¿Qué está pasando en Cataluña? Nueva crisis en el Govern de la Generalitat

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EFE/Quique Garcia
Tiempo de lectura: 6 min

Una nueva crisis se cierne sobre el Govern de Cataluña. Aproximadamente un año y medio después de que Pere Aragonès (ERC) fuera investido presidente de la Generalitat, los dos partidos que forman la coalición del Ejecutivo catalán (Esquerra Republicana y Junts per Catalunya) están al borde de romper un pacto que se lleva reeditando desde que en 2012 Artur Mas alcanzó el liderazgo de la comunidad autónoma con el apoyo de los republicanos. Y es que la próxima semana, JxCat preguntará a sus bases si deben seguir formando parte del Govern o no.

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Esta legislatura, nacida de las elecciones autonómicas del 14 de febrero de 2021, ya empezó con tensiones entre los dos partidos, que por primera vez desde que formaron coalición en 2016 invertían sus papeles: ERC asumió la presidencia y JxCat asumió la vicepresidencia. Así, en mayo de 2021, tras meses de negociación, Aragonès ya estuvo a punto de intentar gobernar en solitario por desacuerdos con Junts a la hora de formar su gabinete.

Ahora, un gobierno de ERC en solitario está de nuevo sobre la mesa. Te contamos qué está pasando en Cataluña y por qué se ha desencadenado esta crisis en el Govern.

El estallido de la crisis en el Govern de Cataluña

El estallido de esta crisis de gobierno se fraguó el pasado martes por la noche, casi al final de la maratoniana primera jornada del debate de política general en el Parlament, cuando el presidente del grupo de JxCat, Albert Batet, amenazó a Aragonès con pedirle una cuestión de confianza si no cumple el acuerdo de legislatura.

Las tres peticiones concretas que Junts hace a Aragonès para confiar en su compromiso con dicho acuerdo son la reactivación de un Estado Mayor del procés, unidad de acción de los dos partidos en el Congreso de los Diputados y la negociación de la amnistía y la autodeterminación en la mesa de diálogo.

¿Qué es una cuestión de confianza?

La cuestión de confianza que ha desatado la crisis es un mecanismo que contempla el Parlament de Cataluña y que no se debe confundir con la moción de censura, ya que en este caso el presidente del Govern es quien se somete al mismo, y no son los partidos los que le presentan una moción de censura en su contra.

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El mecanismo está recogido en el reglamento del Parlament de Cataluña, en el artículo 44 de la Ley de la presidencia de la Generalitat y del Govern. Esta norma estipula que “la presidencia de la Generalitat, con la deliberación previa del Gobierno, puede presentar cuestiones de confianza, con las cuales puede pedir explícitamente el apoyo de la cámara a su programa, a una declaración de política general o a una decisión de trascendencia excepcional». Es decir, sirve para que el hemiciclo del Parlament revalide su confianza en el líder de la Generalitat.

Si en la votación el presidente obtiene una mayoría simple, se entiende que la confianza le ha sido otorgada. Por el contrario, si el Parlament le deniega la confianza, el president cesa en el cargo y el hemiciclo tiene que elegir un nuevo mandatario.

La reacción de Aragonès: el president destituye a Puigneró

Después de que Junts anunciara su intención de que Aragonès se sometiera a una cuestión de confianza, el president anunció el miércoles la destitución de Jordi Puigneró, su vicepresidente y consejero de Políticas Digitales y Territorio, y el máximo representante de Junts en el Govern. 

El mandatario de ERC alegó «pérdida de confianza» en él, debido a que Puigneró no le informó con antelación de la amenaza de JxCat.

Tras la destitución de Puigneró, sigue habiendo seis consellers escogidos por JxCat: Jaume Giró (Economía), Victòria Alsina (Acción Exterior), Gemma Geis (Universidades), Josep Maria Argimon (Salud), Violant Cervera (Derechos Sociales) y Lourdes Ciuró (Justicia).

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La militancia decidirá el destino de Junts en el Govern

Después de la destitución de Puigneró, la ejecutiva de Junts se reunió el pasado jueves para decidir si continuaba formando parte del Govern o la crisis se saldaba con su salida del gabinete. Desde entonces, ha mantenido varias reuniones con Esquerra para intentar desencallar la situación. Pero, finalmente, se ha acordado que la militancia del partido tenga la última palabra sobre el asunto en una consulta que se celebrará la próxima semana.

Así, el 6 y 7 de octubre, los afiliados a JxCat votarán en una consulta interna para poner fin a la crisis en la que la dirección de la formación les preguntará textualmente: ¿Quieres que Junts siga formando parte del Govern de Cataluña?, según se ha acordado este lunes e informan medios como el diario Ara.

ERC, mayorías en el Parlament y el adelanto electoral

En el caso de que JxCat acabe saliendo del Govern, los 33 diputados de ERC en el Parlament serían insuficientes para sacar adelante la legislatura. Los republicanos deberían apoyarse en el PSC, que también cuenta con 33 parlamentarios, así como en los 8 escaños de En Comú Podem, pues esta es la única manera de sumar los 68 apoyos necesarios para formar una mayoría en el hemiciclo catalán.

Ante esta situación, los socialistas de Salvador Illa se han mostrado abiertos a pactar con ERC los presupuestos de 2023. La portavoz del PSC en el Parlament, Elia Tortoelo, aseguró el lunes en rueda de prensa que el partido seguirá “tendiendo la mano pase lo que pase, para trabajar para que Cataluña tenga Presupuestos”. Por su parte, el pasado 27 de septiembre, Illa señaló que Aragonès tendrá al PSC “a su disposición” para “construir, buscar acuerdos y unir a los catalanes y catalanas”.

En el caso de que Aragonès se viera incapaz de continuar gobernando en solitario o con el apoyo de socialistas y comunes, existe la posibilidad de que el president opte por un adelanto electoral. Los plazos para unos hipotéticos comicios dependerá de cuando se haga el anuncio, y es que, desde la disolución del Parlament hasta la votación deben pasar 54 días, según establece la LOREG.

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Por último, también planea la posibilidad de que Junts impulse una moción de censura contra Aragonès, pero para que esta opción salga adelante es necesario el apoyo del PSC, con quien debería pactar un candidato alternativo a la presidencia de la Generalitat, y de otro partido más, como la CUP, los comunes o un partido de la derecha.  

Queda, sin embargo, otro escenario plausible: que la militancia de JxCat decida que el partido siga formando parte del Govern de Cataluña, y este tira y afloja se quede en una (otra) crisis.

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