“Pedimos al Ejecutivo que considere seriamente la retirada de este decreto ley”. Esta es una de las solicitudes que algunas asociaciones de las estaciones de servicio exigen al Gobierno. El descuento de 20 céntimos que se aplica desde hoy, 1 de abril, supone un alivio para los consumidores, pero un riesgo para gran parte de las pequeñas y medianas gasolineras, así como a las no abanderadas, que temen que la medida les lleve a cerrar sus instalaciones.
En España hay más de 11.500 estaciones de servicio, de las cuales un 70% son pymes, según los datos que la Asociación Sindical de Estaciones de Servicio de Álava ha facilitado a Newtral.es. Además, añaden que hay más de 3.800 autónomos en el sector.
Las estaciones de servicio son las encargadas de aplicar la rebaja sobre el precio final que pague el consumidor, como recoge el decreto aprobado el 29 de marzo. Mientras que un 62% de estas gasolineras forman parte o están abanderadas por las grandes petroleras –Repsol, Cepsa y BP–, el resto cuenta con menos margen de actuación a la hora de abonar el descuento.
Distintas asociaciones de pequeñas y medianas gasolineras, así como de no abanderadas –independientes de grandes empresas petroleras–, temen que la falta de liquidez “necesaria para hacer frente al adelanto de las bonificaciones” les lleve a la quiebra. Las pequeñas y medianas gasolineras denuncian que, por el momento, no se conocen los plazos ni disponen del impreso oficial para solicitar devoluciones y adelantos.
La falta de liquidez de las gasolineras no abanderadas y autónomas suscitan el temor al cierre
Las tres grandes petroleras que operan en España –Repsol, Cepsa y BP– han anunciado descuentos que superan los cinco céntimos que establece el decreto. Sin embargo, las gasolineras no abanderadas y las autónomas tienen que afrontar retos como la falta de liquidez o el tiempo de espera para que la Administración Central les adelante el dinero que se bonificará.
Por su parte, la Agrupación Española de Vendedores al por Menor de Carburantes y Combustibles (Aevecar) ha compartido un comunicado en el que define sus principales preocupaciones. ”El sector de estaciones de servicio está formado por empresas de muy distinta magnitud económica, desde grandes empresas a pymes o micropymes, que están padeciendo una situación económica delicada desde la pandemia”, se lee en este.
Una de las advertencias que hace la Aevecar es que muchas empresas del sector “no tienen la liquidez necesaria para hacer frente al adelanto de las bonificaciones”. Esto llevará, según la asociación, a numerosas gasolineras a verse obligadas al cierre de sus instalaciones.
Las asociaciones de estaciones de servicio denuncian la escasez de tiempo para prepararse
La Asociación Nacional de Estaciones de Servicio Automáticas (Aesae) publicó un comunicado en su perfil de Twitter en el que mostraba su descontento con la medida. “Los plazos que ha dado el Gobierno para recuperar el descuento no son reales”, recoge el comunicado, en el que añade que muchas gasolineras tendrán “tendrán que cerrar antes de recuperar los fondos del Ministerio de Hacienda”.
Esta preocupación la comparte la Aevecar, desde donde denuncian que el decreto no especifica plazos concretos ni da “seguridad en las propias devoluciones”. El comunicado de esta asociación, publicado el 31 de marzo, criticaba que por el momento “no han facilitado ni el impreso oficial para poder pedir la devolución o el anticipo”.
De hecho, hasta el 1 de abril –día en el que se empezó a aplicar el descuento– la Agencia Tributaria no abrió la web a través de la que las gasolineras pueden solicitar el anticipo, como informó el Ministerio de Hacienda en un tuit.
Sin embargo, la ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero, aseguró que el Gobierno prevé empezar a transferir el dinero a partir de la primera semana de abril. “Quiero mandar un mensaje de total tranquilidad a todas las gasolineras (…). Durante la semana que viene iremos transfiriendo esta cuestión a todos los gasolineros y posteriormente se irá recargando”, aseguró Montero (min. 1:39:57).
Las dificultades informáticas también son un problema
Otra de las quejas en las que coinciden las asociaciones consultadas por Newtral.es es la falta de tiempo para poner en marcha los sistemas informáticos que permitan cumplir con las exigencias del decreto. Uno de ellos es la impresión de la factura, en la que deben aparecer los dos precios: el original y el final una vez que se ha aplicado el descuento.
La Aesae explica en un tuit que “la implementación informática de todos estos cambios, como el que la factura tenga el desglose de la compra en el momento del repostaje, necesita más de tres días para su desarrollo”. Por su parte, la asociación de Álava considera que “no es normal dar 48 horas para poner a punto los aplicativos informáticos”.
Tras la puesta en marcha de la medida, a 1 de abril, algunas gasolineras han notificado su cierre. No obstante, según explican desde el equipo de prensa de Repsol a Newtral.es, el cierre temporal de algunas estaciones de servicio de esta petrolera se debe a “ralentizaciones y fallos en los sistemas informáticos” tras la amplia afluencia que ha habido en las estaciones de servicio.
Las gasolineras tendrán que adelantar hasta mil euros al día, lo que puede conducir a su cierre
“Por cada día que pase, una estación de servicio media tendrá que adelantar más de 1.000 euros al día, 33.000 al mes”, señala la asociación alavesa. Según sus cálculos, durante el periodo de vigencia de la medida –hasta el 30 de junio– serán 100.000 euros los que las gasolineras tengan que adelantar.
“Esta situación va a generar muchas tensiones en la tesorería para pagos al proveedor de carburante”, critica la asociación de Álava, que añade que «somos estaciones de servicio, no entidades financieras”.
¿Qué son las gasolineras no abanderadas?
La asociación alavesa explica que este tipo de gasolineras son estaciones de servicio independientes, “generalmente pymes o micropymes” que no pertenecen a ninguna petrolera.
La ventaja de las gasolineras no abanderadas es que “no tienes obligación de comprar a una petrolera concreta, lo que te da margen de maniobra en la compra del carburante”, aclara la asociación. Añaden, además, que pueden gestionar la estación “de una forma más personalizada”.
Por el contrario, una de las desventajas es que “a la hora de compras de tienda, no puedes acceder a precios tan competitivos como una gasolinera dependiente de una petrolera”.
Al no tener liquidez obligaran a los vendedores a aumentar los precios para poder hacer frente a los pagos, que a la vez aumentara la recaduacion del impuesto correspondiente. Vamos un plan sin fisuras. Al final mas gasto público y aumento del IPC con una inflación ya desbocada.