Carla Suárez ha vuelto a las pistas con una calma característica pero aderezada por un 2020 que amenazó sus planes de vida. La pandemia del COVID-19 fue solo el contexto para una joven (Las Palmas de Gran Canaria, 1988) que era diagnosticada con un linfoma de Hodgkin al finalizar el confinamiento. Siete meses después, afronta la prórroga de su retirada, la que había planeado antes del revés. “No sé que voy a hacer, he aprendido a no hacer planes. Lo único claro es que quiero retirarme en una pista y ser madre”, dice a Newtral.es.
El Madrid Open, en casa y alentada por la idea de normalidad, ha sido el escenario elegido para volver a unos entrenamientos que ganan intensidad desde que en marzo iniciara su recuperación física. Aunque durante el tratamiento de quimioterapia y radioterapia se había mantenido activa, su cuerpo sufrió grandes cambios que le han devuelto al inicio de la preparación. “El nivel tenístico lo tengo, pero evidentemente estoy lejos de mis compañeras, que están en una dinámica competitiva muy alta”.
En el calendario tiene solo cuatro fechas marcadas; una posible (Roland Garros), una
“100% segura” (Wimbledon) y dos sueños: Juegos Olímpicos de Tokio y US Open. “En un mes voy a saber mi verdadero nivel físico pero estoy segura de que a Wimbledon llegaré. No imagino otra retirada mejor que en un Grand Slam y ese es el único plan que tengo hasta final de año. Espero que salga bien, pero está por ver cómo me encuentro”, dice.
Carla Suárez: “He llevado los dolores pensando que al día siguiente estaría mejor”
La tenista canaria— primera española en llegar al Top 10 de la WTA después de Arantxa Sánchez Vicario y Conchita Martínez— quería poner fin a 13 temporadas en el circuito profesional en un año, 2020, que rompió sus esquemas. Cuando llegó el COVID-19, ya había anunciado su retirada, el paso a otras prioridades y su intención de ser madre.. Pasado el confinamiento, llegó el diagnóstico de un linfoma de Hodgkin, un tipo cáncer que afecta a parte del sistema inmunitario.
“Cuando te detectan una enfermedad como esta, quien ha pasado por algo similar te advierte de la dureza, de momentos muy difíciles. Pero, sinceramente, creo que no he tenido tantos como me hacían ver”, reconoce, haciendo hincapié en su carácter positivo. “No me he sorprendido porque soy una persona que afronta bien las cosas difíciles. Dentro de esta enfermedad, creo que he tenido mucha suerte porque mi cuerpo ha reaccionado muy bien. Estoy muy contenta”:
El gen de deportista, la resistencia y el entrenamiento físico y mental individual de su deporte han ayudado durante el proceso. “En nuestro trabajo estamos muy acostumbrados a sobreponernos a obstáculos y tenemos esa lucha diaria en la que tienes que sacar un buen entreno incluso si te sientes mal. He intentado llevar los dolores de la mejor manera posible, pensando que al día siguiente estaría mejor, que iban a pasar”.
“Si no se cumple un objetivo, llegará otro”
Ese trabajo mental fue esencial para equilibrar sus expectativas y gestionar unas directrices a las que su cuerpo no respondía igual. “No he sentido frustración, pero sí he tenido que tirar de paciencia porque el cuerpo ha sufrido cambios notables y tiene poca memoria. He sido muy realista, sabiendo siempre las fases que tenía que pasar. Y sin objetivos muy exigentes, entrenando más a la mente que al cuerpo. Sabiendo que si no se cumple un objetivo, llegará otro”.
Superada la radioterapia, Carla Suárez manifestó su deseo de volver a las pistas, pero solo para retomar la retirada que había planeado. “Hay cosas personales que no estoy dispuesta a sacrificar”, explica sobre su decisión. “Con la pandemia y el cáncer intento disfrutar más el día a día, uno de los aprendizajes es pensar siempre a corto plazo”. Más aún después de una vida marcada por un calendario. “Los tenistas tenemos el año muy planificado, y ahora he sentido libertad y menos responsabilidad”.
Carla Suárez: “Cuando haces algo por obligación, no das el 100%”
En la recta final, recuerda momentos que siempre ha valorado. “Estamos acostumbrados a perder cada semana, o a tener malas rachas, así que siempre he sido consciente de los triunfos o buenas actuaciones. He tenido una carrera satisfactoria, y siempre recordaré la primera vez que juego el cuadro final de Roland Garros, las victorias en Estoril o Doha, la entrada en el Top 10… He vivido muy buenos momentos”.
A la canaria le emociona el reconocimiento del público, como cuando en su treinta cumpleaños la central de Nueva York se puso en pie para aplaudir su juego. “Fue una noche especial, ganando a Sharapova en un Grand Slam. Son momentos que vives con intensidad porque ves que el público se lo ha pasado bien contigo, y eso te reconforta”. Sin embargo, la exigencia asoma un pero: “Siempre voy a tener la espinita de no haber hecho mejores actuaciones en los Grand Slams, disputar la final de alguno de los cuatro grandes”.

Si sus planes salen como lo previsto, a finales de 2021 Carla Suárez dirá adiós al tenis casi definitivamente. Por ahora, no se ve cerca en ningún otro rol. “Tengo planes que no tienen nada que ver con el tenis pero nunca se sabe, porque si algo he aprendido es que cambian en cualquier momento”. Lo único que tiene claro, recalca, es que quiere ser madre, algo que nunca pensó hacer como deportista. “Es una de las principales razones por las que poco a poco fui dejando de jugar, porque no quiero dejarlo muchos años y siempre he tenido claro que no volvería a jugar después”.
Su futuro no está pensado, pero espera ver un cambio generacional donde desea dejar huella. “Cuando coincido con Paula Badosa o Sara Sorribes les aconsejo que disfruten lo que hacen. Cuando haces algo por obligación, no das el 100%, y eso te complica en un mundo donde hay mucha competitividad. El trabajo siempre tiene su recompensa, pronto o tarde, pero el tenis te devuelve el esfuerzo”.
Hola Carla te estoy viendo jugar con Stephens y me estas sorprendiendo para bien te deseo lo mejor y que quede atrás el duro golpe ojalá ganas porque sería una gran victoria Stephens es muy buena. Mucha suerte y seguiré viéndote