A unos días de que empiecen las clases (dependiendo de la fecha establecida en cada comunidad autónoma), se sabe que la existencia de un coordinador COVID-19 en cada centro es obligatoria, pero no están claras las funciones que deberá desempeñar: «¿Tiene que tomar la temperatura a los alumnos? ¿Decidir si los síntomas son de COVID-19 o de gripe? ¿O su papel es solo organizar que los ‘grupos burbuja’ no se mezclen y estar al tanto de positivos en las aulas por si hay que pedir el cierre del colegio?», se pregunta Mario Gutiérrez, portavoz del área de educación de la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF).
A su parecer, «todo ha sido precipitado e improvisado«: «El Gobierno deja la responsabilidad en las comunidades autónomas, y las comunidades autónomas en los centros. Hay consejerías de Educación que todavía están ultimando sus protocolos, por lo que, a unos días de empezar las clases, no sabemos realmente hasta dónde llegan las competencias del coordinador COVID-19», cuenta en conversación con Newtral.es.
Una figura obligatoria en los centros
La semana pasada, se celebró una conferencia multisectorial entre el Gobierno y las comunidades autónomas para definir unas líneas generales de actuación sobre la vuelta a las aulas. La reunión dio lugar a un documento de acuerdo que señalaba, entre otras cosas, la obligatoriedad de que todos los centros educativos designen «a una persona responsable para los aspectos relacionados con COVID-19».
«Debe estar familiarizada con todos los documentos relacionados con centros educativos y COVID-19 vigentes. Esta persona actuará como interlocutor con los servicios sanitarios a requerimiento de la unidad de salud pública correspondiente o por propia iniciativa cuando deba consultar algún asunto y deberá conocer los mecanismos de comunicación eficaz que se hayan establecido con los responsables sanitarios de su ámbito territorial», añade dicho documento.
A partir de este documento, son las comunidades autónomas las que deben establecer sus propios protocolos y, a su vez, los centros sus propios planes de contingencia en relación a lo señalado en esos protocolos autonómicos (que son más o menos específicos).
Coordinador COVID-19 versus equipo COVID-19
Por ejemplo, en Andalucía, Educación establecía la necesidad de que en cada centro hubiese no un coordinador, sino un equipo COVID-19, cuyas funciones son establecer medidas para la limitación de contactos, medidas de higiene en los espacios o actuaciones ante casos de sospecha. Este equipo estaría formado por, al menos, cuatro miembros: una persona de la dirección del centro, el responsable del plan de prevención de riesgos laborales, el coordinador del programa Hábitos de Vida Saludable, así como un representante del ayuntamiento.
A estas cuatro personas se podrían sumar otras cuatro (un representante del alumnado, un representante del AMPA, una persona enlace del centro de salud de referencia y un miembro del personal de administración y servicios).
El protocolo de la Comunidad de Madrid sí habla de un coordinador COVID-19, y no de un equipo, que tendrá relación directa con la Dirección General de Salud Pública y que, para ello, «recibirá formación específica online», así como equipos de protección individual para cuando tenga que «tratar con casos sospechosos y posibles».
Según indica el Gobierno de la Comunidad de Madrid en su página web, «un miembro del equipo directivo asumirá la función de coordinador COVID-19, a no ser que en el mismo exista personal sanitario, en cuyo caso esas labores corresponderán a esa persona». Además, este coordinador será el que realice las labores de rastreo: «En caso de que alguna persona en el centro comenzase a desarrollar síntomas, deberá realizar una identificación inicial de las personas con las que ha estado en contacto el afectado dentro del centro escolar. Si se confirma el diagnóstico, deberá comunicarse la situación al área correspondiente de Salud Pública».
También Galicia, como Andalucía, contaría con un equipo COVID-19, según se puede leer en el protocolo elaborado por la Xunta, formado por el director del centro y dos miembros del profesorado nombrados por el director (en centros pequeños, el equipo podría constituirse con solo una persona). El documento señala que es el director en quien recaen las funciones de coordinación como tal, que deberá ser el enlace entre el centro y las familias y el centro y Salud Pública. Sin embargo, apunta el protocolo, el rastreo, en caso de sospecha o positivo confirmado, lo realizaría la Jefatura Territorial de Sanidad, y no el coordinador.
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Sergio Nunes, profesor de Secundaria en instituto de Cangas (Pontevedra), señala a Newtral.es que «no están claras todas las funciones de ese equipo»: «Por ejemplo, si tenemos que aislar a un alumno porque tiene síntomas… ¿cómo sé que son de COVID-19 y no de gripe? Creo que habrá mucha alarma y descontrol porque, ante cualquier síntoma, los llevaremos a la sala de aislamiento hasta que venga su familia. Nosotros no tenemos competencias sanitarias».
Es por eso que Nunes considera que se le ha otorgado al personal docente «una responsabilidad médico asistencial que no corresponde»: «En principio, a ese equipo se le va a dar una formación online de 30 horas. Creo que lo ideal sería que hubiese enfermeras o auxiliares que sepan cómo proceder. Además, hasta donde yo sé, a los coordinadores no se les asigna un horario específico para esa función. Yo tengo formación en riesgos laborales y me negué a serlo. Si a mis clases habituales y a mi trabajo como profesor le tengo que sumar esto sin asignación de horario, sería imposible, acabaría desbordado».
Mario Gutiérrez, portavoz de CSIF Educación, señala que «una cosa es apuntar en un papel los contactos de un alumno sospecho de tener COVID-19 y otra es tener que estar en contacto con centros de salud y ser la persona responsable de identificar síntomas»: «Lo primero es un trabajo casi burocrático, que tampoco sé hasta qué punto estamos capacitados para hacerlo, pero hay otras labores que son directamente sanitarias y van más allá de nuestro trabajo como funcionarios. De momento es de obligado cumplimiento, pero si las responsabilidades se exceden mucho, nos negaremos amparándonos en la ley«, añade.
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Sin competencias sanitarias ni formación
José Ramón Merino, profesor y miembro del Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza de Cantabria, señala a Newtral.es que «la figura de un coordinador en los centros es positiva» pero critica que «se llegue tarde a la elaboración del plan»: «En mayo, cuando se empezó a hablar de elaborar los planes de contingencia para este curso, elaboramos una serie de propuestas sobre la vuelta a clase, entre las cuales contemplábamos la figura de un coordinador COVID-19, que o bien fuese un sanitario o alguien del centro formado específicamente para ello».
Sin embargo, apunta, «se ha aprobado como obligatoriedad a finales de agosto»: «Se nos ha abocado a una situación de indefensión porque nos va a tocar asumir tareas que no son las nuestras y para las que no estamos formados», añade Merino.
También Ramón Izquierdo, portavoz del sindicato del profesorado de enseñanza pública ANPE, explica a Newtral.es que «aún hay demasiadas incógnitas»: «No está claro qué debe hacer el coordinador, dependerá de los protocolos de cada comunidad autónoma y de cada centro. Esto tendría que estar hecho desde julio».

Izquierdo asume que «en la mayoría de centros, esta responsabilidad recaerá sobre el director o directora» y su apuesta es que «a no ser que se retrase la vuelta al colegio, como ya ha anunciado la Comunidad de Madrid, en muchos casos se va a solapar la reentrada en las aulas con el perfeccionamiento de los planes para que la vuelta sea segura». «Va a ser un caos», añade, «y habrá mucha diferencia territorial»: «Habrá comunidades que tengan personal de enfermería y otras que no», algo que, tras la conferencia multisectorial de la semana pasada, el Gobierno dejó en manos autonómicas.
Clara García, portavoz de la Federación Regional de AMPAS de Murcia, señala que «no ha habido unas instrucciones claras»: «Los propios docentes nos están diciendo que no tienen competencias y que no se consideran capacitados, sobre todo en centros con mucho alumnado. Queremos que la vuelta a las clases sea presencial, pero también que sea segura».
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Pedro DUE de un colegio. Me gustaría saber si dentro de mis funciones está la de tomar la temperatura a los alumnos a la hora de entrada en el colegio. Me encuentro haciendo una sustitución, en un principio me dijeron que no estaba dentro de mis funciones y ahora me dicen que si. Gracias.