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«Ganar no lo es todo, ganar es lo único»: una aproximación a la competitividad entre personas

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La competitividad es inherente al ser humano, forma parte de su comportamiento. Eso sí, en diferentes grados: algunas personas son más competitivas que otras. “Ganar no lo es todo. Ganar es lo único”. Esta frase se le atribuye a una leyenda del fútbol americano del siglo XX, Vince Lombardi. 

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En mayor o menor medida, todas las personas son competitivas porque la competitividad por definición se manifiesta en un entorno grupal.  ¿Cómo funciona la competitividad? ¿Qué características tienen las personas más competitivas? ¿Es mala o es buena la competitividad entre personas? 

Lo primero que hay que mencionar es el llamado ‘Efecto N’.  Según un estudio publicado en el año 2009 en el que participó el departamento de Psicología de la Universidad de Michigan (EE.UU.), el ‘Efecto N’ es la idea de que el tamaño del grupo tiene que ver con la motivación competitiva de las personas.

La evidencia dice que a medida que aumenta la cantidad de personas en un lugar en particular compitiendo por hacer una tarea en concreto, los participantes están menos motivados por la competencia. Es decir, las personas, cuando ven posibilidades de destacar, se motivan. Pero están menos motivadas en un grupo más grande donde es menos probable que ganen. 

La competitividad “poco saludable” 

Por otro lado, la investigación psicológica apunta a que las personas más competitivas lo son porque están arrastradas sobre todo por factores externos, y no internos. 

Esto significa que las personas motivadas por factores externos, como pueden ser ganar estatus social, influencia o recompensas tangibles, tienen más posibilidades de ser competitivas, pero en un grado llamado “poco saludable”. 

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Un estudio publicado en 2011 en la revista Psychology encontró que las personas hipercompetitivas (aquellas que tienen la necesidad de ganar a toda costa) eran más “impacientes e irritables” que las menos competitivas. 

Este estudio se basó en otros anteriores, en concreto en uno de 1994 que señaló que las personas hipercompetitivas eran muy narcisistas y tenían una autoestima más baja que el resto, y tasas más altas de ansiedad y depresión. 

“La cantidad ideal de competencia es ninguna”

En este sentido, algunos expertos creen que la competitividad es mala, sea en el grado que sea. Esto decía Alfie Kohn, que es el autor del libro Sin competencia: ‘El caso contra la competencia’.

“La evidencia muestra que la cantidad ideal de competencia en cualquier entorno es ninguna”, dice el autor

Pero no todo apunta en esa misma dirección. Otro estudio de 2002 en el que participaron adultos de 42 países diferentes concluyó que las personas motivadas por mejorar tenían una mayor satisfacción laboral, bienestar subjetivo y satisfacción general con sus vidas.

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Por último, un aspecto importante es la competitividad en los deportes. La competencia puede ofrecer lecciones importantes, con el enfoque correcto. Mal entendida, sobre todo en niños, la competencia puede crear estrés y quitarle lo divertido al deporte, pero bien llevada puede mejorar la autoestima, fortalecer el respeto por los demás y mejorar habilidades de liderazgo en las personas. Todo esto según un informe del departamento de Educación de Minnesota. 

Fuentes
  • The N-Effect: More Competitors, Less Competition
  • Competitive Orientations and the Type A Behavior Pattern 
  • Personality Correlates of the Hypercompetitive Attitude Scale: Validity Tests of Horney’s Theory of Neurosis
  • El caso contra la competencia por Alfil Kohn
  • “Better than” Performance Motives as Roots of Satisfaction Across more and Less Developed Countries
  • Released Passage Set “The Value of Competition”