No será un documento de viaje, no se llamará pasaporte, y no recogerá datos personales a nivel europeo, mientras que su duración estará limitada a 12 meses. Con estas condiciones el Parlamento Europeo ha dado su visto bueno a un certificado COVID-19 europeo, o “Certificado UE COVID-19”, que es como se denomina ahora el llamado Certificado Verde Digital de la propuesta de la Comisión Europea [PDF].
El documento, que podrá tener formato digital o de papel, garantizará que una persona ha sido vacunada contra la COVID-19, o alternativamente, que ha recibido un resultado de un test negativo, o que se ha recuperado de la infección. Sin embargo, los certificados UE COVID-19 no serán documentos de viaje ni se convertirán en un requisito para ejercitar el derecho a la libre circulación, según los eurodiputados.
La Unión Europea viene debatiendo la conveniencia de implementar un certificado de vacunación o inmunización desde los primeros meses de este año, cuando algunos países entre los que se encuentra España empezaron a pedir un pasaporte digital común como medida ante la próxima temporada de verano.
A pesar de que parece una forma de gestionar la normalidad postpandemia en un momento en que la mayoría de países europeos ya han empezado sus campañas de vacunación, un pasaporte de inmunización se encontraría con serios problemas legales, prácticos y de derechos humanos.
Varios países europeos llevan meses discutiendo esta medida. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya en los primeros meses de la pandemia había recomendado no elaborar pasaportes digitales sanitarios, algo que el Comité de Emergencia volvió a hacer en enero. Solicitó que los Estados no pidan prueba de vacunación como requisito para viajeros, porque “el impacto de las vacunas en reducir la transmisión del virus es aún desconocido y la disponibilidad de vacunas es demasiado limitada”.
Tras la propuesta de la Comisión Europea, que había nombrado este documento como ‘Certificado verde digital’ e hizo desaparecer cualquier mención a la palabra ‘pasaporte’, el Parlamento Europeo ha dado luz verde a la propuesta legislativa, que ha sido aprobada con 540 votos contra 119 y 31 abstenciones. La votación se realizó el 28 de abril y los resultados se conocieron el 29. El Parlamento y el Consejo pueden comenzar las negociaciones. El objetivo es alcanzar un acuerdo antes de la temporada turística de verano, para lo que los países miembros tienen que preparar el despliegue logístico de los certificados.
Sin restricciones adicionales y con pruebas gratuitas
Los portadores de un certificado EU COVID-19 no deberían ser sujetos a restricciones adicionales de viaje, tales como cuarentenas, autoaislamiento o realización de tests, de acuerdo con el Parlamento. Los eurodiputados enfatizan que para evitar la discriminación contra los no vacunados y por razones económicas, los países de la Unión Europea deberían “asegurar tests universales, accesibles, oportunos y gratuitos”.
Base descentralizada y protección de datos
Los certificados serán verificados para prevenir fraudes y falsificaciones, así como la autenticidad de los sellos electrónicos incluídos en el documento. Los datos personales contenidos en los certificados no podrán ser conservados por parte del estado europeo de destino y tampoco habrá una base de datos centralizada a nivel europeo. La lista de entidades que procesarán y recibirán los datos será pública para que los ciudadanos puedan ejercer su derecho de protección de datos bajo el Reglamento General de Protección de Datos.
Compatibles con iniciativas nacionales
Los países deberán aceptar los certificados de vacunación emitidos por otros estados miembros para personas inoculadas con una vacuna autorizada para su uso en la Unión Europea por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA). Actualmente estas vacunas son Pfizer-BioNTech, Moderna, AstraZeneca y Janssen. Quedará a decisión de los estados miembros si aceptan también certificados de vacunación emitidos en otros países para vacunas listadas por la Organización Mundial de la Salud para su uso de emergencia.
Vacunas disponibles en todo el mundo
“El certificado verde digital es el movimiento en la dirección correcta pero acelerar la vacunación es clave”, así se titula la nota de prensa del Parlamento Europeo y da a entender la importancia que tiene la vacunación universal efectiva cuanto antes.
Para que un certificado de este tipo tenga sentido y no produzca discriminación es fundamental atender el diagnóstico de la OMS, que consideraba que la producción de las vacunas es aún limitada, y por eso no recomienda establecer pasaportes digitales. Los eurodiputados han insistido en que las vacunas contra la COVID-19 deben ser producidas a escala, con precios asequibles y asignadas a nivel mundial.
Juan Fernando López Aguilar, presidente de la Comisión de Libertades Civiles ha dicho: “Necesitamos implementar el Certificado COVID-19 de la UE para restablecer la confianza de la gente en Schengen mientras continuamos luchando contra la pandemia. Los Estados miembros deben coordinar su respuesta de manera segura y garantizar la libre circulación de ciudadanos dentro de la UE. Las vacunas y las pruebas deben ser accesibles y gratuitas para todos los ciudadanos”.
Si el acceso a las vacunas en algún país se ve restringido para colectivos o grupos de personas, sus derechos podrían ser vulnerados, algo doblemente grave porque suelen ser colectivos que ya se encuentran en situaciones de exclusión. En España, los inmigrantes irregulares, el colectivo de las personas mayores migrantes reagrupadas, o ciertos grupos con seguros privados de salud como por ejemplo MUFACE en los funcionarios o ISFAS en las Fuerzas Armadas que están fuera de la Seguridad Social no están incluidos en ningún plan de vacunación, como hemos contado en Newtral.es.
Especificaciones técnicas: código abierto para que los países lo implementen
López Aguilar tiene la tarea de llegar a un compromiso con los 27 estados miembros en negociaciones con el Consejo Europeo sobre cómo sería el certificado de vacunación COVID-19 de la UE.
Para poder llegar a junio con los certificados preparados, los representantes de los países miembros en la eHealth Network ya se han puesto de acuerdo en las especificaciones técnicas para la implementación del sistema, que deben ir en paralelo con el avance legislativo. Estas especificaciones incluyen la estructura de datos y los mecanismos de codificación, incluido el código QR, que garantizará que todos los certificados, ya sean digitales o en papel, se puedan leer y verificar en toda la UE.
Las directrices también describen la pasarela, el punto de enlace entre los sistemas de redes de comunicación. Estará configurado por la Comisión, y permitirá el intercambio de claves de firma electrónica para que se pueda verificar la autenticidad de los Certificados EU COVID-19 en toda la UE. Ningún dato personal de los titulares del certificado pasará por la pasarela, ya que no es necesario para la verificación.
Finalmente, las pautas describen implementaciones de referencia; una app para verificar certificados; y una plantilla para una app tipo wallet para que los ciudadanos los almacenen. Aunque corresponderá a los Estados miembros establecer estos sistemas a nivel nacional, este software de referencia ayudará a acelerar el despliegue porque países podrán aprovecharlos. Estas apps serán de código abierto, un punto a favor de la transparencia algorítmica.
España participará en mayo en una prueba piloto del certificado digital, según ha anunciado Fernando Valdés, secretario de Estado de Turismo, Fernando Valdés, durante su intervención en el panel ‘Rebuilding Traveller Confidence in the Wake of COVID-19’.
Fuentes
Propuesta de un Certificado Verde Digital de la Comisión Europea [PDF]
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