El Consell per la República: ¿Qué es y por qué está bloqueando la investidura de Pere Aragonès?

Newtral I El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont, en un acto del Consell de la República
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El Consell per la República ha tomado un papel capital en las negociaciones que ERC y JxCat mantienen para sacar adelante la investidura de Pere Aragonès. Junts exige un papel de coordinación del procés para el órgano con sede en Waterloo (Bélgica), pero los republicanos y la CUP prefieren fundar un nuevo espacio “transversal y neutral”.

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El tiempo para llegar a un acuerdo no es ilimitado. El 26 de mayo es la fecha límite para que Junts, Esquerra y los anticapitalistas se pongan de acuerdo. De no hacerlo -y si no se establece una mayoría parlamentaria alternativa al bloque independentista- Cataluña se verá abocada a una repetición electoral.

¿Qué es el Consell per la República?

Este organismo, creado en 2018, nace del acuerdo de gobierno firmado por JxCat y ERC tras las elecciones del 21 de diciembre de 2017. Su objetivo es “unir” e “internacionalizar” la causa independentista

La finalidad principal del Consell es “hacer efectivo el mandato del 1-O”, es decir, que la república catalana se convierta en una realidad, según se explica en su página web. “Será un espacio de participación y coordinación entre diferentes actores, así como de decisión política, que llegue allí donde las instituciones no pueden”, subrayó el expresident Carles Puigdemont en el acto fundacional.

¿Quién lo forma?

Está presidido por Puigdemont, que cuenta con los eurodiputados de JxCat Toni Comín y Clara Ponsatí como segundo y tercero de a bordo. Tanto ERC como el PdeCat le dieron apoyo en un primer momento, aunque ahora los republicanos se hayan distanciado. La CUP se desmarcó, pero una de las dos principales organizaciones que conforman el partido (Poble Lliure) sí forma parte. 

Se trata de una entidad privada y sujeta a la jurisdicción belga. Actualmente cuenta con 92.709 socios (quienes aportan un mínimo de cinco euros mensuales).

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¿Es el primer órgano de este tipo?

El Consell per la República no es el primer espacio nacido con la voluntad de coordinar el procés. Entre los más importantes destacan:

Cumbres para la consulta (2012): en su marco se acordaron los términos, la fecha y la pregunta de la consulta del 9-N, impulsada por Artur Mas en 2014. Con el objetivo de aglutinar apoyos para la consulta dentro del Parlament, en 2013 se creó el Pacto Nacional por el Derecho a Decidir, que en 2016 mutó en el Pacto Nacional por el Referéndum.

-”Estado Mayor” (2017): fue puesto en marcha por Puigdemont y Oriol Junqueras con el objetivo de organizar el referéndum del 1-O de manera clandestina para superar los recelos entre los actores independentistas y externalizar los preparativos de la consulta.

Encuentros en Ginebra (julio de 2019) y Asamblea de Cargos Electos (octubre de 2019): en ambas ocasiones se intentó mostrar la unidad de los principales partidos y organizaciones independentistas y pactar una respuesta coordinada a la sentencia del procés

¿Qué diferencia hay?

El politólogo Marc Sanjaume alerta de que no se pueden meter todos estos órganos “en el mismo saco”. “El Consell per la República no tiene nada que ver con estas estructuras desde el punto de vista orgánico ni estratégico”, señala el experto, para quien este órgano “busca revestir de un peso político” y crear un “encaje institucional” para la figura de Puigdemont y los exconsellers huidos en Bélgica. 

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Sanjaume explica que el Consell ha ido “cogiendo peso” como una “estructura orgánica”, similar a una formación política bajo el liderazgo de Puigdemont. Es una organización que ya cuenta con su militancia y que tiene un perfil ideológico concreto, subraya el politólogo, quien considera que esto “no encaja” con la correlación de fuerzas salida del 14-F y la voluntad de unificar el independentismo bajo una estructura neutral. 

¿Qué pide JxCat?

Junts pide dotar de institucionalidad al Consell per la República para que dirija la estrategia independentista como un órgano independiente del gobierno autonómico. Sería el encargado de, por ejemplo, decidir el sentido de las votaciones de todos los diputados independentistas en el Congreso. De aceptar esta propuesta, el Govern de la Generalitat se convertiría en una suerte de ejecutivo bicefálico. El trabajo de Aragonès se basaría en gestionar el día a día de la Cataluña autonómica, mientras que Puigdemont se dedicaría a dar pasos hacia la Cataluña independiente. 

“El Consell per la República debe liderar políticamente el movimiento independentista y asumir la preparación de estructuras para el nuevo estado”, recoge JxCat en su programa electoral. Aquí también deja patente su voluntad de darle al órgano pilotado por Puigdemont condición de “autoridad nacional”.

¿Por qué se niega ERC?

Para ERC, asumir esta condición de Junts significaría volver a la sombra del partido de Puigdemont pese a haber conseguido ser la fuerza independentista más votada por primera vez desde que se iniciara el procés. “Ahora Esquerra apuesta por un cambio de liderazgo dentro del independentismo”, explica Sanjaume, quien cree que iniciar las negociaciones con la CUP y no con JxCat es un claro ejemplo de ello.

Esto no quiere decir que Aragonès quiera despojar a Puigdemont de su condición de “presidente legítimo” para el independentismo. No obstante, si finalmente el candidato republicano entra en el Palau de la Generalitat como presidente, la ruptura de esta institución con Waterloo será evidente. Hasta ahora, Quim Torra actuaba como una suerte de extensión de Puigdemont en Cataluña, pero la presidencia de ERC podría provocar que este nexo se desplace desde Bélgica hasta la cárcel de Lledoners, donde está preso el exvicepresidente de la Generalitat y líder de Esquerra, Oriol Junqueras.  

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¿Qué opciones hay?

En su preacuerdo para la investidura, ERC y la CUP plantean la creación de una “mesa de dirección estratégica” que sea independiente a la gobernabilidad de la autonomía y sirva para “preparar el nuevo embate democrático” con el Gobierno. Sobre este asunto, la portavoz de Esquerra, Marta Vilalta, señaló que una posibilidad sería “refundar” el Consell per la República. No obstante, ERC sigue abogando por crear un “espacio alternativo” porque, a su parecer, el Consell “no es un órgano absolutamente transversal y neutral”.

Ante estas afirmaciones, el órgano emitió un comunicado en el que se muestra dispuesto a “reformular su gobernanza” para dar más peso a ERC y la CUP. La portavoz de JxCat en el Parlament, Gemma Geis, también ha negado que desde Junts o desde «el exilio» se quiera imponer una «tutela» a Aragonès si es investido presidente.

¿Es posible la unidad en el independentismo?

Para Sanjaume, existen dos cuestiones fundamentales que dificultan la unidad de acción y el fin de las tiranteces entre JxCat y ERC:

  • Competición partidista: desde las primeras elecciones autonómicas de 1980, Esquerra no había logrado que ninguno de sus candidatos fuera president. La victoria de 2021 ha sido el fin de una carrera de obstáculos contra Junts, que ahora quiere recuperar el liderazgo.
  • Sin hoja de ruta clara: los partidos independentistas no saben qué vía utilizar para conseguir la independencia porque, según el politólogo, Madrid está ejerciendo una “política contra-secesionista”, que bloquea cualquier iniciativa soberanista. 

Esta situación ha desembocado en la defensa de dos relatos diferentes, que ahora chocan en el papel del Consell de la República. Por un lado, este órgano refuerza el relato de la represión porque defiende la condición de “exiliados” de sus dirigentes, pero por otro “hace sombra a la presidencia de Cataluña”, explica Sanjaume. Además, el Consell “defiende que el 1-O arrojó una decisión legítima sobre la independencia, una línea de argumentación que no es la de Esquerra, que quiere romper con ese relato nostálgico”, añade el politólogo. 

ERC sí se siente cómoda con un Consell que haga una función de externalización del conflicto catalán, pero no tanto con que Puigdemont siga presentándose como el presidente legítimo de los catalanes, un papel que deja a Aragonès en un segundo plano.

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