Estaciones sin ascensores, escaleras para ir de un andén a otro, trenes a los que se accede subiendo un escalón… Para las personas que necesitan una silla de ruedas, utilizar un servicio público como Cercanías se termina convirtiendo en un desafío. Antes estas situaciones, la planificación de cada viaje se convierte en un paso fundamental, pero la información que aporta Renfe sobre la accesibilidad de sus servicios es contradictoria y, en ocasiones, hasta inexistente, lo que supone un problema añadido para las personas con movilidad reducida.
La situación de la accesibilidad. Según un análisis realizado por Newtral a partir de las páginas oficiales de Renfe y Rodalies, solo la mitad de las estaciones de Cercanías figuran como accesibles (más información en la metodología). A ese problema se añade que un 35% de los trenes del servicio ferroviario continúan sin ser accesibles, según la información remitida por Renfe. Como consecuencia, las esperas en algunas líneas pueden alargarse incluso en horas, hasta que pasa un tren accesible.
El acceso a la estación. Para Renfe el objetivo de la autoaccesibilidad es permitir el tránsito de los usuarios con movilidad reducida, de forma autónoma, desde el aparcamiento hasta el interior de los vehículos. Sin embargo, los problemas de los usuarios comienzan antes de llegar al parking, ya que planificar el viaje puede convertirse en una odisea.
Como se muestra en el mapa, las áreas alrededor de las estaciones que se podrían recorrer de forma autónoma son en ocasiones muy limitadas. Si bien en algunas zonas urbanas las áreas son amplias, lo que indica que es sencillo acceder a las paradas en silla de ruedas, no siempre es el caso. Además pueden surgir numerosos imprevistos derivados de la circulación a lo largo de las vías, como obras, terrazas, aglomeraciones… Por eso, en ocasiones, para las personas con movilidad reducida la opción más viable termina siendo ir hasta la estación en coche.
Para planificar el viaje también es necesario saber si, aunque la estación cuente con una plaza de parking adaptada, se cumplen otros requisitos como la adaptabilidad de los tornos, el trayecto hasta el tren o la existencia de ascensores.
Estas preguntas se traducen en un esfuerzo extra de planificación para las personas con movilidad reducida. Por eso, desde el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI) sitúan la falta de información a tiempo real como uno de los mayores obstáculos de Cercanías, casi al mismo nivel que la accesibilidad de las paradas o los trenes.
Daniel Domínguez, asesor de movilidad inclusiva del Comité, lo ilustra explicando que “si se rompe un torno o ascensor, el servicio deja de ser accesible, no existen planes alternativos”. Porque perder un tren por un imprevisto siempre es una molestia, pero lo es aún más si pueden llegar a pasar horas hasta que aparezca un nuevo vehículo en el que te puedas montar, como sucede en aquellas líneas donde no todos los trenes son accesibles.
En Renfe son conscientes de este problema añadido, e informan de que “con el objetivo de mejorar la información sobre itinerarios accesibles, se está incorporando información en tiempo real en la app Renfe Cercanías, en la web y en otras soluciones complementarias”.
- Por ejemplo, la compañía indica que para que en su aplicación oficial un trayecto figure como accesible, “es necesario que los ascensores o itinerarios de las estaciones de origen y destino estén operativos y que el tren asignado sea accesible, con las puertas de embarque funcionando correctamente”.
A pesar de estas novedades, la información proporcionada por la compañía continúa siendo difusa e, incluso, contradictoria. Renfe cuenta con diversas webs donde se indica qué paradas son accesibles, pero al mirarlas con detalle comienzan a surgir problemas e incoherencias, con información que en ocasiones se encuentra desactualizada.
Esto se traduce en páginas enfocadas en la transparencia de datos que indican que sólo hay 116 estaciones accesibles, apartados destinados a la accesibilidad desactualizados, donde no todas las paradas que han sido adaptadas se muestran como tal, o donde incluso aparecen líneas de Cercanías que ya no existen y, en general, cifras que no concuerdan con las oficiales aportadas por la compañía.
Las diferencias suponen que los usuarios que necesitan conocer si un tren o estación está adaptado “no tengan una web de referencia” a la que acudir. Desde el CERMI opinan que “Cercanías no cumple con lo que se indica en su página”.
Debido a estas discrepancias, el número de estaciones accesibles puede variar según la fuente. Por ejemplo, de acuerdo con la información remitida por Renfe ante las consultas de Newtral, en 2024 se finalizaron obras de accesibilidad en siete estaciones, pero cuatro de ellas siguen sin mostrarse como accesibles en las webs institucionales.
Es el caso de Ocata y Mollet-Sant Fost en Barcelona, Orcasitas en Madrid e Itsasondo en San Sebastián. En 2025 se han contratado o iniciado reformas en 28 estaciones a lo largo del país, finalizando también la de Les Valls (C6 de València).
Mientras la accesibilidad avanza sobre el papel y en planes a medio plazo, para miles de personas con movilidad reducida el uso de Cercanías sigue marcada por la incertidumbre. La falta de información fiable y actualizada convierte cada trayecto en una odisea, ya que, como indica Daniel Domínguez, “te puedes encontrar de todo”: desde un ascensor averiado sobre el que no se ha informado hasta un dato de accesibilidad desfasado que pueden bastar para que alguien se quede varado en el andén.
Metodología.
Para crear la base de datos en la que se incluye el número de estaciones accesibles por línea y región se han empleado los datos por línea proporcionados por Renfe y Rodalies en sus respectivas páginas webs. Las regiones incluidas en los análisis son aquellas que Renfe indica que cuentan con servicios de Cercanías. El número real de estaciones accesibles puede ser superior al indicado a lo largo del artículo, ya que en algunos casos las webs pueden estar desactualizadas. Sin embargo, se ha decidido emplear dicha información porque, aunque pueda no corresponderse por completo con la situación de accesibilidad real, es la fuente más completa a la que puede acceder cualquier usuario.
En el caso de Rodalies, como no todas las líneas que aparecen en su página son de Cercanías, se han tenido en cuenta para los análisis las siguientes: R1, R2, R2N, R2S, R3, R4, R7, R8.
- En los análisis por líneas, cuando estas están divididas en ramales (p. ej. la C1 y C1a en Cádiz), se han incorporado las estaciones de las ramificaciones como parte de la línea principal.
- Para el análisis de las áreas de accesibilidad se ha empleado la API de Open Route Service, calculándose los isócronos para 10 y 15 minutos correspondientes con trayectos en silla de ruedas. Esta aplicación calcula los tiempos medios de trayecto incorporando numerosas variables, como el tipo de terreno o el estado de las vías, entre otros.
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