Circulan declaraciones de un médico canadiense llamado Charles Hoffe que afirma sin evidencias científicas que el 62% de los vacunados con dosis de ARNm contra la COVID-19 desarrollan coágulos de sangre. Lo cierto es que las autoridades sanitarias europeas sólo han detectado casos muy raros de trombosis con trombocitopenia en vacunados con AstraZeneca y Janssen, que, a diferencia de las dosis de Pfizer y Moderna, no emplean la técnica de ARN mensajero.
El vídeo en el que este individuo da estas cifras circula desde julio de 2021 y está alojado en la plataforma BitChute, una web similar a YouTube que suelen emplear negacionistas y grupos de extrema derecha para difundir sus contenidos sin riesgo de ser bloqueados por infringir las políticas de YouTube.
Charles Hoffe, cuyos mensajes han sido replicados en español a través de múltiples cuentas de Facebook, afirma haber descubierto que el 62% de los vacunados con dosis de ARN mensajero desarrollan coágulos de sangre. Según su testimonio, ha llegado a esta conclusión tras realizar pruebas de dímero D a sus supuestos pacientes. Sin embargo, según expertos en hematología consultados por Newtral.es y otros verificadores internacionales, esta prueba no permite diagnosticar si una persona sufre coágulos y trombosis.
Los informes de farmacovigilancia no respaldan estas cifras
Para empezar, los sistemas de farmacovigilancia europeos (EudraVigilance) tan sólo han registrado casos muy raros de coágulos ─en concreto, trombosis con trombocitopenia─ en personas vacunadas con Vaxzevria (AstraZeneca) y la vacuna de Janssen, pero ninguna de las dos emplea la tecnología de ARN mensajero, como sí lo hacen las dosis de Moderna y Pfizer. La Agencia Europea del Medicamento (EMA), en cualquier caso, ha defendido que los beneficios superan ampliamente cualquier riesgo en todas las vacunas que han sido aprobadas.
Tal y como recoge el 7º Informe de Farmacovigilancia sobre Vacunas COVID-19, publicado por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) el pasado 27 de julio, es cierto que existe un “riesgo muy raro” de trombosis ─formación de coágulos de sangre en los vasos sanguíneos─ con niveles bajos de plaquetas en vacunados con AstraZeneca y Janssen.
En concreto, en España se han registrado un total de 32 casos confirmados de Trombosis con Trombocitopenia hasta el 11 de julio en personas vacunadas con AstraZeneca, de los cuales siete fallecieron. Hay que destacar que se registran todas las sospechas de efectos adversos ocurridos después de la vacunación, pero esto no quiere decir que cada caso guarde una relación directa con la vacuna. La tasa global de trombos tras esta vacuna se estima en cinco casos por millón de dosis administradas.
En el caso de vacunados con Janssen en España, hay un caso probable de trombosis con trombocitopenia y otro confirmado con datos hasta el 11 de julio. En esta vacuna, la tasa global de notificación de casos de trombos se estima en seis por millón de dosis administradas. Tanto AstraZeneca como Janssen ya han recogido en sus prospectos los casos de trombosis como efectos adversos muy raros.
No ha crecido la incidencia de las trombosis en España
El doctor Ramón Lecumberri, experto en trombosis y miembro de la directiva de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH), explica a Newtral.es que “hay que separar entre esas trombosis atípicas acompañadas de trombocitopenia” relacionadas con las vacunas de Janssen y AstraZeneca y “las trombosis convencionales, cuyo riesgo no está aumentado por ninguna de las vacunas, ni por las de ARNm ni por las de adenovirus”.
En este sentido, insiste en que “hay más de 35 millones de personas vacunadas y no ha aumentado la incidencia de las trombosis en España”. De hecho, señala que “es una patología muy frecuente”, hasta el punto de que “dos de cada mil personas desarrollan una trombosis al año”.
La EMA no contempla coágulos de sangre o trombosis como efecto adverso de las vacunas de ARNm
Además, el último informe de seguridad sobre la vacuna Comirnaty (Pfizer), publicado el 8 de septiembre por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), recoge que hasta el 2 de septiembre se han notificado 302.517 casos sospechosos de efectos adversos en general entre un total de 392 millones de dosis administradas en la Unión Europea. Es decir, apenas hay ocho casos sospechosos de efectos adversos por cada diez mil dosis administradas de Pfizer (0,077%). Asimismo, no hay registros de casos de coágulos de sangre o trombosis como efecto adverso en estas dosis de Comirnaty (Pfizer).
En el caso de las dosis de Spikevax (Moderna), que también emplean la técnica del ARN mensajero, hasta el 2 de septiembre se habían registrado 64.885 casos sospechosos de efectos adversos entre 54,2 millones de dosis administradas en la Unión Europea. Esto equivale a un caso sospechoso de algún efecto adverso por cada cien mil dosis inyectadas (0,001%). Tras la evaluación de la información disponible sobre esta vacuna, las autoridades sanitarias han concluido que “no se puede establecer una relación causal con la aparición de trombocitopenia inmune” y las dosis de Moderna.
Todas estas cifras están muy alejadas de la incidencia que sugiere el médico canadiense, que asegura que un 62% de vacunados con dosis de ARNm desarrolla coágulos de sangre y trombosis.
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En adición a todo esto, un estudio financiado por el Ministerio de Salud de Italia determinó que ninguno de los vacunados con dosis de Pfizer-BioNtech, que emplean la técnica de ARN mensajero, desarrollaron trombosis.
La prueba de dímero D no confirma la presencia de coágulos en pacientes, como hace Charles Hoffe
Aun así, Charles Hoffe defiende haber encontrado coágulos de sangre en sus pacientes vacunados con dosis de ARNm tras realizarles una prueba de dímero D. Sin embargo, esta prueba sin más no sirve para diagnosticar casos de trombosis, sino para descartarlos.
Lo explica a Newtral.es el doctor Lecumberri, quien aclara que, en efecto, este marcador de dímero D mide la activación de la coagulación, pero “puede subir por multitud de procesos como inflamatorios, infecciosos, tumorales o de cualquier tipo”.
De hecho, indica Lecumberri, “cualquier situación que produce cierta inflamación en el individuo se traduce en un aumento del dímero D”, por lo que “no me extraña que haya personas vacunadas cuya reacción se acompañe de una alteración discreta de los valores de dímero D”. Y es que es precisamente lo que se pretende con las vacunas: “una reacción inmunológica”.
No obstante, el hematólogo consultado aclara que la conclusión que hace el doctor Charles Hoffe al relacionar valores altos de dímero D con coágulos de sangre y trombosis no es válida, ya que esta prueba se emplea para descartar coagulación cuando los valores son bajos, pero no para confirmarlo cuando son altos. “Que uno tenga valores altos de dímero D no significa que tenga una trombosis”, concluye.
No hay método científico en las conclusiones de Charles Hoffe
Asimismo, Charles Hoffe no sigue un método científico para llegar a sus conclusiones: no han sido publicadas en ninguna revista especializada, no hay un ensayo clínico de por medio que avale sus tesis ni ha realizado un estudio revisado por pares. Por tanto, al margen de que sus afirmaciones contradicen a los datos oficiales, tampoco tienen base científica ni solidez.
De hecho, verificadores de AFP ─que al igual que Newtral.es forma parte de la International Fact-Checking Network (IFCN)─ también han explicado que un aumento de los niveles de dímero D no indican necesariamente un riesgo de trombosis, como apunta el médico canadiense.
“Aumentan con la edad, en las mujeres embarazadas, y en muchas patologías, como infecciones bacterianas o virales leves”, explica a estos verificadores franceses la Sociedad Francesa de Hematología. Nicolas Gendron, del Servicio de Hematología del Hospital Georges-Pompidou, añade que “si el nivel [de dímero D] es alto, no significa que haya trombosis; significa que no levantamos la sospecha y que será necesario realizar más exámenes complementarios como un escáner para confirmarlo”.
Resumen
Teniendo en cuenta todo lo expuesto, no hay pruebas que respalden las tesis de Charles Hoffe cuando afirma que el 62% de los vacunados con dosis de ARNm desarrollarán coágulos de sangre. Los informes de farmacovigilancia europeos no han registrado casos de trombosis en vacunados con estas dosis de ARNm, sólo en quienes han recibido vacunas de AstraZeneca o Janssen, que no son de ARNm, y, en cualquier caso, son eventos muy raros.