A apenas unas semanas para las celebraciones de Navidad, los casos de COVID-19 no paran de subir. En los últimos catorce días la incidencia acumulada ha ascendido a 323,07 por cada 100.000 habitantes y 11,41% de ocupación UCI, según los datos del Ministerio de Sanidad del 10 de diciembre. Aunque casi un 90% de la población diana tiene la pauta completa de vacunación y ya está en marcha la campaña de dosis de refuerzo, aún persiste el riesgo de celebrar comidas y cenas de empresa por Navidad. Además, recientemente se ha añadido otra variable a la ecuación: la aparición de la nueva variante ómicron. ¿Es seguro celebrar grandes comidas y cenas en este momento? Hemos preguntado a diferentes expertos. Te lo explicamos.
Las vacunas mejoran la situación, pero sigue habiendo riesgos en las cenas de Navidad por la COVID-19
Sonia Zúñiga, viróloga del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC) y que actualmente trabaja en el desarrollo de una vacuna contra la COVID-19, recuerda que sigue habiendo riesgo de contagio.
“Aunque la situación es mejor que la que teníamos el año pasado, en cualquier actividad en la que uno esté en un sitio más o menos cerrado, con personas no convivientes y en que se quite la mascarilla, el riesgo sigue estando. Hay que tener en cuenta que las comidas y cenas de Navidad son eventos que además suelen ser más largos que cualquier otra comida”, explica Zúñiga. “Lo mejor, en mi opinión, es no hacerlas, o hacerlas guardando muchas precauciones”, apunta.
Jaime Jesús Pérez, especialista en medicina preventiva de la Sociedad Española de Vacunología (SEV), coincide con Zúñiga. “Partimos de una situación claramente mejor que la del año pasado, pero estamos en un momento de onda pandémica importante. Sigue habiendo casos y algunos de ellos, por desgracia, acaban en hospitalizaciones”, recuerda.
Como apuntan Pérez y Zúñiga, la situación es distinta a la del año pasado. España cuenta con una de las mayores tasas de vacunación de Europa, lo que se traduce en menos hospitalizaciones y muertes por COVID-19. Pero según la viróloga del CNB, la vacunación tiene otros peligros.
“Por supuesto que la situación ha cambiado con las vacunas, se ha reducido drásticamente la posibilidad de que después de una cena de Navidad haya casos severos de COVID-19, ingresos en UCI e incluso muertes. Pero no nos engañemos, aumenta un peligro potencial: el que haya más infectados asintomáticos que puedan infectar a su vez a los asistentes y, de este modo, originar un brote de contagios”, afirma.
“Es cierto que para parte de estas personas ya han pasado muchos meses desde que se vacunó. Y sabemos que la vacuna entonces no es tan efectiva”, recuerda el especialista de la SEV. Además, la peligrosidad también depende de otro factor. “Se suele combinar cenas de amigos con familiares, donde suele haber más gente vulnerable que quizás no se ha puesto la dosis de recuerdo”, explica.
El riesgo con ómicron: aún hay mucha incertidumbre
Para María Teresa Ruiz Cantero, catedrática de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Alicante, la incertidumbre alrededor de ómicron puede desempeñar un papel importante estas Navidades. “Pese a las expectativas que teníamos con la vacunación, y esperando los resultados de los test que las compañías farmacéuticas están haciendo de la eficacia de sus vacunas contra ómicron, la escasa evidencia científica indica que esta variante puede ser resistente a las mismas, al menos parcialmente”, apunta.
“La probabilidad de contagio comunitario es mayor por su alta contagiosidad. Por lo tanto, las cenas familiares de Navidad donde los integrantes son de todas las edades, y se suele prescindir de las mascarillas y las distancias, para entre otras actividades como comer y beber, pueden suponer un gran riesgo de contagio de COVID-19”, añade.
Zúñiga recuerda que de momento “desconocemos casi todo sobre esta variante”: cuál es su grado de diseminación en la población, si lleva tiempo entre nosotros y ha pasado desapercibida o si es algo más resistente a la inmunidad de las vacunas. Pero recuerda que “cualquier diferencia entre ómicron y delta en estos aspectos influye en el riesgo potencial de las cenas navideñas”.
Según los datos disponibles de la variante, ómicron podría tener mayor transmisibilidad que la variante delta y mayor capacidad para escapar a las vacunas. Aunque Pfizer informó en un comunicado que la dosis de recuerdo sí protegía contra ella, según datos preliminares.
“En general, los datos que tenemos de ómicron son parciales”, opina Pérez. Además, “hasta ahora, las variantes que han ido apareciendo han necesitado varias semanas o incluso meses para que su presencia haya sido importante. Sería sorprendente que para Navidad ómicron tuviera una presencia transcendente”, señala, aunque no lo descarta.
Grupos reducidos y mascarillas en interior como mejores precauciones en las cenas de Navidad contra la COVID-19
Sobre todo, los tres expertos coinciden en que, si se hacen cenas de Navidad, es importante tomar precauciones. “Lo mejor sería restringirlas a grupos reducidos, hacerlas en sitios amplios donde se pueda guardar la distancia entre comensales, sentando más juntos a los convivientes y más separados a los no convivientes, en lugares muy bien ventilados aunque pasemos frío, quitándose la mascarilla únicamente en el momento en que se está comiendo o bebiendo, evitando en la medida de lo posible gritar y cantar”, señala Zúñiga.
“El riesgo cero no existe, pero de este modo, y más si todos los asistentes están vacunados, se podría minimizar el riesgo. Incluso podría ser una buena medida que todos los asistentes se hiciesen un test de antígenos antes de la reunión. No es perfecto, pero podría reducir el riesgo de que hubiese un asistente infectado asintomático que eventualmente podría contagiar a otros”, añade.
El especialista de la SEV insiste, además, en el peso de las dosis de refuerzo. “Es importante que las personas vulnerables y aquellas que tengan vulnerables cerca que se vacunen con las dosis de recuerdo, y que tomen precaución en con quién se relacionan para disminuir las posibilidades. Aunque la vacuna protege muy bien no se nos puede olvidar que estamos en una onda pandémica”.
Fuentes
Declaraciones de Sonia Zúñiga, investigadora del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC)
Declaraciones de María Teresa Ruiz Cantero, catedrática de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Alicante
Jaime Jesús Pérez, especialista en medicina preventiva de la Sociedad Española de Vacunología (SEV)
Datos de incidencia de COVID-19 del Ministerio de Sanidad
Datos de vacunación contra la COVID-19 del Ministerio de Sanidad
¿ Por qué no habla Fernando Simón ? No se puede eliminar a un comunicador tan excelente , sin alternativa. La ciencia debe tener un interlocutor, aunque se comprende el absoluto cansancio de este valiente científico y gran persona
Ya, ya Fernando Simón. Calladito está mucho más wapo.