El resultado de las votaciones de este martes en la Diputación Permanente para pedir las comparecencias de varios ministros y el presidente del Gobierno ante la Cámara generó cierto debate en redes sociales.
- Contexto. El PP llevó a este órgano del Congreso nueve solicitudes de comparecencia de varios ministros y del presidente del Gobierno para dar cuenta, entre otras cosas, de su gestión de los incendios.
- Todas quedaron rechazadas porque no tuvieron los apoyos suficientes.
Qué es la Diputación Permanente. Este órgano es el que está ‘de guardia’ cuando no hay periodo de sesiones ordinario en el Congreso y está compuesto por una representación menor, pero proporcional al número de escaños que tiene cada grupo.
A tener en cuenta. Las comparecencias de un ministro o miembro del Gobierno se aprueban o rechazan por el pleno del Congreso, y las puede solicitar un grupo parlamentario o el propio compareciente.
La polémica. Por un lado, ministros como Óscar Puente o Félix Bolaños celebraron que el Gobierno hubiese “ganado” esas nueve votaciones. “Gobierno 9 – PP 0”, escribió Bolaños.
- A esto, la portavoz popular, Ester Muñoz, contestó que, en realidad, dos votaciones se empataron y decayeron, pero que no las había “ganado” el Gobierno.
- “El resto (de comparecencias) no han salido porque la mayoría de la Diputación Permanente es distinta a la del pleno de la Cámara; si se hubieran producido en el pleno, de nueve, el Gobierno habría perdido siete”, añadió.
Qué ocurrió. Siete de las peticiones de comparecencia se rechazaron porque hubo más votos en contra que a favor (para aprobarlas se habría necesitado una mayoría simple).
- Fue el caso de las de Bolaños (minuto 4:48:36), Pedro Sánchez (minuto 4:51:06), Sara Aagesen (4:51:43), Fernando Grande-Marlaska (4:53:53), Elma Sainz (4:54:25), María Jesús Montero (4:55:01) y Ana Redondo (4:55:37).
- Las otras dos, las de Óscar Puente (minuto 4:50:54) y Margarita Robles (4:52:19), quedaron en empate, pero se acabaron rechazando tras tres votaciones porque así lo marca el reglamento en su artículo 88.1 (página 30).
Qué votó cada partido. En seis de las nueve peticiones de comparecencias en la Diputación Permanente, PP, Vox y Junts votaron a favor (las de Bolaños, Marlaska, Sainz, Montero, Puente y Robles). Los de Puigdemont se abstuvieron en las de Aagesen, Sánchez y Redondo.
- El resto de grupos votaron en contra de todas las comparecencias; Podemos también lo hizo, pero se abstuvo en otras tres (la de Aagesen, Robles y Puente).
Qué habría podido pasar. Sin embargo, Muñoz afirma que, de haberse votado estas peticiones en un pleno ordinario (no en la Diputación Permanente), el resultado habría sido diferente.
- Ahora mismo, en la Diputación Permanente hay 27 miembros del Grupo Popular, 24 del Grupo Socialista, seis de Vox, seis de Sumar, uno del Grupo Republicano, uno de Junts, uno de Bildu, uno del PNV y uno del Grupo Mixto, como explican en el Congreso.
El cálculo. Para saber cómo sería una votación similar en un pleno ordinario habría que tener en cuenta que el número de escaños cambiaría. Habría que analizar también algunas variables:
- Y asumir, por ejemplo, que los diputados de todos los grupos habrían votado lo mismo que en la Diputación Permanente al solicitar estas comparecencias (el Grupo Mixto solo tiene un escaño en este organismo, aunque en el pleno lo componen partidos distintos).
- Si esto ocurriese, el PP podría haber conseguido, de hecho, mayoría absoluta en seis de las nueve votaciones con 176 síes, al haber contado con el apoyo de Vox y de Junts, que votaron a favor (es el total de escaños que sumarían los tres partidos en un pleno).
- La séptima votación que el PP habría ganado, según Muñoz, sería la de la comparecencia de Aagesen, en la que hubo dos abstenciones, de Junts y de Podemos (en este caso, de Ione Belarra, que representaba al Grupo Mixto).
- Si esta última votación se trasladase a un pleno ordinario, habría que sumar los apoyos del PP y Vox (169 escaños), frente a los votos en contra del PSOE, Sumar, ERC, Bildu y el PNV (163); es decir, más síes que noes (aunque habría que asumir, de nuevo, que todo el Grupo Mixto votaría igual).