretodo por un coste asequible. En un país en el que la inflación supera el 10%, esto es incompatible con la obtención de beneficios puesto que los precios se disparan y esos supuestos beneficios, si se producen, deberían invertirse inmediatamente en la mejora del servicio.
Hay personas como el presidente de Correos que piensa que un servicio público debe dar beneficios y, aparte de la malversación en pucherazos y aventuras fallidas, destruye sin prisa pero sin pausa la infraestructura creada por sus predecesores, hundiendo la calidad del servicio y la imagen que da al ciudadano.
Hace 20 años, por ejemplo, nadie habría pensado en enviar un paquete particular con otra empresa que no fuera Correos. Hoy es todo lo contrario.
Yo soy cartero rural eventual con aportación de vehículo. Esto significa que tengo que poner mi coche para repartir paquetería, certificados y ordinario. Por ser eventual, no tengo derecho a pedir vehículo de empresa (que ayudaría a dar imagen) y tengo que afrontar el coste de gasolina y mantenimiento con una asignación que no ha variado en los últimos 4 años. Además, por estar incluida en la nómina me sube la base imponible y me resulta más a pagar al declarar el IRPF. Así, pago impuestos por la gasolina y luego por estos mismos impuesto. Bien por Hacienda!!!
En esta "transición" estoy viendo cómo, sin ningún estudio de esas famosas consultorías que comenta el artículo se realizan cambios organizativos y redistribuciones de carga de trabajo que solo empeoran los registros de productividad y servicio al ciudadano.
No hay ningún análisis y mejora de los medios empleados en el día a día. No tengo ni una miserable bolsa para meter las cartas al repartir. Quizá, porque en lugar de mantener lo que hay se tiran millones a la basura en proyectos sin sentido y cualquiera me dará la razón que se debe invertir para mantener y mejorar lo existente puesto que del aire no se puede sacar para ello.
Hay carterias donde se ha recortado la contratación hasta un 40%, sin ningún estudio previo, y distribuido la carga de trabajo entre los que quedan. Añádele que no se contraté según parezca para cubrir bajas y vacaciones. Eso sí, todo bien identificado para poder buscar un chivo expiatorio si alguien reclama.
Y, por último, haré mención a PRL. Un elevado porcentaje de carteros hemos sufrido accidentes con las motos de reparto (yo tengo una pierna rota, tibia y perone, gracias al diseño del vehículo y la presión para que salga el trabajo) porque para hacer este vehículo alguien cogió una moto del mercado y le puso una caja sin analizar ni frenadas, ni cargas transportadas, ni condiciones climatológicas, ...
Y, después de esto y mucho más que hay, quieren que Correos funcione bien?