Desplazarse 20 kilómetros para sacar dinero: la despoblación de oficinas bancarias en Castilla y León

Castilla y León bancos
Grafismo: Sofía Villafañe/Carlos Palanca
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Casi 20 kilómetros. Esa es la distancia que tienen que recorrer algunos vecinos de Fonfría, en Zamora (Castilla y León), para llegar a la oficina bancaria de Unicaja más cercana después de que la de su pueblo cerrase. Así lo traslada a Newtral.es Sergio López, alcalde del municipio.

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Aunque Fonfría aún dispone de acceso a efectivo en una oficina de Caja Rural –eso sí, abierta únicamente martes, miércoles y viernes–, López subraya la necesidad de los habitantes del pueblo de poder conseguir efectivo y hacer gestiones en su banco, algo que no pueden hacer siempre en otros bancos, donde además les cobran comisión. “Las personas mayores funcionan con efectivo; no funcionan con tarjetas”, añade Javier Faúndez, alcalde de Trabazos, en Zamora. 

Junto a López, Faúndez, quien también es vicepresidente tercero de la Diputación provincial, forma parte de un movimiento en contra del cierre de oficinas bancarias en la comunidad. De hecho, tras el anuncio de la supresión de una docena de entidades de Unicaja, las mancomunidades acordaron cancelar todas sus cuentas si este cierre se efectuaba.

En los últimos años, Castilla y León –que tiene el tercer menor número de oficinas bancarias por persona tras La Rioja y Extremadura– se ha visto afectada por la concentración de bancos y el cierre de sucursales. Este territorio disponía de 1.053 oficinas bancarias en 2021, frente a las 1.827 de 2015: una reducción del 42,3%.

Pero más allá del cierre de sucursales –que es una tendencia en toda España, como denunció Carlos San Juan, un jubilado de 78 años residente en Valencia que inició una petición en la plataforma Change.org para pedir “un trato más humano" en los bancos–, la importancia reside en su distribución geográfica y en las características de una población que, en muchas ocasiones, no tiene acceso a ellas.

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La falta de oficinas bancarias se acentúa en Castilla y León

En Castilla y León se encuentran “las provincias más despobladas de bancos de toda España junto a Ceuta y Melilla”, alerta a Newtral.es Patricia Suárez, presidenta de la Asociación de Usuarios Financieros (Asufin). “Son las que más están sufriendo”, alega.

El 90% de los municipios de esta comunidad tienen menos de 1.000 habitantes. Esta característica provoca que la distribución de bancos sea desigual en Castilla y León, algo que también ocurre con otros servicios, como sanidad o educación.

Por ejemplo, Soria cuenta con 45 oficinas bancarias en 18 municipios, aunque el 31,1% de ellas está en la capital de la provincia; mientras que Zamora, con el doble de población, tiene 66 sucursales repartidas por 24 municipios, pero el 36,4% se sitúa en la ciudad de Zamora. 

También llama la atención el dato de León, que siendo la segunda provincia más poblada de la comunidad autónoma por detrás de Valladolid, tiene 49 oficinas bancarias más que el territorio vallisoletano.

La dispersión de oficinas bancarias genera monopolios en los pueblos

La desigual distribución de oficinas se debe a varios problemas, según Suárez. Uno de ellos, “la concentración bancaria”. “Esto afecta a la España rural, pero también a pequeñas o medianas ciudades”, denuncia la presidenta de Asufin.

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“Hay ayuntamientos que están pagando para poner cajeros o poniendo autobuses para desplazar a la población a lugares donde sí hay bancos, pero esto no debería ser algo que tengan que pagar los ayuntamientos”, señala Suárez.

Así, la dispersión geográfica de Castilla y León marca la forma de acceso al efectivo, con maneras alternativas para que los vecinos de un pueblo manejen su dinero, más allá de que dispongan de un banco u oficina bancaria. Por un lado, existe la posibilidad de que representantes de los bancos acudan determinadas veces al mes y distribuyan las pensiones o el salario a la población que lo requiera. 

Asimismo, hay “ofibuses” –una especie de entidad móvil en autobús que se desplaza por diferentes municipios–, hay acuerdos de algunas entidades financieras con Correos o supermercados para poder hacer llegar el acceso al efectivo”, según explican a Newtral.es fuentes de la Confederación Española de Cajas de Ahorro (CECA).

Sin embargo, pese a que existan estas opciones, otro problema que comenta la presidenta de Asufin es la falta de competencia. “Cuando solo queda una oficina de un banco a kilómetros a la redonda, no hay alternativa, todo el mundo va a tener la cuenta en ese banco y esta va a poder imponer unos costes, comisiones o precios de sus servicios que no tienen competencia y eso es muy perjudicial para la población”, señala Suárez.

Solo uno de cada cinco municipios de Castilla y León tiene al menos un cajero

Según un informe del Banco de España, la población sin puntos de acceso al efectivo –que incluye oficinas bancarias y cajeros automáticos– en un radio de 5 kilómetros en el país era del 2,5% en 2021. En el caso de Castilla y León este porcentaje aumenta hasta el 17,2%.

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Además, la cifra más elevada de toda España está en una provincia de Castilla y León, en Zamora. Allí, el 27,8% de la población no tiene acceso a un cajero automático en un radio de 5 kilómetros.

En España hay 4.115 municipios sin “puntos de acceso al efectivo”, lo que afecta a un total de 1.187.851 personas. De estas, casi una de cada tres se encuentra en Castilla y León. En números absolutos la cifra más alta de personas sin acceso a un cajero u oficina bancaria en toda España se encuentra en León: 75.460 personas.

“Estamos viendo la desaparición del efectivo y eso es un problema real”, denuncia Suárez, que defiende que es “un derecho del ciudadano para poder gestionar sus finanzas”. En estos momentos, de los 2.248 municipios de Castilla y León solo 431 tienen puntos de acceso al efectivo. Es decir, únicamente uno de cada cinco municipios de Castilla y León dispone de este servicio, sea o no en un banco.

La edad y el acceso a Internet, determinantes a la hora de acceder al efectivo 

Además, si no hay oficina, incluso aunque los pueblos dispongan de cajero automático, obtener dinero se convierte en un reto para parte de la población de Castilla y León en zonas donde el efectivo se usa de forma mayoritaria. “Es gente mayor, que por internet no se defiende y con los cajeros, pues también de aquella manera”, dice Sergio López, alcalde de Fonfría, municipio en el que la edad media de sus habitantes es de unos 55 años, más de 10 años por encima de la media nacional.

López indica que a este escollo se suma la falta de cobertura en algunos pueblos, como Bermillo de Alba. “Por muchos trámites que quiera hacer la gente a través de Internet, aunque tuvieran los conocimientos y las capacidades para hacerlo, no tienen la posibilidad”, manifiesta. 

Antes del cierre del banco de Unicaja en Fonfría, sus habitantes acudían a la caja a realizar las gestiones “de manera presencial”. Ahora ya no pueden. “Tienen que desplazarse a Alcañices, el pueblo más cercano que tiene oficina”, destaca López.

Si bien reconoce que no es viable tener una oficina a diario y en cada pueblo, exige “un mínimo de atención”. Javier Faúndez, alcalde de Trabazos, se muestra de acuerdo y apuesta por el establecimiento de una red de oficinas “lo suficientemente amplia” para que cuando una persona mayor haga algún tipo de gestión “tenga dónde ir”.

[Este artículo forma parte de una serie de temas sobre Castilla y León y el acceso a los servicios públicos como Sanidad, Educación, Transporte y Banca]

Fuentes

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