Cinco datos sobre el consumo de carne que marcan el debate

Consumo de carne | Sherebo Web | Shutterstock
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El ministro de Consumo, Alberto Garzón, ha abierto el debate sobre el consumo de carne y sus efectos para la salud y el medio ambiente. En un hilo de Twitter acompañado de un vídeo en el que habla de reducir el consumo de carne, el ministro ha señalado, por ejemplo, que “el 14,5% de las emisiones de gases de efecto invernadero proviene de la ganadería” o que “para que tengamos 1 kilo de carne de vaca se requieren 15.000 litros de agua”.

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Las asociaciones cárnicas han respondido a la publicación en una carta abierta en la que mencionan varios rankings que sitúan a España como uno de los países con más esperanza de vida, entre otros parámetros. 

Revisamos algunas de las cifras que se han puesto sobre la mesa del debate por ambas partes. 

En España comemos el doble de carne de lo recomendado

En el vídeo, Garzón afirma que la cantidad recomendada por AESAN es de entre 200 y 500 gramos semanales, pero advierte que en España el consumo medio es “de más de un kilo”; el doble de lo recomendado.

El Informe del consumo alimentario en España 2020, elaborado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, refleja que el consumo per cápita supera los 50 kilos (49,86 kilos per cápita al año en el hogar y 3,73 fuera de casa, p. 165 y 623) y supone el doble de lo que recomienda la Agencia Española Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN).

En concreto, AESAN recomienda que se consuman de dos a cuatro raciones de carne a la semana de entre 100 y 125 gramos cada una. La agenda aconseja que sean de pollo o conejo, y no más de dos raciones de carne roja por semana (p. 53). 

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Según la ONG ambientalista Greenpeace, a partir de datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), “en España estamos consumiendo más de 100 kilos de carne por persona y año. Esto equivale a unos 275 gramos diarios, cuando las recomendaciones científicas internacionales marcan unos 300 gramos por semana y las estatales entre 300 y 375 gramos a la semana. Para alcanzar unos niveles saludables y sostenibles, en España tenemos que reducir un 84% nuestra ingesta actual de carne”.

La pandemia ha aumentado el consumo de carne en un 10% en España

La pandemia ha hecho que el consumo de carne aumente pese a la tendencia descendente desde 2012, aunque sin llegar al volumen consumido en ese año. Respecto al 2019, el consumo de carne fresca aumentó un 10,7%, el de congelada un 20,4% y el de carne transformada un 8,8%.

Aunque hay grandes diferencias según la edad. Los retirados o jubilados, por ejemplo, consumen 14 kilos más que la media, llegando a los 64,78 kilos al año, según el informe. 

También hay un componente económico en el consumo de carne: los hogares de clase alta y media alta tienen el mayor consumo per cápita, 57,53 kilos por persona, mientras que la clase baja tiene un consumo inferior al promedio en un 10,8%.

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Por regiones, Castilla y León destaca con la mayor ingesta de carne per cápita en 2020. En esta región, cada habitante consumió, en promedio, 57,49 kilos de carne, un 15% más que el promedio. Por el contrario se encuentran los residentes en Extremadura y Canarias, con 41,74 y 44,99 kilos per cápita, respectivamente.

España es el país que más carne tiene disponible dentro de la UE

España es el país de la Unión Europea que más carne tiene disponible, según datos de la FAO. Esta es otra de las afirmaciones del ministro, y que han señalado antes organizaciones como Greenpeace con motivo de la Semana Mundial Sin Carne, en junio de 2020. 

Según los datos más actualizados de FAO de 2018, España es el país de la Unión Europea que dispone de más kilogramos de carne per cápita al año, 98,79 kilos. Justo después se encuentran Portugal (94,68), Polonia (88,48) y Austria (86,59). En cambio, los territorios que menos consumen según las cifras, son Bélgica con 54,71 kilos y Eslovaquia con 57,36 kilos.

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La producción de carne conlleva un consumo de agua 10 veces mayor que el trigo

Producir un kilo de carne requiere 15.000 litros de agua, mientras que para un kilo de trigo hacen falta 1.300 litros o 131 para un kilo de zanahorias, estima Greenpeace y otras organizaciones como la UNESCO. Aunque el dato también ha sido rebatido por organizaciones ganaderas.

Como explica la nutricionista Carlota Martin-Maestro, es cierto que ha aumentado el aumento del consumo de carne en España al igual que otros países de Europa, entre las razones, señala que podría ser debido a los problemas a la hora de conservarlas. Además, como explica, la carne sacia más y contienen más proteínas. 

En cuanto al nivel del consumo de carne, para Martín-Maestro el equilibrio es lo importante. “El consumo de carne es malo cuando se hace en exceso. No debes alimentarte a base de manzana toda tu vida pero tampoco a base de pollo”, explica.

Si tenemos en cuenta el tipo de carne, la roja tiene más problemas ya que es menos beneficiosa para la salud y su consumo en exceso puede producir enfermedades cardíacas o niveles altos de colesterol.

El 14,5% de las emisiones proviene de la ganadería

El sector ganadero tiene un alto impacto en el medio ambiente, incidiendo así en el cambio climático. La FAO estima que emite entre 7,1 y 8,1 gigatoneladas de CO2 al año, lo que representa el 14,5% de todas las emisiones inducidas por el hombre.

La producción y el procesamiento de piensos acaparan el 45% de ese dato, con un 9% atribuible a la expansión de pastos y cultivos de granos para ganado en los bosques, la fermentación entérica de los animales (flatulencias y heces de los animales) supone otro 39%, y la descomposición del estiércol (10%). El resto corresponde al procesamiento y transporte de productos animales.

En España, las actividades ganaderas son responsables del 67% de las emisiones del sector, y aumentaron en un 1,4% en 2020, según datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico

La organización Our world in data recoge datos del impacto de la comida en las emisiones de efecto invernadero, el uso del suelo y las extracciones por agua dulce. Dentro de las emisiones de dióxido de carbono la carne de vacuno es la que más impacto tiene con 99,48 kilogramos por kilogramo de producto. Justo después se encuentra el chocolate negro, el cordero y la vaca lechera.

En cuanto al uso de la tierra, el que más impacto tiene es el cordero con 369,81 m², luego la carne de vacuno y el queso. El uso de la tierra se calcula con metros cuadrados por kilogramo de producto.

Según los datos de la organización, también se producen impactos en el agua dulce. En este caso en primer lugar se encuentra el queso, con 5.605 litros por kilogramo de producto de comida. En quinto lugar está la vaca lechera con 2.714 litros. 

13.000 millones de superficie forestal se pierden al año

La FAO también estima que, “cada año, 13.000 millones de hectáreas de superficie forestal se pierden a causa de su reconversión con finalidades de aprovechamiento agrícola en pastizales y tierras de cultivo que se destinan tanto a la producción de cultivos alimentarios como a la de cultivos forrajeros”. La organización también calcula que el 33% de las tierras cultivables se destina a la producción de forraje para alimentar al ganado. 

“Esto nos da la dimensión que está ganando la ganadería y, en particular, la ganadería industrial. A partir de esto derivan todos los problemas ambientales de los que estamos hablando: más emisiones, más contaminación del agua, más consumo de agua, menos bienestar porque los animales son considerados un material de producción”, explica Luís Ferreirim, responsable de Agricultura en Greenpeace.

En un estudio de 2012, la organización ya preveía que la competencia por el agua aumentara por la demanda de forrajes. “La preferencia dietética por las proteínas animales está cambiando los patrones de consumo en todo el mundo, y se espera que ello aumente de forma significativa la demanda de forrajes. La conversión del forraje en proteína animal supone una pérdida, ya que se precisa cinco veces más forraje para producir las calorías equivalentes para el consumo humano”.

No se trata de dejar de consumir, sino de reducir

Desde Greenpeace señalan que “no estamos pidiendo que la gente deje de consumir carne, sino que la gente, sobre todo en los países enriquecidos que tienen un consumo desmesurado reduzcan su consumo para poder distribuirlo de forma más equitativa entre todas las personas del planeta”. 

La tendencia, explica Ferreirim, es que los países emergentes y, en especial, las clases con mayor poder adquisitivo, son las que concentran mayores aumentos en el consumo de carne, mientras que hay algunas partes del mundo en las que la carne es el único acceso que tienen a proteínas. “Sin duda, no es sustentable mantener el consumo que estamos teniendo hoy en día en países enriquecidos como España porque eso pone en cuestión que otros países en el futuro puedan alimentarse en condiciones”, añade. 

Para el experto, ya no solo es el consumo, es la producción masiva y lo que conlleva para el cambio climático y la pérdida de biodiversidad. “Estamos hipotecando a esas poblaciones más vulnerables de alimentarse en un futuro. Sin ir más lejos, en España, este consumo desmesurado está privando ya a muchas personas de poder beber agua limpia". 

España tiene ya una sanción de la Comisión Europea 

La Comisión Europea abrió en 2018 un procedimiento de infracción contra España por el incumplimiento de la directiva europea de nitratos para revertir la contaminación del agua por este componente.

*Se ha actualizado la pieza para añadir los datos del consumo de carne fuera del hogar. En una versión anterior de este texto también se utilizaban datos de la FAO para referirse al consumo de carne en Europa, sin embargo, los datos de la FAO y de la Comisión Europea reflejan 'food supply', que se refiere a la disponibilidad de carne en el mercado, no al consumo.

Fuentes:

2 Comentarios

  • Hola, el consumo en España es algo mayor en 2020, según el informe del ministerio, si se añade el consumo fuera del hogar (+3,73), en total 53,59