Aunque hace dos cumbres del clima, por primera vez, se contempló la posibilidad de “transitar” para ir “dejando atrás los combustibles fósiles”, un hito histórico cuya concreción se esperaba ahora. Su quema es la principal responsable del calentamiento global. Sin embargo, las negociaciones en la Cumbre del Clima de Belém (COP30) habían encallado en los últimos días para llegar a un acuerdo en este punto. Los países que más petróleo y gas producen se cerraron en banda a que el texto final los mencionara y, mucho menos, que se incluyera una hoja de ruta para su abandono.
Finalmente, han ganado el pulso contra la UE y otras naciones que amenazaron con levantarse de la mesa.
- La consecuencia: La COP30 de Belém se consideraba prácticamente la última oportunidad de acuerdo para mantener vivo el espíritu de París. Es decir, tratar de no superar este siglo la temperatura crítica de la Tierra, los +1,5ºC respecto a la era preindustrial. Esto ya resulta prácticamente imposible. Así lo creen, como muchas otras personas expertas, el profesor James Dyke (Instituto de Sistemas Globales de la Universidad de Exeter, Reino Unido). Sin una hoja de ruta para el abandono rápido de la quema de fósiles resulta prácticamente imposible, si no aparece una tecnología tan disruptiva que pudiera eliminar de la atmósfera miles de millones de toneladas de CO2. Cosa que no existe hoy por hoy.
- La causa: No es sorprendente que los estados cuyas economías se han forjado en el petróleo se opongan a abandonarlo hasta tener un plan B maduro. Pero en paralelo a esta COP30 se ha escenificado algo más. Como explica desde ODI Global Michael Jacobs (Universidad de Sheffield), al giro benevolente de EE.UU. respecto a Rusia se suma la reunión de Donald Trump con el líder saudí Mohammed bin Salman.
“Creo que hoy hemos sido testigos de lo que han acordado los tres países. Desde el punto de vista geopolítico, un nuevo eje de la obstrucción, que promueve activamente los combustibles fósiles y se opone a la acción climática”.
“Nos encontramos ante una senda de calentamiento con consecuencias devastadoras para muchas regiones, pueblos, economías y ecosistemas”.
Daniela Schmidt
Catedrática de CC. de la Tierra Universidad de Bristol (Reino Unido)
No todo son tan malas noticias: los otros acuerdos de la COP30
¿Ha sido esta COP30 un retroceso? La ministra de Transición Ecológica Sara Aagesen cree desde Brasil que no se ha avanzado pero no se ha retrocedido con este acuerdo. Algo que, de algún modo, comparte Carlos de Miguel Perales, abogado medioambiental y profesor en ICADE, en el SMC de España: “Los resultados son menores de los esperados, pero aun así se sigue avanzando, aunque sea poco a poco. La lucha contra el cambio climático sigue aun sin EE.UU.”, que ha abandonado ya formalmente –y por segunda vez– el Acuerdo de París.
Se triplica la financiación climática
Los países desarrollados han llegado a un acuerdo en la COP30 para triplicar los fondos destinados a la adaptación al cambio climático dentro del objetivo de 300.000 millones de dólares anuales para 2035. La cifra no es nueva (ya se puso sobre la mesa en la COP29) pero las finanzas públicas se han mantenido en el núcleo, no como un complemento del capital privado.
Además, se ha comprometido que unos 120.000 millones irán a adaptación en las naciones más vulnerables. Para muchos países del Sur Global, esta promesa representa una victoria política. Sin embargo, el anuncio también ha despertado cautela. Varias ONG y analistas advierten de que el problema no es solo cuánto dinero se promete, sino cómo llega y en qué condiciones.
A esto se suman anuncios paralelos como 135 millones de dólares para el Fondo de Adaptación y 300 millones para el Belém Health Action Plan, destinado a proteger sistemas sanitarios frente al impacto climático.
Por primera vez, si se cumple con lo pactado, contaremos con 60 indicadores que nos digan si nos estamos o no adaptando correctamente a la emergencia climática. Desde mediciones consistentes de mortalidad asociada al calor, a epidemias evitables de no haber cambio climático, pasando por marcadores de sequías y cosechas fallidas.
Alianzas para cerrar la brecha entre emisiones reales y necesarias
Se crea un Acelerador Global de Implementación. Un mecanismo para que los países con más ambición puedan cerrar la distancia entre sus planes nacionales climáticos de reducción de emisiones de CO2 (NDC) y el nivel de ambición realmente necesario globalmente para mantener vivo el objetivo de los +1,5ºC. El problema es que aunque parte de los objetivos de la COP28 de “dejar atrás los fósiles”, no hay una hoja de ruta para abandonarlos, lo cual hace que sea muy difícil cumplir.
El instrumento se articulará como un espacio permanente de revisión, asistencia técnica y presión política, con hojas de seguimiento que evaluarán anualmente el grado de implementación real de las políticas climáticas. No se trata, por tanto, de un nuevo marco de promesas, sino de un intento de convertir los compromisos en acción medible de aquí a 2027.
Vaga hoja de ruta contra la deforestación
Belém (ciudad en las puertas de la Amazonía) necesitaba un plan de acción para poner fin a la destrucción de los bosques para 2030. Muchas partes apoyaron esto, pero sólo se han logrado compromisos voluntarios: “Una invitación abierta a industrias para que sigan obteniendo ganancias sucias de la destrucción forestal” valora desde Greenpeace An Lambrechts. Lo cierto sobre la COP30 en la Amazonía “es que aportó muy poco a los bosques”.
Sí es cierto que más de 90 países respaldaron la creación de una hoja de ruta global para detener y revertir la deforestación, centrada en tres pilares: financiación estable, sistemas de monitoreo robustos y fortalecimiento de los derechos territoriales indígenas. A este respaldo se sumó el anuncio de al menos 6.500 millones de dólares para el Tropical Forests Forever Facility (TFFF), un mecanismo destinado a recompensar a los países que protegen activamente sus bosques y a financiar la conservación liderada por comunidades locales. El objetivo inicial era alcanzar los 25.000 millones.

Marcelo Behar, enviado especial de la COP30 sobre bioeconomía, es más optimista: “Acabamos de ser testigos de cómo los derechos forestales e indígenas han pasado de ser un tema marginal a convertirse en el epicentro de las negociaciones sobre el clima”.
- Pueblos indígenas: Es verdad que, con 3.000 participantes, se ha batido un récord de participación de comunidades indígenas. Se ha renovado un fondo de 1.800 millones de dólares para la supervivencia climática de estos pueblos.
Para el investigador Pep Canadell (CSIRO), la adaptación y supervivencia ante el clima extremo que viene sí podria considerarse el gran éxito de esta COP30, frente a las medidas de mitigación de la emergencia climática.
Canadell concluye en el SMC de España que aunque muchos países han mostrado ambición este año a la hora de recortar sus emisiones de carbono (NDC), la suma de todas ellas «es insuficiente para cumplir con el Acuerdo de París», que en unos días cumplirá 10 años.
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