El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha publicado esta semana una encuesta sobre el impacto del coronavirus en la salud mental de los españoles. El sondeo realizado entre el 19 y 25 de febrero pone datos a lo que muchos intuían desde hace tiempo: la pandemia está haciendo estragos en cómo se sienten los ciudadanos, especialmente los más jóvenes.
Son quienes tienen entre 18 y 24 años los que aseguran que se han sentido “muchas” o “bastantes” veces más agobiados (33,7%), tristes (24%) y preocupados por muchas cosas “sin poder controlarlo” (35,6%) que hace un año.
La profesora de la Facultad de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid, Noelia Morán, plantea los motivos que podría haber detrás de las cifras: “La edad mejora nuestra capacidad para regular nuestras emociones, lo que puede explicar que los jóvenes están mostrando más malestar, porque sus estrategias de regulación emocional son menos eficientes que las de personas más mayores”.
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De igual modo, resalta todo lo que ha limitado la pandemia las actividades sociales y cómo ha coartado las aspiraciones profesionales de los jóvenes: “Salir al mercado laboral en una situación como la actual puede convertirse para un joven en una fuente de preocupación”.
Las ganas de llorar que ha provocado la pandemia
Esa preocupación e intranquilidad puede generar, en algunos casos, unas enormes ganas de llorar. Uno de cada tres encuestados reconoce que lo ha hecho desde el inicio de la pandemia a causa de la situación en la que vivimos. La cifra aumenta si únicamente se tienen en cuenta las respuestas de quienes tienen entre 18 y 24 años (42,8%).
No son pocos los comentarios que se han hecho respecto a este dato, que algunos consideran que infrarrepresenta la realidad. En ocasiones, como explica Noelia Morán, puede ser que los encuestados no hayan sido del todo sinceros por “vergüenza a expresar cuestiones que tienen un carácter íntimo o que, aun en la actualidad, algunas personas perciben como un signo de debilidad”.
Sin embargo, también apunta a que hay gente que no llora pero muestra su desasosiego de otra manera: “Para algunas personas la mejor expresión del malestar será llorar y les desahogará, mientras que otras personas pueden, por ejemplo, tener problemas en el sueño, pueden estar más irritables de lo habitual o incluso pueden aislarse e intentar no pensar o sentir nada que tenga que ver con lo que está sucediendo”.
El miedo a morir por el coronavirus o que lo hiciera un ser querido
El COVID-19 no solo ha afectado al día a día de las personas, también al temor de cómo podría afectar tanto a su salud como a la de los suyos. Casi uno de cada cuatro españoles (23,4%) reconoce que ha tenido mucho o bastante miedo a morir por el coronavirus, una cifra que se dispara hasta el 68% cuando se les preguntó sobre la posibilidad de que lo hiciera un ser querido.
A este respecto, de nuevo son los jóvenes (79,8%) los que mostraron una mayor preocupación que el resto. Con un 77,9%, también es este grupo de edad el que reconoció tener en más miedo a que un familiar o allegado se contagiara por su culpa.
El papel del los psicólogos durante la crisis del coronvirus
Ante esta situación, el 6,4% de los encuestados ha decidido acudir a un psicólogo o psiquiatra desde que empezó la pandemia, en la mayoría de los casos por ansiedad (43,7%) o por un trastorno depresivo (35,5%). La primera afecta en mayor medida a los jóvenes y, la segunda, a los más mayores.
La profesora de Psicología de la Universidad Complutense ensalza el ligero aumento que supone este dato con respecto al de la Encuesta Nacional de Salud del año 2017, donde eran el 5,4% los que reconocían que acudían a un profesional.
Sin embargo, no descarta que el crecimiento sea todavía mayor en el futuro si la crisis se cronifica: “En el caso de las personas más vulnerables, esto es, afectados por la COVID-19 y sus familiares, personal sanitario y de primera línea o personas que están atravesando por importantes consecuencias económicas es previsible que haya más consecuencias psicológicas y que, por tanto, precisen de asistencia psicológica. Hemos de estar preparados para comenzar a ver problemas emocionales importantes en estas personas y necesitamos contar con más recursos para atenderles”.
La vida más allá del COVID-19
Hace un año ni esos colectivos vulnerables ni nadie se imaginaba el 2020 y el inicio de 2021 como después han resultado ser. Y lo peor es que hoy muchos dudan de que en algún momento todo vuelva a la vieja normalidad.
En concreto, el 59,2% reconocen que tienen bastante o mucho miedo a que las pandemias se conviertan en parte de nuestra vida. Un porcentaje similar (54,2%) al de aquellos que temen que la crisis del coronavirus haya cambiado a la sociedad y que esta no vuelva a ser la de antes.
El impacto del coronavirus en la salud mental de las mujeres
El CIS refleja que el estrés, la tristeza y la preocupación provocadas por la pandemia han afectado mucho más a las mujeres que a los hombres, algo que Noelia Morán relaciona con la “sobrecarga diferencial” que ellas presentan respecto a ellos. Pone como ejemplo “las dificultades en la conciliación de las demandas laborales con la atención a hijos durante el confinamiento prolongado” o “la pérdida de empleos a raíz de la COVID-19, que ha sido particularmente importante en el caso de las mujeres”.
Fuentes:
- Encuesta sobre la salud mental de los españoles durante la pandemia de la COVID-19, publicada el 4 de marzo de 2021 (PDF)
- Noelia Morán, profesora de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid
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